Contaminación y falta de infraestructura, causas
Rica en manantiales, Cuajimalpa sufre déficit de agua de hasta 40%
Paradójicamente, Cuajimalpa, delegación de la cual fluyen alrededor de 50 manantiales, tiene un déficit de agua potable de hasta 40 por ciento, situación que se recrudece durante la época de estiaje, pues se desperdicia de entre 20 y 25 por ciento del vital líquido que corre por sus afluentes, ante la falta de infraestructura y la contaminación que generan los habitantes asentados en el entorno de la zona de bosques.
A ello se suma el mal estado en que se encuentran las cajas de captación, mallas ciclónicas y bardas, que protegen los arroyos, así como de la tubería de canalización, que tiene más de 50 años de haberse instalado, lo que redunda en fugas de agua, que van a parar al subsuelo o a los canales de desagüe, de acuerdo con el jefe de la Unidad Departamental de Rescate Ecológico de la demarcación, Rodolfo Appel Vázquez.
Dos son los principales ríos que atraviesan esta delegación que no son aprovechados en su totalidad. Una de ellos es el de Agua de Leones, de 21 kilómetros de longitud, que atraviesa los poblados de La Pila, Las Maromas y San Lorenzo Acopilco, y el segundo, el llamado Santo Desierto, que nace en los cerros de San Miguel Colica y pasa por el Parque Nacional Desierto de los Leones y las zonas de Valle de las Monjas y San Mateo Tlaltenango, para desembocar en la Barranca de los Helechos, en la delegación Alvaro Obregón.
En este último, en un intento por frenar esta situación, el gobierno delegacional construyó un tanque de abastecimiento de 400 metros cúbicos, en el paraje conocido como Rancho los Laureles, ubicado a dos kilómetros al sur del poblado de San Miguel Tlaltenango. Sin embargo, a tan sólo 500 metros el río comienza a perderse por la contaminación.
"Aquí el agua está 100 por ciento limpia, pero más abajo, cuando empiezan a aparecer algunas construcciones, con 20 o 30 años de existencia, se llena de basura, y después cuando comienza a introducirse al pueblo, el agua está totalmente contaminada y no se puede aprovechar para el consumo", comenta durante un recorrido Appel Vázquez.
Otras de las medidas que han adoptado las autoridades delegacionales, refiere el funcionario, es la edificación de dos ollas de almacenamiento, cada una de mil metros cúbicos de agua, para abastecer alrededor de 7 mil habitantes, sobre todo en la época de estiaje, cuando la demanda aumenta y la recolección del vital líquido disminuye.
Aunque con estos trabajos se logra resolver parte de la problemática, aún existen situaciones graves en otros manantiales de Cuajimalpa, como el de Agua Bendita, en Zentlápatl, y el de Espitzu, en San Pablo Chimalpa, donde el agua que nace al pie de un cerro va a dar directamente a las aguas negras del Río Borracho.