DESDE EL OTRO LADO
Estrategias de largo plazo
EN LAS ULTIMAS dos campañas para la presidencia de Estados Unidos el tema sobre la conformación de la Suprema Corte ha estado omnipresente. Era evidente que debido a la avanzada edad de algunos de sus miembros, uno o más se retirarían. Esto se ha confirmado recientemente. William Rehnquist, su presidente, falleció hace algunos meses y Sandra Day O'Connor se retiró después de un cuarto de siglo de servir en ella.
TAMBIEN RESULTABA LOGICO que el presidente Bush nombraría a dos jueces conservadores para sustituirlos y que, con el apoyo de la mayoría republicana en el Senado, ambas postulaciones serían aprobadas. Así sucedió, y hoy en la Suprema Corte hay una mayoría de jueces de ideología conservadora. A final de cuentas esto puede ser determinante para modelar el perfil de la nación en los años por venir.
VALE LA PENA tratar de entender cómo se llegó a esta situación, a partir de dos movimientos sociales estratégicos. Por un lado, el arribo de una mayoría conservadora al Senado, responsable en última instancia de aprobar las postulaciones presidenciales de quienes integran el Poder Judicial, no ha sido mera casualidad. La mayoría del electorado estadunidense se ha vuelto paulatinamente más conservadora. Así lo demuestran los resultados de las dos elecciones recientes. Puede haber muchas razones (amenazas terroristas, debilidad del Partido Demócrata, dominio apabullante de la maquinaria publicitaria conservadora, factores de índole religioso, etcétera), pero lo cierto es que más de 50 por ciento de los votantes consideran que, al menos por ahora, lo más seguro para sus intereses es cobijarse en los valores más significativos de ese pensamiento.
POR OTRO LADO, el arribo de jueces conservadores a la Suprema Corte, y otros tribunales de menor jerarquía, tampoco es casual. La semana pasada el diario New York Times publicó un largo artículo que revela que la agrupación The Federalist Society ha trabajado desde los años en que Reagan era presidente en un proyecto elaborado cuidadosamente para cooptar las posiciones más importantes en el sistema judicial del país. La disciplina de esa asociación, integrada por abogados conservadores, y una estrategia de largo plazo fueron esenciales para concretarlo.
TAMPOCO ES CASUAL que hoy por hoy en las tres ramas de gobierno predomine el ideario conservador. Desde que Newt Gingrich, siendo líder de la Asamblea de Representantes, manifestó en su Nuevo Contrato con Estados Unidos la necesidad de recobrar el espíritu conservador en el país, quienes coinciden con ese pensamiento se han organizado y actuado en consecuencia.
SERA INTERESANTE OBSERVAR qué sucede en un gobierno tan poderoso como el estadunidense, dominado en sus tres ramas por la ideología de un solo partido, y la forma en que el electorado reacciona a esa propuesta. Experiencias similares en otros momentos y lugares no parecen ofrecer una respuesta por ahora.