¡Como pisar mercurio!
En el "Seguro Popular" no sólo acontecen presuntos desvíos de recursos, ahora también se detectan anomalías en el gasto.
El Centro de Análisis e Investigación Fundar denunció, primero, que más de 11 millones de pesos del erario -originalmente asignados en 2005 a la Secretaría de Salud (Ssa) para la prevención y atención del VIH-sida en tres hospitales de tercer nivel- fueron desviados al pago de artículos de limpieza, servicios comerciales, bancarios y financieros, así como para arrendamiento de maquinaria, equipo, conservación de inmuebles y vehículos, subcontratación de servicios a terceros, vigilancia y mantenimiento.
Ahora, Fundar advierte que -en lo que fue el Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación 2006- la Ssa solicitó recursos para VIH-sida para institutos y hospitales que no brindan esa atención especializada.
Tal es el caso del Instituto Nacional de Perinatología y del Hospital General de México, para cada uno de los cuales se requirieron 6 millones de pesos, siendo que este último sólo cuenta con el servicio de infectología. Pero al Instituto Nacional de Nutrición Salvador Zubirán se le destina una suma idéntica: 6 millones de pesos, a pesar de que en él opera una de las clínicas de VIH más grandes del DF.
Y eso no es todo: mientras el Hospital Juárez de México recibía 13 millones de pesos para VIH, aunque no cuente con ese programa especializado de atención, al Instituto Nacional de Cancerología -que alberga a la Clínica de Cáncer y Sida- sólo se le asignaron 11 millones de pesos.
A decir de Fundar, los criterios para la distribución de los recursos son "financieros": como a esos hospitales "les recortaron algunos otros gastos", no tienen dinero para servicios generales, entonces les dan dinero para VIH-sida "no etiquetado, no restringido, para que puedan hacer cambios para lo que necesitan y no para su destino primordial".
Pero en ese caótico y discrecional "orden", la Ssa recibió un presupuesto de casi 42 mil millones de pesos, de los cuales 17 mil millones de pesos se destinan -en pleno año electoral y con un Presidente descaradamente desbocado a favor de los candidatos del PAN- a la operación del "Seguro Popular".
Tan se trata de un programa sanitariamente fraudulento que, cuando Julio Frenk, acudió a la Comisión de Salud de la Cámara de Diputados, para intentar "amarrar" esos milloncitos, se le apareció auténticamente el diablo. Como se había hecho "acompañar" por 12 secretarios estatales de Salud, la reunión "inducida" se le transformó en una reunión verdaderamente "deliberativa": de pedigüeño se convirtió en "advertido".
Juan Díaz Pimentel -titular de los servicios oaxaqueños- comentó que "faltan recursos para atender la demanda", y aunque ya edifican un "megahospital", aún "carecen de personal". Simultáneamente, otros secretarios coincidían en que el impopular segurito obligó a las entidades a "modificar el sistema de abasto de medicamentos".
Por su parte, el responsable nayarita, José Raúl Mejía, sostuvo que "aunque ustedes lo digan", la incorporación de familias "no va a la par de la infraestructura hospitalaria ni del abasto" de fármacos. En Nayarit no tenemos medicamentos, ni equipo. Los objetivos se deben establecer para alcanzar metas de salud, no número de personas afiliadas". Requerimos, remató, que "se asignen adecuadamente los recursos" (justamente lo que denuncia Fundar). A esta postura se sumó Francisco Vera, secretario en Baja California, quien agregó: "hay un problema de infraestructura y necesidad de recursos humanos".
Los mismos legisladores pusieron al popular engendro en su justa dimensión: la diputada priísta María Cristina Díaz Salazar aseguró que "el Presidente está haciendo uso personal del Seguro Popular con fines electorales", y anunció que "solicitaremos que el IFE detenga los espots de Oportunidades y del Seguro Popular, y también le solicitamos que evalúe la capacidad de los servicios antes de afiliar a más gente".
Por su parte, Rocío Jaspeado (PAN) puntualizó la urgencia de invertir en los Institutos Nacionales de Salud: en Perinatología, observó, "la sala de urgencias cuenta con sólo cuatro camas", y el de Nutrición "ya no se da a abasto para atender a los enfermos".
Desencajado, el padre del fraudulento segurito no tuvo más que aceptar, a regañadientes y en voz casi inaudible, que hay estados que "están arrancando con menos infraestructura y equipamiento". ¿Seguro que están arrancando?
Y, de paso, reconoció la necesidad de regularizar la situación laboral de ¡40 mil! empleados por contrato en hospitales federales y estatales de la Ssa, quienes perciben un salario inferior al de los trabajadores de base, además de que carecen de prestaciones. Sin embargo, dijo, "en lo inmediato no se resolverá el problema, porque implica una erogación económica para la cual no hay presupuesto". Entonces, ¿para qué sirven los 17 mil millones de pesos que tanto ostenta el Amigo de Fox Juan Antonio Fernández Ortiz, comisionado nacional de Protección Social en Salud (Fox Contigo, 26/11/05)?
Y a pesar de haber quedado penosamente comprometido con el espinoso asunto de los impuestos a las industrias del tabaco y el alcohol, Frenk todavía se atrevió a espetar que existe el plan para convertir a la zona de hospitales de Tlalpan en la "ciudad de la salud", aunque, por supuesto, no precisó cómo, ni cuánto costará.
Ciertamente, el impopular segurito de Frenk demandará al nuevo gobierno una auditoría integral. ¿Por qué no destinaron los legisladores esos cuantiosos recursos al Programa IMSS-Oportunidades, cuyas clínicas están saturadas? ¿Esto es lo que pretenden "continuar" los candidatos Calderón y Madrazo? ¡Como pisar mercurio!
* Universidad Autónoma Metropolitana-Xochimilco