Empleados están coludidos: familiares de difuntos
Denuncian saqueo de criptas en el Panteón Civil de Iztapalapa
Ampliar la imagen Aspecto de la cripta 514, en el Panteón Civil de Iztapalapa, que fue despojada de un féretro y otros objetos, según denuncia de la familia Viramontes Hernández Foto: Roberto García Ortiz
Concesionarios de espacios del Panteón Civil San Nicolás Tolentino, ubicado en la delegación Iztapalapa, denunciaron que la falta de vigilancia en el lugar ha provocado el saqueo de criptas, de las cuales los delincuentes sustraen desde pedestales, urnas y objetos religiosos hasta las rejillas que resguardan las entradas a los nichos, artículos que después son revendidos a las afueras del cementerio.
Uno de los casos más recientes es el de la familia Viramontes Hernández, que realizó una visita el pasado domingo y se encontró con que el lugar donde reposan los restos de sus deudos había sido desvalijado.
"Los vidrios de la puerta de entrada estaban rotos y la cerradura forzada. Desprendieron de la pared un pedestal de mármol del tamaño de una mesa, se llevaron un cristo de madera y una urna de origen francés, en la cual teníamos las cenizas de dos personas; la vaciaron y se la llevaron", relató Lucía, una de las denunciantes. En un recorrido por el panteón, que ayer lucía semivacío, algunos de los visitantes confirmaron que es una situación recurrente. Indicaron que han tenido que reforzar hasta con dos rejas de protección las entradas de las criptas, pero aun con candados, se hallan con los cristales rotos y no es raro encontrar sus pertenencias siendo revendidas.
El colmo del cinismo, comentó Lucía Viramontes, "es que acudes a reclamar y de inmediato te dan una cotización de los objetos. Uno de los empleados que limpian ofreció a mi hermano una reja similar a la que nos robaron, en mil 200 pesos. Ya le tenían solucionado el problema".
"Esto nos da pie a pensar a que los propios empleados y vigilantes de aquí están coludidos con los ladrones, pues es prácticamente imposible que sin un vehículo puedan llevarse por la barda un pedestal de mármol y una reja de herrería. Si no oyen los martillazos que hacen para volar las cosas, están sordos o son cómplices", refirió tras señalar la cripta familiar, que está a unos pasos de la entrada.
Consideró que las autoridades de la delegación Iztapalapa deben poner más atención y destinar más personal para la vigilancia del cementerio. "Nosotros contratamos a un empleado de aquí mismo para tener mayor seguridad, pero salió contraproducente, pues una vez lo encontramos en estado de ebriedad y había convertido la cripta en una bodega".
Por su parte, el administrador del Panteón Civil, Joaquín Hernández, reconoció que por las noches sólo se cuenta con cuatro guardias para resguardar las 113 hectáreas, y son frecuentes las quejas del público por el robo de artículos. "Abren boquetes en la barda y hasta algunos coches que se quedan aquí han amanecido destruidos", apuntó. Al encargado de la vigilancia de los panteones en Iztapalapa, Roberto Munguía, se intentó localizarlo en sus oficinas, tanto del cementerio como en la demarcación, sin conseguirlo.