Usted está aquí: martes 7 de febrero de 2006 Cultura La cueva y la montaña: polémica en puerta

La cueva y la montaña: polémica en puerta

El arqueólogo Ramón Carrasco Vargas, director del proyecto Calakmul, sostiene que los hallazgos en la zona plantean la necesidad de ver desde nuevas perspectivas la cultura maya y revisar las investigaciones que se han hecho al respecto en los pasados 50 años.

El especialista se refiere particularmente a la Subestructura II, el mayor edificio del sitio, y al friso en estuco bícromo, de 20 metros de largo por tres de alto, colocado en la fachada principal, enmarcando la entrada al monumento.

A cada lado de ese acceso, dos mascarones zoomorfos de cuatro metros de altura presiden la escalinata que conduce al interior.

De acuerdo con el análisis de Carrasco, el conjunto representa dos elementos esenciales de la cosmovisión maya: la montaña y la cueva. La montaña -el exterior- es el lugar de origen y la cueva -el interior- es Xibalba, el espacio sagrado donde habitan los ancestros.

Al respecto, el investigador cuestiona el concepto de ''inframundo" comúnmente utilizado a la hora de hablar de la cosmovisión maya: ''Es un concepto muy occidental que realmente no tiene que ver con el pensamiento de los mayas''.

Lo que pasa es que los conquistadores españoles todavía traían consigo la fobia obsesiva fomentada por la Iglesia ''hacia las brujas y los demonios; todo lo asociado a la tierra era el infierno, era muerte, era malo".

Cuando ven que las culturas mesoamericanas hablan de que su edén está dentro de una montaña, bajo tierra, la asociación con lo malo y demoniaco es inmediata.

Pero para los mayas '''no había elementos opositores como arriba-abajo, bueno-malo; no veían una separación entre la vida y la muerte; la muerte era una continuación de la vida, el que moría se iba al interior de la montaña que es de donde había venido.

''Se manejaban en una dimensión horizontal donde existen adentro y afuera. Afuera es la montaña, donde está la entrada para llegar adentro, a la cueva."

Al ver la forma de la construcción de la Subestructura II y las imágenes en el friso, Carrasco entendió la relación basamento-montaña, templo-cueva, presente en las soluciones arquitectónicas de muchas estructuras.

En Calakmul también se percató de que en la cosmovisión maya no se habla en realidad de dioses: ''Se trata de una cultura fundamentalmente animista, como los son todas las culturas americanas y mesoamericanas, donde se establece una relación de igualdad entre el hombre y la naturaleza (las plantas, los animales).

Concluyó entonces que no se podía seguir estudiando a las culturas prehispánicas desde una perspectiva occidental. Aunque admite que es una posición que ya empieza a generar polémica, está convencido de que ''el conocimiento tiene que avanzar; no es posible seguir reproduciendo errores si realmente queremos conocer la escencia de esa cultura".

La arqueología -abunda Ramón Carrasco- ''es eso, el encuentro de un dato que en un momento dado permite elaborar una teoría, y tiempo después aparece información nueva que la modifica. Es la parte dinámica de la arqueología y del conocimiento. Por lo mismo no puede haber afirmaciones definitivas.

''Creo que estoy planteando una cuestión totalmente nueva, que puede generar polémica, pero que abre muchos caminos para entender mejor nuestra historia."

Arturo García Hernández

 
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