"Gastar y regalar el presupuesto no sirve a nadie, mucho menos a los pobres", dice
Vicente Fox censura la borrachera de endeudamiento anterior a su gobierno
Mazatlán, Sin., 7 de febrero. Al hablar de la "insurgente" clase media mexicana, el presidente Vicente Fox dijo que 75 por ciento de las familias ya dispone de lavadoras, "y no de dos patas o dos piernas, sino de las metálicas". La hilaridad fue inmediata entre los hoteleros mazatlecos, quienes le pidieron -y obtuvieron enseguida- la construcción de un libramiento para llegar a Mazatlán sin tener que pasar por las colonias pobres. Y eso no obstante la revelación del mandatario a los sinaloenses de la inexistencia de la "milagrería".
Primero el gobernador Jesús Aguilar Padilla y más tarde el propio Presidente, atendieron prestos el reclamo del líder de los hoteleros, Ernesto Coppel Kelly, de realizar esa obra como parte de las obras de la carretera Mazatlán-Durango.
Con su estilizado cabello teñido y un hablar desparpajado, un empresario se había quejado de que al sur de este puerto "tenemos una entrada penosa; del aeropuerto hacia la ciudad da pena realmente traer al turista, que va pasando por ahí... está grafiteado, son las colonias populares más humildes, hay guaneras que son fábricas de fertilizantes y que huelen horrible''.
Fox satisfacía ipso facto ese reclamos del sector turístico, si bien momentos antes había celebrado, ante pequeños y medianos empresarios, haber dejado atrás el presidencialismo: "Qué bueno que ya los mexicanos nos sacudimos aquella pésima idea de que el Presidente nos iba a venir a resolver las cosas, o el gobernador".
El Presidente se sumergía en la descripción del "maravilloso" mundo de los emprendedores y las medidas dispuestas recientemente para que los changarros cumplan fiscalmente. Entonces, para ilustrar, citó: "¡Más fácil!: Ahora sí que, como dijo por ahí en alguna ocasión Diego Fernández de Cevallos, 'quieres el plátano peladito y en la boca'. Bueno, ahora así es".
Como primer punto Vicente Fox atestiguó el inicio del proyecto hidroagrícola Baluarte-Presidio, en cuya construcción participará la empresa brasileña Andrade-Gutierres. En su primera etapa costará 923 millones de pesos y servirá para irrigar 22 mil hectáreas, además de aumentar la dotación del líquido a la zona urbana de Mazatlán.
En este punto, como en los demás actos del día, se escucharon los elogios del gobernador Padilla al jefe del Ejecutivo. A esta obra "llegamos tarde 25 años, pero tenía que ser el presidente Fox" quien acudiera, junto con los sinaloenses, a autorizarla.
A su vez, Fox criticó nuevamente los gobiernos anteriores, al recordar el "nefasto" diciembre de 1994 y reprochar a la mucha gente que culpa al Fobaproa de que haya menos fondos presupuestales. El deber de un presidente, insistió, es no tomar riesgo alguno en proteger la economía, y dijo que él ha hecho oídos sordos a quienes le piden gastar más, "porque ya sabemos lo que pasó en el pasado; todos conocemos lo que tuvimos que pagar los mexicanos por las borracheras aquellas de dinero, de créditos, de financiamiento, de endeudamiento... y ¿quién terminó pagando?: los pobres, como siempre".
Porque, manifestó convencido, "gastar y regalar el presupuesto no sirve a nadie, mucho menos a los pobres; sólo les da diversión por una noche con la torta o el regalito, y luego un dolor de cabeza y una cruda que duran decenas de años", y con esa expresión arrancó el aplauso unánime de los empresarios turísticos, a quienes momentos antes había concedido la construcción del libramiento que evite, a los visitantes de Mazatlán, ver las colonias pobres.