Los tres toros restantes de Cuatro Caminos, también
Pajarito era cachirul: llegó a la México con documentos falsos
Pajarito, el toro que de un brinco le dio la vuelta al mundo el domingo pasado, llegó a la Plaza México con acta de nacimiento falsa, al igual que todos sus hermanos de la ganadería de Cuatro Caminos, de acuerdo con las actas oficiales del Registro Obligatorio de Edades consultadas por este reportero.
Según éstas, el toro marcado con el número 134 que alcanzó fama internacional como Pajarito, nació en julio de 2001 como un becerro "mulato"; esto significa que tenía pelos rojos y negros. Sin embargo, el que provocó el histórico incidente del coso de Mixcoac era cárdeno entrepelado bragado, es decir, de pelos negros y blancos, lo que habla de una sustitución ilegal que constituye un fraude al público.
Los tres toros restantes de ese encierro -Don Lupe, Gorrión y Cayetano- también presentaron papeles falsos. Según el Registro Obligatorio, Don Lupe, número 167, nació como "sardo", o sea, con pelos negros, rojos y grises, pero a la Plaza México llegó con pelos negros y blancos. Gorrión, número 163, nació como negro lucero (con una mancha blanca en la frente) pero saltó a la arena como cárdeno oscuro bragado, ¡y sin lucero!, mientras Cayetano, número 117, nació como negro zaino, pero lo que el público vio era un castaño bragado, esto es, con pelos rojos en los lomos y blancos en el vientre.
Según la Plaza México, esos cuatro toros nacieron entre julio y diciembre de 2001, por lo que habrían sido lidiados supuestamente con más de cuatro años de edad, pero de las patentes alteraciones de sus actas de nacimiento se desprende que eran un año más jóvenes y no cumplían con los requisitos que marca el reglamento taurino de la ciudad de México, lo que constituye otro delito cometido por el empresario Rafael Herrerías y solapado por las autoridades capitalinas.
Especialistas en el tema explicaron a La Jornada que para perpetrar este tipo de fraudes, los ganaderos inescrupulosos, como los de Cuatro Caminos, inscriben a sus becerros en el Registro Obligatorio un año antes de que nazcan, lo que no les impide anotarlos con las características propias de las reses bravas; 12 meses después, cuando una nueva camada aparece en el campo, los propietarios adjudican a cada ejemplar el número de registro que corresponda a sus rasgos físicos, entre ellos básicamente el color del pelaje.
Para el veterinario zootecnista Benjamín Calva, máxima autoridad en materia de bovinos en México, "becerro que nace con pelos blancos no los pierde nunca", de lo cual se infiere que todos los ejemplares que en el registro figuran como "bragados", "coleteros", "calceteros", "luceros" o "caribellos", porque tienen, en ese orden, manchas blancas en el vientre, el rabo, las patas, la frente o la cara, siempre conservarán esos colores.
Los expertos coinciden en afirmar que esta variante de las múltiples estafas perpetradas por Herrerías cuenta con el aval del Gobierno del Distrito Federal, la delegación Benito Juárez, los jueces de plaza y los integrantes de la actual Comisión Taurina, designada el 23 de febrero del año pasado por Andrés Manuel López Obrador, que no sólo no ha entrado en funciones sino que tampoco ha tomado posesión del local donde se encuentran sus archivos históricos.