ONG exige al gobierno de Vladimir Putin abolir el servicio militar obligatorio
Mueren cada año más de mil conscriptos rusos en las novatadas
Ampliar la imagen El presidente ruso Vladimir Putin ayer en la cumbre de la Comunidad Económica Euroasiática en San Petersburgo Foto: Ap
Moscu, 30 de enero. Cada año, sin contar las bajas del ejército ruso en Chechenia y otros conflictos armados, mueren más de mil conscriptos por causas no relacionadas con situaciones de combate, sino a manos de sus propios compañeros y superiores en las llamadas novatadas.
Hasta una tercera parte de estas "pérdidas de soldados en condiciones de paz", corresponden a reclutas, de entre 18 y 19 años, que optan por suicidarse al no resistir los abusos, vejaciones y golpizas.
Esta deplorable práctica adquiere proporciones vergonzosas ante la permisiva actitud de la cúpula castrense, de alguna manera interesada en que los padres pudientes tengan motivos para evitar a cualquier precio que sus hijos hagan el servicio militar obligatorio.
El caso más reciente de violencia intramilitar provocó conmoción en Rusia. Ocurrió en la Escuela Militar de Tanques, en la lejana región siberiana de Cheliabinsk, donde el soldado Andrei Sychov fue obligado a moverse en cuclillas, con las manos atadas a la espalda, mientras un grupo de agresores alcoholizados, encabezados por un sargento, lo golpearon salvajemente durante cuatro horas.
Ante la falta de acción de los médicos militares, que no dieron importancia a la paliza, Sychov permaneció en cama varios días, sin poder levantarse, hasta que se decidió llevarlo a un hospital civil, cuando ya mostraba un estado de gangrena avanzada. El joven de 18 años sufrió la amputación de ambas piernas y los genitales, así como de varios dedos en las manos.
La trágica historia del soldado Sychov quizá nunca se hubiera conocido y pudo haber acabado, herméticamente cerrada, en un ataúd de zinc que la madre recibiría junto con la tradicional frase de que el soldado "murió al servicio de la Patria, en cumplimiento de su deber".
Pero uno de los médicos del hospital incumplió la orden de guardar silencio y avisó de modo anónimo a la filial de la Unión de Comités de Madres de Soldados (UCMS) en Cheliabinsk, una ONG integrada por mujeres que comparten el dolor de haber perdido un hijo en el ejército y asumen la defensa de los derechos de los conscriptos.
La ONG denunció el caso y el ministro de Defensa, Serguei Ivanov, cometió la torpeza de afirmar que él no sabía nada, "y si no he sido informado por mis subordinados, no debe ser nada grave", agregó. Después, ante el impacto de los trágicos hechos en la sociedad rusa y la amplia cobertura en la prensa, Ivanov destituyó al director de la Escuela Militar de Tanques, general Víktor Sidorov, y anunció que todos los culpables -ya hay cuatro detenidos- recibirían el máximo castigo que permite la ley.
El presidente Vladimir Putin condenó este lunes lo sucedido al soldado Sychov y ordenó se otorgue a su familia de forma gratuita un nuevo apartamento y la ayuda que necesite.
En este contexto, la coalición de ONG "Por un servicio civil alternativo y democrático", exigió hoy al Kremlin abolir el servicio militar obligatorio y sustituirlo con un ejército profesional en su totalidad.
"Es la única forma de frenar el aumento de los crímenes al interior del ejército" porque "el actual sistema, al fomentar toda suerte de abusos, hace que se manifiesten los más bajos instintos del ser humano", subraya el comunicado de dicha coalición.
Entre las ONG que apoyan la demanda está la UCMS, gracias a la cual se hizo del dominio público el caso del soldado Sychov. No resulta extraño que la Unión de Comités de Madres de Soldados sea una de las primeras ONG que quiere cerrar el Ministerio de Justicia, pretextando que no ha cubierto ciertos requisitos burocráticos establecidos en la nueva legislación que restringe el funcionamiento de las ONG en Rusia.
En esa misma situación están varias ONG que el Servicio Federal de Seguridad (FSB) trató de vincular, la semana pasada, con el escándalo de los espías británicos. En respuesta, una de las organizaciones acusadas de recibir financiamiento foráneo, la Fundación Eurasia, reveló este lunes que varios de los legisladores rusos que han pedido con mayor vehemencia que se prohíba la actividad de las ONG que el FSB considera un peligro para los intereses nacionales de Rusia, forman parte ellos mismos -y han recibido generosas becas- de ONG extranjeras.
A modo de ejemplo, se cita al presidente del Consejo de la Federación (Senado), Serguei Mironov, que es copresidente de la ONG Transatlantic Partners Against AIDS (Socios Trasatlánticos contra el SIDA), que cuenta entre los miembros de su consejo de directores al presidente del Comité de Relaciones Exteriores de la Duma (Cámara de Diputados), Mijail Marguelov, y al presidente de la Comisión de lucha contra la corrupción de la Duma, Mijail Grishankov.
Entre los patrocinadores de esa ONG, figura el Open Society Institute (Instituto para una Sociedad Abierta), de George Soros, a quien Mironov, Marguelov y Grishankov acusan de haber financiado a la oposición en varios países del espacio post-soviético que cambiaron de régimen.