Advierten que continuarán con los talleres que imparten sobre fe y política
Critican prelados a quienes quieren "reducir a la religión a lo privado"
El obispo de San Cristóbal de las Casas, Chiapas, Felipe Arizmendi, cuestionó a escritores y políticos que "se mofan satíricamente de quien ocupando un cargo oficial manifiesta sus convicciones de fe, como si el hecho de gobernar en un Estado laico lo impidiera". Sin decir nombres, criticó a quienes quieren "reducir la religión a lo privado, al hogar y a las prácticas piadosas, sin incidencia en la vida pública".
Mientras tanto, el presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano, José Guadalupe Martín Rábago, y el cardenal Norberto Rivera Carrera defendieron, por separado, el derecho de la Iglesia a pronunciarse en todos los ámbitos de la vida nacional. Inclusive el primero, al dar la razón al secretario de Gobernación, Carlos Abascal Carranza, quien el 29 de enero pasado consideró necesario que el ser humano recupere la religión para que dé sentido a los valores éticos, señaló que son urgentes las reformas legales que garanticen el "auténtico derecho a la libertad religiosa.
"El (funcionario) señalaba que la ética para que pueda tener una fundamentación sólida requiere de la religión, porque los valores en los cuales nosotros sentimos que hay seguridad, como la honestidad, la fidelidad, se cimentan", apuntó en conferencia de prensa en su diócesis, la de León, Guanajuato.
Martín Rábago aplaudió la respuesta que dio Abascal a las acusaciones que recibió del escritor Carlos Monsiváis. En el "yo respeto el fundamentalismo de los fundamentalistas está todo dicho", señaló el obispo.
También ubicó como una "deformación totalmente inadmisible querer limitar la misión y la tarea de la Iglesia sólo a predicar verdades abstractas y sin conexión con las circunstancias históricas que viven los hombres".
Insistió en que continuarán con los talleres de fe y política, organizados por la Comisión Episcopal de Pastoral Social, donde pedirán a los electores "que no se dejen comprar por dádivas deshonestas que corrompen las voluntades; que no se dejen llevar por promesas atractivas, pero faltas de contenidos concretos e imposibles de realizar", afirmó.
En coincidencia, el arzobispo primado de México, Norberto Rivera, subrayó el derecho a evangelizar en todos los ámbitos, "por más que nos digan aquí en México que la Iglesia debe estar metida en la sacristía, que no puede estar interesada en asuntos que pasan en este país". El pecado, apuntó ante jóvenes que celebraron a la Virgen de Guadalupe, en el Seminario Menor, "está presente en los proyectos de acaparamiento, de injusta distribución de los bienes, en la explotación, el narcotráfico, en los males que estamos padeciendo, y en que no se dé una verdadera educación al pueblo, ya sea por culpa de una persona o de un grupo".
Antes, al término de su homilía dominical, pidió no "seguir la corriente a las provocaciones" que autoridades de Estados Unidos emiten a México. "Si de provocaciones se trata -afirmó-, ellos están peor. No solamente son vulnerables, sino que se van despedazando, se van deshaciendo internamente por la cantidad de problemas que tienen", en referencia a las declaraciones de John Dimitri Negroponte, director nacional de Inteligencia de aquel país.
Rivera Carrera ponderó la necesidad del diálogo entre ambas naciones, para resolver los problemas en común.
El cardenal se deslindó del editorial del semanario Desde la Fe, donde se calificó de "vergüenza nacional" la violencia desatada en días recientes en varios estados de la República. Allí se enumeró que "el delincuente se esconde detrás de uno y mil rostros de la vida nacional: hay un narcotraficante detrás de un juez corrupto, de un notario influyente, de un empresario muy activo, de un policía irresponsable, de un periodista comprometido, de un político encumbrado, de un militar poderoso, etcétera".
Dijo desconocer por qué no se incluyó en la lista a los sacerdotes. "Pregúntenle a quien lo escribió", porque no todo lo que ahí se escribe, anotó, "es que yo lo haya pensado o yo lo haya aprobado o yo lo haya visto antes".
Finalmente, en Chiapas, el obispo Felipe Arizmendi arremetió contra quienes critican a los gobernantes por exaltar su religiosidad, aun en discursos oficiales. "No han entendido lo que es la fe cristiana, que implica toda la vida, los criterios y las decisiones, dentro del legítimo marco legal de respeto a las diferencias de credo". La laicidad del Estado, subrayó en su homilía dominical, "no impide que los gobernantes practiquen públicamente su fe, sino el que quieran imponerla a todos", señaló.
También externó su preocupación porque con su "lucha encarnizada" los candidatos presidenciales destruyan a la sociedad. Los llamó a moderar su lenguaje, para no generar reacciones violentas.