A LA MITAD DEL FORO
Del Nigromante a Negroponte
5 DE FEBRERO EN PALACIO Nacional. Y resuenan las palabras del Nigromante al instalarse el Congreso Constituyente: Respeto el mandato de los votantes y "me niego a comenzarlo mintiendo". La Constitución de 1824 decía: "En el nombre de Dios". Afuera, la clerigalla amenazaba a los herejes con escobas enarboladas por las mujeres. Los radicales del poder constituido por voluntad ciudadana, legitimado por la ley que el hombre se daba a sí mismo. No por derecho divino. La razón frente al dogma. Iglesia y Estado separados. Libertad de conciencia. Ninguna influencia religiosa o eclesiástica en el gobierno de la República.
EL NIGROMANTE SE negó a mentir, a engañar a quienes lo eligieron diputado constituyente. Hace unos días, en ceremonia oficial, acto de premiación encabezado por el Presidente de la República: Carlos Monsiváis decidió no recibir su premio mintiendo y señaló las violaciones a la letra y al espíritu de las leyes de esta República; las prédicas religiosas de funcionarios en franco desafío al laicismo y al estado de derecho; el sermón de la intolerancia a nombre de la democracia y el derecho natural de funcionarios que no tienen sino las facultades que la ley expresamente señala. Monsiváis no dejó que se perdieran en el maremagno mediático las palabras que había dicho el 21 de marzo en Guelatao.
CARLOS ABASCAL, secretario de Gobernación que asiste a la ceremonia de culto público, a la beatificación de cristeros, decidió cambiarle la oración por pasiva al escritor. Lo llamó "fundamentalista". Patético papel el de rechazar legitimidad y ser funcionario de un Estado laico. Asoma la sotana: Felipe Calderón diría en su campaña política que los padres tienen derecho a dar educación religiosa a sus hijos y el Estado debe proporcionarla en las escuelas públicas. Y el dirigente del PAN, Manuel Espino, diría que no pretenden imponer la enseñanza religiosa, pero que nada malo había en que un profesor se reuniera a rezar con sus alumnos en la escuela. La duplicidad, el engaño por sistema. Polvos de aquellos lodos que borraron del mural de Diego Rivera la frase del Nigromante: "Dios no existe."
5 DE FEBRERO EN Palacio Nacional. Candidatos a la Presidencia en campaña. Y llegan noticias del imperio. John D. Negroponte comparece ante el Comité de Inteligencia del Senado de Estados Unidos de América. Que los narcotraficantes no se interesan en derrocar gobiernos, dice el zar de la Inteligencia del gobierno de George W. Bush: "... medran en Estados donde los gobiernos son débiles, vulnerables, o que buscan la corrupción (sic) e incapaces o no dispuestos a hacer cumplir consistentemente el estado de derecho". Afganistán, Kirguistán y Birmania, "al otro lado del mundo". Y "otros cercanos a casa como Haití, Jamaica y México". Nada podrá separarnos, respondió la docilidad genuflexa.
NO SE TRATA DEL muro de las lamentaciones de una clase gobernante que se dice defensora de los derechos de los mexicanos. Pero ya que pasaron la frontera en fuga del muro de la marginación y la miseria; la migración como destino y las remesas multimillonarias de dólares que la estulticia ostenta como logro; fuente de divisas superada únicamente por la del petróleo que, además, aporta más de la mitad del ingreso fiscal. Años de parálisis, en los que el consumo de energéticos ha crecido aproximadamente 3 por ciento de 1994 a la fecha. Tiempo en el que creció enormemente la demanda de energía en España, en Portugal, en Corea, ya no digamos en India y China. Crecer consume energía. Nuestra economía no crece. "Se desarrolla un círculo vicioso (...) sufre el clima de inversión, se marchita el crecimiento económico," sentencia el zar Negroponte.
QUE SE LE PUEDE reprochar al prepotente procónsul que nos arroja la verdad al rostro. ¿Recordarle su paso por Centroamérica, los contras, el narcotráfico como abono para la democracia electoral certificada en Washington; el secuestro de la ONU y la imposición de la voluntad unilateral de su gobierno en Irak? En la guerra sin fin contra el terrorismo indefinido, los derechos individuales y las garantías que la Constitución de Estados Unidos de América, reconoce, otorga y garantiza a sus conciudadanos, han sido suspendidos por decreto imperial. Después de todo, el zar de la Inteligencia de George W. Bush no engañó al gobierno de Fox y a los candidatos que recorren el país de espaldas a lo que sucede en el mundo ancho y ajeno:
"PARA FINALES DEL año, 10 países habrán efectuado (sic) elecciones presidenciales y ninguna es tan importante para los intereses de Estados Unidos como la elección de México en julio." No amigos, ni socios, ni proveedores de jardineros para California. "Estados Unidos no tiene amigos, tiene intereses", dijo John Foster Dulles. Vicente Fox ya se va. Recorre el país y pregona logros de su gobierno. La nave va. No se hundió. Se preservó la estabilidad. Hay voluntad de usar las reservas de divisas que suman sesenta y tantos miles de millones de dólares, para pagar algo de la deuda externa. Nada le debemos al FMI. (Salvo la ruina de cinco lustros a cuenta de las recetas obedecidas ciegamente por la tecnocracia que abrió la caja de Pandora.) Y el Banco Mundial, por ejemplo, ofrece crédito para la generación alternativa de energía, eólica entre otras. Pero no a la CFE sino a empresas trasnacionales.
