Pide la Canacope abrir fuentes de financiamiento
El crecimiento de las tiendas de autoservicio y de conveniencia, así como el ambulantaje, provocaron el año pasado el cierre de 2 mil 880 micro y pequeños negocios, principalmente, abarrotes, papelerías, tlapalerías y farmacias, con la pérdida de nueve mil empleos, la reducción de las jornadas laborales y una caída en las percepciones salariales de sus empleados.
El presidente de la Cámara Nacional de Comercio en Pequeño (Canacope), Enrique Guerrero Ambriz, explicó que a ello se suma la falta de financiamiento, de capacitación, de tecnología y la "excesiva tramitología" para abrir un negocio en la ciudad, que significa un tiempo de espera de 15 días a un mes, lo que lleva al sector a erogar hasta 400 millones de pesos anuales en mordidas.
Afirmó que los problemas para el sector son serios en todos los sentidos: financiero, administrativo y de seguridad, porque de no instalar algún sistema de protección, como enrejado, alarmas o contratación de guardias con perros, "deben pagarse los servicios de las bandas del barrio para evitar el saqueo del negocio y las agresiones".
En conferencia de prensa, expuso, con base en una muestra realizada en diciembre pasado entre 500 de sus agremiados, que se detectó que 47 por ciento de los negocios tienen menos de cinco años de funcionamiento y han requerido la rotación de giros comerciales, de servicios e industriales, mientras que apenas 18 por ciento tiene más de 16 años de operar.
Ocho de cada 10 negocios son familiares y la mitad de ellos son atendidos por una mujer; la mayoría de los dueños o encargados tiene más de 50 años, mientras quienes inician su experiencia laboral su edad oscila entre los 20 y 30 años.
La situación adversa del sector, agregó, se ha reflejado en una menor contratación de personal, y la disminución de las jornadas laborales y salarios, pues "es difícil enfrentar a las grandes cadenas o a los ambulantes, que en 70 por ciento de los casos se dedican a la venta ilícita de productos de contrabando, robados o de piratería.
Señaló la urgencia de que las autoridades capitalinas abran fuentes de financiamiento al sector, y acelerar el proceso de regularización de los negocios establecidos y apertura de nuevos que cumplen todos los requisitos establecidos y representan la creación de nuevas fuentes de empleos.