Editorial
Inaceptable aplicación de leyes de EU en México
En un acto totalmente reprobable, que vulnera la legislación mexicana, la gerencia del hotel María Isabel Sheraton de la ciudad de México expulsó el viernes pasado a un grupo de funcionarios cubanos, quienes celebraban una reunión con empresarios estadunidenses para explorar el mercado petrolero en la isla. Los responsables del hotel señalaron a La Jornada que recibieron una orden de la matriz de la cadena, con sede en Phoenix, Arizona. Supuestamente, la cadena hotelera fue objeto de presiones por parte del Departamento del Tesoro de Estados Unidos, el cual habría fundamentado que la estancia de los cubanos en ese lugar violaba las leyes estadunidenses que prohíben a sus empresas realizar transacciones comerciales con Cuba. Es decir, se trata de una flagrante imposición de leyes extraterritoriales, algo que las autoridades mexicanas no deberían aceptar y sobre lo que deberían actuar en consecuencia.
La cadena hotelera no sólo expulsó a los 16 miembros de la delegación caribeña, también les confiscó el importe de tres noches de hospedaje, lo que parece de plano un robo en despoblado. Decisión tan absurda no ha pasado desapercibida ni siquiera para los integrantes de la delegación estadunidense. Kirby Jones, presidente de la Asociación Comercial Estados Unidos-Cuba y organizador del acto, dejó ver que las órdenes de las autoridades estadunidenses rayan en lo ridículo pues incluso se les ordenó a los empleados del hotel que a los cubanos no les dieran de comer, de beber y que se les impidiera caminar por los pasillos. Así, puntualizó Jones, si esto se lleva a los extremos, "entonces ningún cubano puede estar en ningún hotel estadunidense en el mundo y ningún cubano puede comprar una hamburguesa en McDonald's en ninguna parte".
La vocera de la embajada de Estados Unidos en México, Judith Bryan, justificó que "la ley prohíbe a personas y entidades estadunidenses proporcionar servicios a personas o entidades cubanas, y el Sheraton, como empresa subsidiaria de una compañía estadunidense, debe acatar las leyes de Estados Unidos". La mayor parte del comercio de ese país con la isla está prohibida conforme al embargo impuesto hace 45 años contra el régimen del presidente Fidel Castro. Washington sólo permite la venta de alimentos y productos agrícolas, luego de que se realizaron modificaciones legales en 2000. Sin embargo, de acuerdo con Jones, no había motivos para expulsar a los cubanos, pues el Departamento del Tesoro estaba completamente enterado del encuentro y ya con anterioridad se habían realizado otras reuniones similares sin contratiempos.
Pero el meollo del asunto no es si el Departamento del Tesoro aprobó la reunión, sino que una empresa afincada en México tenga que obedecer las leyes de su país, que obviamente no tienen ningún valor o no deberían en una tercera nación. Algo inaceptable aún considerando el origen de la cadena hotelera.
Este caso es peor aún si se considera que una ley mexicana aprobada en 1996 prohíbe a compañías establecidas en su territorio realizar actos que afecten el comercio o limitar la inversión producto de la aplicación extraterritorial de leyes extranjeras. En ese contexto, para el diputado federal Jorge Martínez, del PRD, miembro de la Comisión de Relaciones Exteriores, la expulsión de los cubanos "es una violación de los derechos civiles fundamentales" y consideró que el gobierno de México debería castigar al hotel por el incidente.
Pero las autoridades mexicanas deberían hacer más que sancionar a dicha empresa, pues una acción de esta naturaleza es inaceptable y exige medidas contundentes. Desgraciadamente, dada la tibieza con la que ha actuado el gobierno de Vicente Fox ante casos parecidos, no se puede esperar demasiado en ese sentido.