Celebran el primer aniversario del recinto interactivo que diseñó en Tabasco
Publicarán un libro sobre el arte arquitectónico de Zabludovsky
El Museo Papagayo de Villahermosa es el primero en su tipo creado en el sureste mexicano
Realizó auditorios y centros culturales ''con soltura y desenfado formal'', dice especialista
Planos curvos e inclinados para invitar a los pequeños a correr a sus anchas, así como muros que serpentean construidos con aluminio rojo y cristal azul para provocar la imaginación, forman parte del Museo Interactivo Papagayo, de Villahermosa, Tabasco, bello edificio de concreto cincelado blanco que diseñó el arquitecto Abraham Zabludovsky (1924-2003) y que no pudo ver concluido.
El recinto fue terminado dos años después de la muerte del creador, el 5 de febrero de 2005.
Este domingo se celebrará el primer aniversario del inmueble con diversos espectáculos; además, se prepara un libro que documenta el trabajo arquitectónico del autor de proyectos como el Museo de Arte Contemporáneo Internacional Rufino Tamayo.
El especialista Miquel Adriá recuerda que, como lo hacía el arquitecto Ludwig Mies van der Rohe en su Galería Nacional de Berlín, ''Zabludovsky llegó a visitar en silla de ruedas" las primeras etapas de las que serían sus construcciones póstumas: el teatro y centro de convenciones de Coatzacoalcos, Veracruz (inaugurado en noviembre de 2004) y el museo Papagayo.
Estos inmuebles ''quedarán varados, como buques atemporales, espectaculares".
En sus últimos años, el arquitecto Abraham Zabludovsky realizó auditorios y centros culturales ''con soltura y desenfado formal, lejos de la contención geométrica" de etapas anteriores, agrega Adriá.
Patios, pórticos y taludes
El Museo Interactivo Papagayo de Villahermosa se erige sobre una superficie de 23 mil 782 metros cuadrados. En su construcción se invirtieron unos 220 millones de pesos y se sumará a los otros 25 museos interactivos que operan en el país, aunque es el primero en su tipo que llega al sureste mexicano.
Cuenta con 117 exhibiciones divididas en cinco salas temáticas, cuya instalación estuvo a cargo museógrafos de Papalote Museo del Niño, de la ciudad de México.
Los trazos que Abraham Zabludovsky imprimió al Papagayo corresponden a la arquitectura contemporánea: ''fuerte, monumental, de líneas sencillas pero impactantes; con un excelente equilibrio con entorno urbano a través de sus patios, pórticos y taludes", se explica en las invitaciones a ese espacio.
Se añade que ''el lenguaje predominante de la forma arquitectónica (del museo tabasqueño) es sin duda la reflexión, la búsqueda de lo grandioso, el descubrimiento. El movimiento contemporáneo se encuentra en el calor y la flexibilidad de los materiales, la sencillez de las líneas, los grandes paños, la transparencia, el carácter de la forma y la funcionalidad del edificio".
Armonía con el paisaje
En los años 40, Juan O'Gorman escribió un manifiesto en el que afirmaba que ''la arquitectura moderna mexicana sólo puede realizarse actualizando la única y verdadera tradición de México que es la prehispánica. Y las características del arte auténtico deberían ser: la forma piramidal; relación dinámica de ejes y formas; la decoración profusa e interdisciplinar; la exageración tridimensional de volumen y espacio, y la armonía de forma, color y materia con el lugar y el paisaje".
Adriá escribe en el catálogo dedicado al teatro y centro de convenciones de Coatzacoalcos (Editorial Arquine, 2005) que ''difícilmente Abraham Zabludovsky habría imaginado en sus primeros años de profesión, militantemente moderna e internacional, que el manifiesto de O'Gorman le quedaría a su medida unos años después.
''Así, el rigor de la obra de Zabludovsky, proveniente de su obstinada formación moderna y del énfasis pragmático en sus construcciones habitacionales, se fue decantando hacia valores simbólicos y atemporales en las obras institucionales, y hacia la libertad formal en sus auditorios de los últimos años. Toda la experiencia del arquitecto gestando espacios y moldeando volúmenes se funde en sus últimos gestos decididos, fieles a su primer trazo."
En los archivos del arquitecto Abraham Zabludovsky permanecen varios proyectos, a la espera de ser retomados por las nuevas generaciones de creadores de espacios, entre ellos, algunos museos tecnológicos (para Tuxtla Gutiérrez, Aguascalientes y Oaxaca), así como un Museo del Petróleo, pensado para ocupar el espacio de la antigua refinería de Azcapotzalco, en la ciudad de México.