Usted está aquí: lunes 6 de febrero de 2006 Sociedad y Justicia Desarrollan en la UAM proceso para tratar aguas residuales

Pese a su bajo costo y efectividad, el sistema no es aplicado en el país: investigadores

Desarrollan en la UAM proceso para tratar aguas residuales

La mala calidad en los procedimientos genera más contaminación y agotamiento del líquido

LAURA POY SOLANO

Ampliar la imagen En México es necesaria la aplicación de un política de Estado en materia de tratamiento de aguas, dice experta Foto: Archivo

La baja calidad en los procesos de tratamiento de agua residuales en México propicia no sólo mayores niveles de contaminación, sino un creciente agotamiento de los recursos hídricos del país, y lo anterior, aunado a la creciente demanda del líquido, generará condiciones críticas, advirtió Judith Cardoso Martínez, coordinadora del grupo interdisciplinario que investiga la aplicación de polímeros sintéticos y naturales para el tratamiento de aguas residuales.

Un equipo de investigadores de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) desarrolla un nuevo sistema de tratamiento con materiales poliméricos con el que se puede recuperar gran parte de las partículas suspendidas en aguas altamente contaminadas y que está considerado una de las herramientas del futuro para atender los elevados niveles de contaminación del agua, en particular la producida por hidrocarburos.

Los polímeros, acromoléculas originadas por los enlaces químicos de múltiples unidades básicas llamadas monómeros, se caracterizan por sus propiedades mecánicas y térmicas, así como de viscosidad, es decir, resistencia de un fluido a moverse, que los diferencia de cualquier otro material molecular.

Cardoso Martínez, quien obtuvo en marzo pasado, junto con otros científicos de la Universidad Nacional Autónoma de México, una patente para el uso industrial de polímeros iónicos (sintéticos) en el tratamiento de aguas residuales, aseguró que el desarrollo de esta tecnología permitirá no sólo abaratar los costos en el tratamiento químico que reciben las aguas contaminadas; "también generar en el caso de los polímeros naturales, una fuente de material biodegradable, soluble en agua y que no representa riesgo para los ecosistemas".

Agregó que desde 1992 inició una investigación para desarrollar materiales poliméricos con características que puedan aglomerar, una vez disueltos en aguas residuales, las partículas sólidas suspendidas, las cuales debido a su tamaño no pueden sedimentarse.

Polímeros sintéticos

En nuestro grupo de investigadores tenemos dos líneas básicas de trabajo, los polímeros sintéticos y los naturales. En el primer caso, se empleó un material tipo iónico, es decir, que atrae las partículas y es soluble en agua, el cual se aplicó de forma experimental en la planta de tratamiento del río Lerma, donde se descargan 25 por ciento de las aguas residuales producidas en la ciudad de México.

El material desarrollado de manera conjunta por la UAM y la UNAM cumplió con toda la normatividad establecida por la Comisión Nacional del Agua, la cual indica que debe existir un máximo de 12 partes suspendidas por millón y, pese a que superó en rendimiento a otros productos de importación, "hasta la fecha no se ha concretado su aplicación para uso industrial".

Agregó que el procedimiento de aplicación es "sencillo y poco costoso; basta con un tanque de almacenamiento con un pequeño motor que mezcle las aguas residuales con el material, el cual puede aglomerar las partículas suspendidas y luego recolectarlas con una rejilla gracias a la formación de pequeños flóculos".

Especialista en el estudio de polímeros e investigadora de la UAM-Iztapalapa, Cardoso Martínez señaló que con este proceso se podría recuperar "una parte considerable del agua utilizada en diferentes procesos industriales y contaminada con hidrocarburos, así como en el lavado de autos, ya que en promedio se requiere de 30 a 100 litros por vehículo".

Si consideramos que el nivel de turbiedad de las aguas domésticas se estima entre 50 y 100 unidades al mezclarlas con aguas contaminadas con hidrocarburos, que superan las 3 mil, es evidente que de no realizar un adecuado tratamiento "generaremos mayores índices de contaminación y agotamiento de los acuíferos".

Otras de las alternativas que se estudian, indicó, es la aplicación de polímeros naturales como el caparazón de moluscos, en este caso cáscara de camarón, en los procesos para tratar aguas contaminadas. A través de procesos biotecnológicos se produce un material polimérico capaz de aglutinar las partículas suspendidas en aguas residuales, "biodegradable y altamente soluble en agua".

En el país, agregó, existen cantidades importantes de este desecho que pueden ser empleado para producir este material, a bajo costo y con altos rendimientos, ya que, a pesar de que en el mercado internacional se encuentran disponibles productos similares, su alto costo de aplicación, por ser productos de importación, los hacen pocos viables.

De acuerdo con los resultados de las investigaciones realizadas por diversos expertos de la UAM, afirmó, se detectó que, de aplicarse una producción considerable recuperando todos los desechos producidos en el país, el costo sería "muy redituable a un precio estimado en 150 pesos por ocho metros cúbicos, en contraste con los ocho dólares que se deben pagar por kilogramo producido en el extranjero".

La especialista alertó que sin una adecuada política de Estado en materia de tratamiento de aguas residuales "de nada servirá la aprobación de una normatividad que no se acata y que no cuenta con los recursos públicos suficientes para garantizar su monitoreo y la sanción a quienes violenten su obligación de tratar adecuadamente las aguas residuales que generan".

 
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