ASTILLERO
Propinota
Gobierno hotelero
¡Violad, pero pagad!
Chabela Shit-a-ton
A FIN DE CUENTAS, todo puede quedar resuelto con una muy generosa propina de los maleteros del María Isabel a los clientes de paso llamados gobierno mexicano. Según el huésped a distancia, Luis Ernesto Derbez -quien viaja por Europa, tratando de diversificar la lista de agravios diplomáticos mexicanos-, bastaría con imponer una fuerte multa a la nueva embajada gringa cinco estrellas para que las cosas queden en santa paz. Eso sí, ha establecido el encargado de la Posada Tlatelolco -posada, no parador; más bien alojamiento o, en exclamación viril que sería destino, albergue- que los patrones güeros de los bell boys nativos no tienen culpa alguna de que la servidumbre local se sienta obligada a atender las órdenes obviamente imperiosas. Ni con el pétalo de una nota diplomática han de ser tocados los autores intelectuales de la aplicación extraterritorial de una ley, instaurando así el gobierno mexicano la nueva doctrina Sheraton, que permitirá la violación de la normatividad nacional a cambio de comprensivas sanciones pecuniarias, que para el capital trasnacional equivalen a un nanopelo de gato, pero que pueden ser usadas como excelente pretexto bélico: ¡Violad, pero pagad!, sería el grito recaudatorio de los nuevos ángeles de la dependencia, Luigi Ernest de las Propinas y Chente el Silencioso, quienes pretenden dar por resuelto el incidente con medidas de corte económico que podrían abrir la puerta a una espiral de confrontación creciente -la guerra de los pasteles hoteleros.
LA COLONIZADA VIA de salida que el bogiern, perdón, nobierg, no: gobierno mexicano ha buscado trata de dejar la más reciente provocación gringa (la doctrina Negroponte) en el plano de la legislación comercial -ya no meramente entre particulares, como bárbaramente había pretendido originalmente la cancillería-, sin presentar un flanco político de defensa del interés nacional, pretendiendo diluir el hecho exacto de que la Casa Blanca ha tratado a México en demérito de la soberanía de este país, que no es una hostería, una pensión o una fonda. En caso de que lleguen a buen puerto los planes reivindicatorios de míster Derbez, esta columna sugiere que la celebración patria se realice en alguno de los salones que para congresos, convenciones y exposiciones tiene el Chabela Shit-a-ton (el único hotel que garantiza una tonelada de contrariedades -¡shit!- diplomáticas: noches de expulsión gratis por cortesía de la firma Helms-Burton), por ejemplo, el más grande de todos, el Independencia, donde pueden caber, según la configuración deseada, mil 500 personas en formato recepción o 730 en estilo banquete; o salones más pequeños, como el Angel, el Constitución o el Colonia, o los muy cómodos y maleables Imperio en cuatro versiones.
MIENTRAS EL GOBIERNO mexicano jugaba a las investigaciones, tratando de establecer culpables, móviles y consecuencias de la infracción hotelera, la administración estadunidense del hotel El Mundo planteaba públicamente los términos en que había girado instrucciones para que en la filial México se cumplieran los lineamientos de la política corporativa Casa Blanca. Con gran sigilo, un detective mexicano con cargo de subsecretario de Relaciones Exteriores, Jerónimo Gutiérrez, había sido enviado por el gobierno foxista para investigar lo que en páginas periodísticas de Internet podría ser consultado desde cualquier centro vacacional, sin necesidad de echar a perder el puente constitucionalista. Y el candidato mexicano presumiblemente de izquierda, por su parte, daba su otra versión infomercial: de ladito, sin entrar al fondo, aunque pronunciando las palabras suficientes para que las notas periodísticas dieran por sentada una postura más o menos crítica, llamó a enfrentar el asunto "sin aspavientos, sin alharacas", y se manifestó contra enclaves en México de los estadunidenses... los cubanos, los chinos, los franceses, los alemanes. Y es que, actos como los del Sheraton, son "hasta de muy mal gusto", por lo cual él, de llegar a presidente, mantendrá gran respeto a los visitantes de todos los pueblos del mundo y llevará buenas relaciones con todos los gobiernos. ¡Olé! Los interesados busquen el video del programa matutino de Televisión Azteca en www.lopezobrador.org.mx, dando clic en La otra versión y abriendo el archivo correspondiente al 7 de febrero, y luego comparen los términos de ese torear por la izquierda con la postura de los senadores panistas que denunciaron la "violación flagrante" cometida contra los funcionarios de Cuba: "acto ilegal, deleznable y violatorio de derechos humanos que debe ser perseguido, investigado y sancionado con toda la fuerza de la ley, incluso, de ser necesario, con la cancelación de la prestación del servicio de ese establecimiento", dijo la muy derechista Cecilia Romero en nombre de sus compañeros de escaño. La izquierda en plan conservador y la derecha exigiendo castigo a gringadas: el hotel de la política mexicana al revés, con los administradores recibiendo propinas de los maleteros.
ASTILLAS: EN EL MAR de malas noticias ya ni siquiera produce gran estupor social el caso del diario neolaredense El Mañana, atacado por un grupo de encapuchados que dispararon metralletas y detonaron una granada en la redacción de ese periódico. La diaria producción noticiosa del narcotráfico ha sumido a la sociedad en un estado letárgico que simplemente consume la información del día y la incorpora de inmediato a un archivo perdido que va desechando expedientes conforme llegan los nuevos. Eso sí, el Presidente de México prometió investigaciones a fondo y aseguró que no triunfará el mal (presidente al que no le gustan las comparaciones ni los cuentos chinos)... La señora Marta, por su parte, le entró a la batalla de los fundamentalismos, convocando a que nadie se escandalice por la espiritualidad (en su caso, el escándalo es más bien por lo terreno, por el seglar tráfico filial de influencias, por las riquezas construidas mundanamente al amparo del poder)... Y, mientras entra en funciones el privatizado general AuDomiro, ¡hasta mañana!
* Fax: 5605-2099 * [email protected] *