En Signos de origen utiliza semillas recolectadas en la selva Lacandona
Jan Hendrix interviene un edificio con sus metáforas y metamorfosis
Ampliar la imagen Jan Hendrix, ayer, en el salón principal del edificio de la escuela de cine, diseño y televisión Centro, donde hoy inaugura a las 19:30 horas su intervención Signos de origen Foto: José Antonio López
En una continuación de su discurso creativo, que busca generar una especie de puente entre el entorno natural y el social, Jan Hendrix inaugura este miércoles Signos de origen, una intervención del edificio de la escuela de cine y diseño Centro mediante diversas obras y materiales que, como metáforas y metamorfosis, recrean en siluetas las formas de semillas y hojas recolectadas por el artista en la selva Lacandona.
La intervención consta de serigrafías de semillas y hojas tanto sobre los ventanales de cristal de la fachada como sobre barras de vidrio colocadas en los pasillos. También, de varias pantallas de acrílico montadas como una sola pieza, iluminada por luz roja y colocada en la cafetería. Esta luz, comparte el artista, podría ser una alerta ante el ecocidio.
Además, se incluyen figuras planas, de bronce, de conchas y estrellas de mar, puestas en las paredes de los descansos de las escaleras. De igual forma, se muestran libros de autor suyos, como uno hecho con Gabriel García Márquez, y una vajilla. A la entrada destacan figuras doradas sobre fondo rojo.
Hendrix, creador holandés radicado en México desde hace más de dos décadas y que lleva 30 años en el tema de la ecología, habla en entrevista sobre su intervención en el Centro (Sierra Mojada 415, Lomas de Chapultepec), que permanecerá abierta al público hasta el 30 de marzo.
Hendrix ya tenía en su taller, en una caja de zapatos, las semillas y hojas recolectadas en la selva. ''De repente, coincidió con la invitación a intervenir la fachada, y dije: eso tiene que ver con una escuela (como un semillero), un alfabeto encriptado, una lectura, son ideogramas, contenedores de formas.
''De una semilla salen todas las formas que se necesitan, tanto en arquitectura como en diseño. Son metáforas y metamorfosis. Por ejemplo, corto un platanal y de en medio sale una serie de círculos concéntricos que me dan una arquitectura."
Y agrega: ''La semilla y la hoja vienen de la selva Lacandona y son dos maneras de interpretar ese lugar tan enorme. Uno puede tomar una foto o pintarla desde una avioneta, o puede meterse a la selva y buscar lo más pequeño para, así, hablar de lo más grande".
En 30 años, dice, ''he hecho un zoom del paisaje tipo Velasco: de la vista al gran valle de México y a los grandes volcanes, hacia lo más pequeño, pero un gran formato, tan grande que puede ser la piel de un edificio. Siempre estoy bailando entre lo grande y lo chico, como que estoy enfocando todo el tiempo para analizar las formas de la naturaleza a partir de una mirada casi telescópica".
A pregunta expresa, el creador comenta sobre las coincidencias y diferencias con Antonio Gaudí, arquitecto catalán que también abrevaba de los diseños de la naturaleza.
''Gaudí estudió muy a fondo todas las formas de la naturaleza, como creo que yo también las estoy estudiando. Es interesante cómo él lo convierte en una forma tan propia de crear arquitectura casi enloquecida, algo mucho más allá del barroco. El entendió que todas las formas que se utilizan se derivan de estructuras de la naturaleza.
''La forma como Gaudí trabajó eso es completamente opuesta a la mía. Yo estoy buscando la nitidez de las cosas y él buscaba el contrapunto barroco."
Concuerda además en que las obras del autor de La sagrada familia tenían un sentido funcional o utilitario, mientras las suyas están más en el ''método de la poesía", en ''cómo se construye la poesía". Gaudí además, dice Hendrix, buscaba siempre una carga religiosa, en cambio él no.