Usted está aquí: jueves 9 de febrero de 2006 Sociedad y Justicia Imperativo, renegociar el Tratado de Aguas con EU, considera experta

Es necesario redefinir el marco conceptual, para evitar incumplimientos y conflictos, dice

Imperativo, renegociar el Tratado de Aguas con EU, considera experta

Deben considerarse los aspectos científicos, sociales, culturales, económicos y políticos, señala

JOSE GALAN

Ampliar la imagen Vecinos de la colonia Bosques del Pedregal, delegación Tlalpan, denunciaron recientemente escasez de agua en la red de distribución debido a una fuga; en todo el mundo crece la demanda del líquido y éste se va convirtiendo en un elemento de importancia geoestratégica Foto: José Carlo González

Resulta imperativa una renegociación del Tratado de Aguas entre México y Estados Unidos, con el respaldo del derecho ambiental internacional, así como la jurisprudencia y doctrina internacionales. De lo contrario, México se verá constantemente en la imposibilidad de cumplir con sus obligaciones y, a la larga, ello dará lugar a conflictos bilaterales con consecuencias que a ninguno de los dos países convienen.

Esto lo sostiene Marisol Anglés Hernández, del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la Universidad Nacional Autónoma de México (IIJ-UNAM), en proceso de obtener el doctorado en el programa de derecho ambiental en la Universidad de Alicante, en España, y agrega que, en relación con el Tratado de Aguas entre los dos países, suscrito en 1944, se requiere el desarrollo de un marco conceptual que defina lo que debe entenderse por sequía, sequía extrema, accidente en los sistemas hidráulicos, accidente en los sistemas de irrigación, así como de una estrecha coordinación y cooperación internacional que considere los aspectos científicos, sociales, culturales, económicos y políticos implicados.

En el documento "Los cursos de agua compartidos entre México y Estados Unidos de América y la variable medioambiental. Una aproximación", publicado en la sexta edición del Anuario Mexicano de Derecho Internacional, correspondiente a 2006 y editado por el propio IIJ-UNAM, la académica advierte que, ante las deficiencias e inequidades del Tratado de Aguas, el desempeño de la Comisión Internacional de Límites y Aguas (CILA) "ha sido trascendental para la atención y solución de las diferencias presentadas a causa de las aguas superficiales transfronterizas", y considera que la actividad de ese organismo "ha evitado reclamar el incumplimiento o violación de las cláusulas del tratado, por cada una de las partes, como un delito internacional y, en su lugar, ha trabajado en la negociación pacífica, lo que ha dado lugar a la creación de normas específicas para la región, mismas que han enriquecido nuestras relaciones bilaterales y al propio derecho internacional fluvial".

Respecto de la cuestión ambiental, afirma que, ante el hecho de que las relaciones entre ambos países están determinadas, entre otros temas, por los acuíferos compartidos, y que la contaminación no identifica fronteras, resulta fundamental entonces fortalecer las políticas regionales en materia de tratamiento de aguas residuales municipales e industriales, instalación de servicios de alcantarillado y manejo adecuado de sustancias y residuos peligrosos, a fin de frenar el deterioro de las cuencas y, poco a poco, recuperar la calidad del agua.

Advierte, sin embargo, que no se puede pasar por alto que los efectos ambientales negativos resultado del uso y abuso de los recursos naturales por parte de todas las naciones del mundo exigen que éstas asuman su responsabilidad; en este sentido, la gestión del cambio climático debe efectuarse mediante un régimen internacional equitativo y solidario, como es el Protocolo de Kyoto, y Estados Unidos tiene el deber de asumirlo.

 
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