Usted está aquí: jueves 9 de febrero de 2006 Política Los ataques contra la prensa ya superaron al Estado: SIP

Exigen desaparecer los delitos de difamación y calumnia

Los ataques contra la prensa ya superaron al Estado: SIP

No debe quedar impune la agresión a El Mañana, subrayan

VICTOR BALLINAS Y ENRIQUE MENDEZ

Ampliar la imagen Lydia Cacho y la diputada perredista Beatriz Mojica participaron en el foro La despenalización de los delitos de prensa: elementos para una reforma legislativa Foto: Francisco Olvera

La Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) destacó ayer que el Estado mexicano ha sido desbordado porque no ha cumplido con la plena libertad de prensa y el ejercicio periodístico. "Los resultados, asesinatos, secuestros y atentados del narcotráfico contra periódicos, dan cuenta de que algo falta; hoy el crimen organizado está muy fuerte sobre todo en el norte del país."

El presidente de la Comisión de Libertad de Prensa de la SIP, Gonzalo Marroquín, quien es también director de Prensa Libre de Guatemala, sostuvo lo anterior al participar en el foro La despenalización de los delitos de prensa: elementos para una reforma legislativa.

Marroquín aseveró que México ocupa el deshonroso primer lugar a escala mundial en el número de periodistas asesinados e inclusive se encuentra por encima de Colombia, Irak y Afganistán.

El experto de la SIP exhortó a que las investigaciones de los crímenes contra reporteros sean atraídas por la Procuraduría General de la República (PGR), es decir, que se federalice la investigación porque "según colegas mexicanos hay una vinculación entre narcotráfico y crimen organizado con las autoridades locales".

En entrevista concedida al inicio del acto, el representante de la SIP dijo que el discurso del presidente Vicente Fox, de la PGR y los legisladores es muy parecido en cuanto a la intención de investigar, pero el resultado está por verse.

En su presentación demandó que se eliminen los delitos de prensa, es decir, calumnia y difamación, porque esos conceptos se utilizan para coartar la libertad de expresión, para amenazarla, y hay una claro interés político.

La periodista y escritora Lydia Cacho Marroquín, el senador Javier Corral, el diputado Miguel Angel García Domínguez, del Partido de la Revolución Democrática (PRD) y otros expertos se pronunciaron en contra del atentado al periódico El Mañana de Nuevo Laredo. "Es urgente que el gobierno federal y estatal envíen señales muy claras de que se castigará a los responsables, que se federalizarán las investigaciones y que no habrá impunidad."

En su intervención el senador panista Javier Corral Jurado destacó que "ésta es la oportunidad, porque no hay otra para despenalizar los delitos de prensa". Planteó que se trabaje en tres temas básicos: que se apruebe y se legisle sobre el secreto profesional de los periodistas, que se legisle para modernizar el derecho de réplica, y que se eliminen los delitos de difamación, calumnia e injurias de los 32 códigos penales estatales y el federal, porque con ello se inhibe la crítica, se persigue a periodistas y se les fabrican delitos.

El senador panista abundó que también se requiere modificar la Ley de Imprenta, que es una legislación anterior a la Constitución, y subrayó que la amenaza de cárcel es una de las principales intimidaciones para la prensa y para que existan medios democráticos en el país.

Aseveró que a los periodistas y a los medios los acosan e intimidan los poderes político, económico y el fáctico, el del narcotráfico y el crimen organizado. Hizo notar que el atentado contra el periódico El Mañana fue un mensaje del crimen organizado que constituye un reto al Estado y al Congreso, porque se atrevió a realizar un atentado contra el diario que semanas atrás tomó el acuerdo de reanudar las investigaciones inconclusas de los reporteros abatidos por el narcotráfico.

Por su parte, la periodista Lydia Cacho narró su detención y encarcelamiento. Dijo que por practicar un periodismo crítico y honesto se le detuvo, pero gracias a ese mismo periodismo obtuvo su libertad. Dijo que de no haber sido por compañeros periodistas, que al enterarse de su detención ya la esperaban en el Ministerio Público, ella habría sido violada con palos de escoba por reclusas; "ya estaba todo preparado para que también se me torturara, y al llegar a la celda iba a ser golpeada y violada, pero como estaban ahí mis colegas se vieron obligadas (las autoridades) a detener la tortura".

 
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