El Correo Ilustrado
Reflexiones sobre evaluación del SNI
Señora directora: Le agradeceremos se publiquen en el Correo Ilustrado las siguientes reflexiones, a propósito de las evaluaciones realizadas por algunos comités evaluadores del Sistema Nacional de Investigadores (SNI).
Recientemente se han expresado opiniones en medios académicos de Estados Unidos, en las cuales se cuestiona la falta de originalidad e impacto positivo del trabajo científico que se hace en México (Editorial Nature Medicine. Physician, heal thyself. Vol. 11. No. 9, September 2005).
Esto se debe, sin duda, a varios factores, dentro de los cuales es conveniente resaltar los métodos de evaluación del trabajo científico de los investigadores y de los proyectos que éstos desarrollan en nuestro país. Desafortunadamente, su aplicación y resultados no estimulan la originalidad y el impacto del trabajo científico. Específicamente, algunos de los recientes resultados de las evaluaciones hechas por las comisiones del SNI no son imparciales ni objetivas, ni se aplican las mismas reglas a todos los evaluados. Esto último se puede constatar con la revisión de la productividad científica y el impacto de las aportaciones hechas por varios científicos, mismas que no se corresponden con el nivel asignado de acuerdo con los lineamientos estipulados en el propio SNI.
Se entiende la difícil tarea que se encomienda a los colegas que participan en las comisiones y se esperaría que la selección adecuada de los evaluadores, así como la aplicación justa de los criterios establecidos para esto, se reflejen en un estímulo al trabajo de la comunidad científica.
Es lamentable que esto no se cumpla cabalmente, como atestiguan múltiples opiniones que han sido expresadas públicamente por varios colegas.
Considerando estos aspectos, se vuelve imperativo que las autoridades del SNI reflexionen y analicen dicha situación y establezcan mecanismos de control que aseguren una evaluación objetiva, madura y justa que realmente estimule el quehacer científico. Lo anterior contribuiría a lograr el impacto requerido y a que nuestro país pueda competir en el ámbito científico a escala internacional.
Atentamente.
Guadalupe Ortega Pierres y José Luis Reyes Sánchez, investigadores
Molesta por crónica del concierto de música judía
Señora directora: Hace dos años dejé de suscribirme al periódico, a causa de su antisemitismo disfrazado de antisionismo. Hace apenas una semana me suscribí de nuevo para seguir de cerca la otra campaña de Marcos. Debo decir que, a una semana de leer el periódico, me arrepiento profundamente de haberlo hecho. Esta llamada "izquierda" de La Jornada no tiene nada que ver con la asunción del otro como otro, con la tolerancia y, mucho menos, con el respeto que se debe a cualquier diferencia, sea ésta indígena o, en su caso, judía.
Como investigadora del Instituto de Investigaciones Filológicas de la UNAM desde hace 30 años, me considero a la vez judía y ciudadana del mundo, comprometida con este país que también es mío y no sólo de ustedes, que se pretenden dueños de la "justicia" social. Ayer, al leer la amplísima crónica que hacen del concierto Nunca más, pensé que mientras no haya voces que denuncien este abierto antisemitismo nuestro mundo seguirá siendo el mismo. Si no me equivoco, la palabra judío se utiliza más de una vez como sinónimo de rico, alta sociedad incapaz de comprender la música, que acude a Bellas Artes para lucir sus "soy totalmente Palacio", ignorante, prepotente, grosera, con desprecio hacia la música.
Sólo quisiera recordar que buena parte de la música del siglo XX fue compuesta por judíos, a los que ustedes tratan con desprecio. Es verdaderamente una vergüenza que en pleno siglo XXI aún se acuse al judío de eso que se le acusaba en la Edad Media, dueños del dinero y de la conspiración judía mundial. No me sorprendería si alguno de estos días apareciera en su periódico de "izquierda" la acusación de que los niños son hasta la fecha el alimento diario de todo judío.
Con toda la falta de respeto que su periódico me merece,
Doctora Esther Cohen
Llama a la mesura
Señora directora: No estuve en el concierto en el que notables músicos y cantantes actuaron para recordar el holocausto y exhortar al mundo para que éste no se repita nunca más. Leí la crónica que de éste hace Pablo Espinosa en La Jornada, y si bien entiendo que no a todo mundo le gusta su percepción sobre el concierto, no percibí por ningún lado al "burdo y barato antisemita" que José Rubinstein menciona, de la misma manera que él no escuchó los celulares que Pablo sí escuchó y que, por otro lado, no es difícil escuchar en ese tipo de conciertos.
Maleducados hay en todas las clases sociales, no importa la religión que profesen ni la cultura a la que pertenezcan. El señor Rubinstein, a juzgar por el último párrafo, no hace precisamente gala de educación ni de mesura, sólo de ira y de una susceptibilidad fuera de lugar. Juzgar de antisemita la crónica de Pablo y acusarlo de "fobia y desviaciones mentales" me parece ligeramente excesivo, porque sería tanto como decir que al concierto asistieron solamente judíos, y como negar que entre los ricos, sobre todo los nuevos ricos (no sólo los judíos, sino católicos, musulmanes, ortodoxos, etcétera), hay gente inculta e incivilizada.
Atentamente
Adriana Guadarrama
Responde Alejandro Nadal a comentario
Estimada Carmen: Me refiero al comentario de Rubén Mares sobre mi artículo titulado "El mausoleo del Fobaproa". De acuerdo con estimaciones confiables sobre producción de plutonio en reactores de agua hirviente, como los de Laguna Verde, México ha producido 2.2 toneladas de ese peligroso material. Pero ese plutonio no ha sido separado del combustible quemado que se encuentra en las albercas de Laguna Verde. Lo que se puede hacer es colocar el combustible quemado y el plutonio asociado junto con los pagarés del Fobaproa en el mausoleo estilo alfombra al que se refiere mi artículo. Después de todo, ambas sustancias son igualmente peligrosas y producto de sendos desastres financieros y tecnológicos.
Alejandro Nadal
Invitación
"Los últimos zapatistas", en el café de la red
Dentro de nuestro ciclo La otra es de tod@s presentaremos la película Los últimos zapatistas, héroes olvidados, de Francisco Taboada y Sarah Perring, México, 2005. Este miércoles 25, a las 18 horas, la cita es en Medellín 33, Roma, entre Puebla y Sinaloa, Metro Insurgentes. Tenemos el teléfono suspendido, si quieren información pueden escribirnos a [email protected]. Tenemos a su disposición el número cero de nuestro periódico Red para la otra campaña.
Delegado R-2, Arturo G. García