LO QUE EL AIRE a Juárez, dijeron los de Andrés Manuel López Obrador y los de Roberto Madrazo en sus respectivos actos de campaña en Oaxaca, en Guelatao. Y Felipe Calderón navega entre vientos de fronda al estallar la tempestad del escándalo y los cargos formales de corruptelas y abuso de poder para favorecer los negocios de los hijos de la señora Marta. De la familia, diría Vicente Fox. De todos los hijos de los ex presidentes, añadiría el padre de los indiciados por el Poder Legislativo. No cambian las manchas del tigre. El yunque se ablanda y Espino dice que "es un problema totalmente ajeno a nosotros". Nada tiene que ver el PAN en ese entierro, declara el abogado César Nava, uno del dúo dinámico del candidato Calderón. Pero en el clima enrarecido de gobierno débil y criminalidad rampante, en plena confrontación con la exhibición de corruptelas del PRD y del PRI, se va a empañar la imagen de santidad y de juventud ganadora diseñada para la campaña de Felipillo santo.
EL ESCANDALO ES diluvio. Los savonarolas encendieron la hoguera del Pemexgate, no para condenar vanidades ajenas sino para satisfacer las propias. Quedan rescoldos bajo cenizas que dispersó el viento de la transición. Todavía hay ingenuos que atribuyen la ausencia de "reformas estructurales", de un "auténtico cambio de régimen", al intento inicial de Vicente Fox de negociar acuerdos parlamentarios con el PRI. Piensan debió haberlos combatido y perseguido hasta desaparecer al partido. Sodoma sin estatua de sal. "What goes around, comes around", lo que pones en circulación, regresa. Quien siembra vientos cosecha tempestades. Tengan o no que ver con ese entierro, van a cargar con el muertito.
ERA DE LOS PODERES mediáticos. Volvió a la pantalla de la televisión el fantasma de Bejarano. Joaquín López Dóriga diría su nombre y Andrés Manuel López Obrador respondería con acento estoico: "Pagó sus culpas". El de Ponce: "Está en la cárcel." Pero en la comparecencia electrónica hubo ocasión para designar anticipadamente a Rogelio Ramírez de la O para hacerse cargo de las finanzas públicas, y a José María Pérez Gay para la política exterior. Y la inesperada incorporación del rector Juan Ramón de la Fuente: "En política interior", dijo el entrevistado. Ah, Gobernación. La política, los navegantes de la transición, necesitan un siquiatra. El rector De la Fuente se negó al rejuego lacaniano del elogio a la locura en el ágora electrónica.
EN LA UNAM HAY siempre el riesgo de la desestabilización propiciada desde las alturas del poder político y desde las sombras de los poderes de la reacción y los endemoniados dostoyevskianos del lumpen. Instrumentos para el intento criminal de perjudicar y desprestigiar a la Universidad Nacional Autónoma, fuente y origen del conocimiento, de la investigación, de la ciencia nuestra, que es, como debe ser, universal. De la Fuente aseguró que se ocupa de la UNAM. Punto. No creo que hubiera mala fe en el impromptu imaginativo de López Obrador. Pero sería lamentable que a estas alturas dijeran que es "buena voluntad", gesto de buena persona. Cualidades que se atribuyen al presidente Fox en el ocaso de su mandato.
LLEGO LA HORA de las definiciones. Felipe Calderón encontró su nicho: discurso de vencedor, de modernidad, de juventud dicharachera y dichosa en el ascenso de la derecha doctrinaria en la globalidad financiera y el libre mercado como verdad única. Encontró a su adversario, o escogió a López Obrador, sea porque va a la cabeza o porque lo crea más vulnerable que Roberto Madrazo. El sabrá por qué. Pero el del PAN no deja el campo mediático libre ni rechaza el legado de los obsequios del gobierno de Fox a los dueños de la televisión y a los del dinero que da y quita poder político.
AVANTI AVANDARO, dirían en homenaje a Berlusconi. López Obrador reunió a decenas de miles en la Plaza de la Revolución en Villahermosa, Tabasco. Y de ahí se fue a cenar con los empresarios españoles del Grupo Prisa, del diario El País, de la W radio en México. Y mucho más. Medios progresistas, vanguardia de la transición española y adelantados de la reconquista de México. Y de ahí, López Obrador a una reunión con Emilio Azcárraga Jean y su equipo en casa del de Televisa. Avanti Avándaro. En un hotel de Valle de Bravo se reunirían los dueños de la mayor cadena del duopolio de la televisión con Roberto Madrazo y Felipe Calderón. Por separado, pero los tres de los partidos dominantes, informarían al poder mediático espectacular de sus programas y políticas.
HAY TIEMPO. PERO los tres de marras se han entregado a "la dicha inicua de perder el tiempo" (con perdón de Renato Leduc). El padrón electoral es de 71 millones de votantes. 14 millones votarán por primera vez en su vida. Hay tiempo, pero hay que saber contar y con quién se cuenta. Para sumar los que hagan falta y romper el encanto de las cuentas alegres a cuenta de las encuestas que se van y no volverán.