Evo Morales plantea reivindicar la imagen del ejército
Malestar en algunos generales por designaciones en la cúpula militar
La Paz, 24 de enero. El presidente de Bolivia, Evo Morales, dio posesión hoy a un nuevo mando castrense con la misión de cambiar la mentalidad de las fuerzas armadas y ponerlas al servicio del pueblo, y reiteró que se va a investigar y establecer responsabilidades en torno al escándalo del desarme de las fuerzas militares.
Pero la decisión del mandatario de nombrar a hombres de confianza en la cúpula militar y policial boliviana provocó malestar en algunos generales relegados en los ascensos, sospechosos de la irregular entrega de 28 misiles aire-tierra a Estados Unidos para su desmantelamiento, como lo denunció en octubre el propio Morales.
El mandatario, de 46 años, quien dijo respetar la institucionalidad en los ascensos, planteó "reivindicar" la imagen de la entidad militar porque "no queremos que las fuerzas armadas sean botín político", como ha sucedido hasta ahora.
Durante la ceremonia se respiró un cierto aire de tensión por la inconformidad de los militares relegados, que en total suman 28 generales y fueron enviados prematuramente a la reserva activa, y "perjudicó a tres tandas (promociones)".
Familiares de los militares concernidos fueron retirados por la fuerza del vestíbulo del Palacio Quemado, donde se desarrollaba la ceremonia de posesión del nuevo mando militar del país altiplánico.
Morales no se inmutó por los incidentes, y señaló en su discurso que se propone acometer la grave "responsabilidad de ir al cambio que el pueblo está pidiendo", y "reivindicar" a la institución castrense.
Los generales afectados en sus ascensos fueron "observados por el gobierno saliente, no están castigados, (pero) tienen que someterse a la investigación", arguyó, y añadió que no por eso tienen que molestarse sino contribuir con la investigación.
Capitán general de las fuerzas armadas por imperativo constitucional, Evo Morales designó al general de brigada Wilfredo Vargas comandante en jefe de la institución, nombró jefe del estado mayor general al general Carlos Antelo Lenz y comandante del ejército al general Freddy Bersatti.
Sin embargo, el nombramiento del general Vargas al frente de las fuerzas armadas fue cuestionado por "incorrecto e injusto" por el general Marco Antonio Vásquez, a quien correspondía por sucesión directa el mando si no hubiese sido "observado" por el anterior gobierno del presidente interino Eduardo Rodríguez.
Otros nombramientos recayeron en el general Luis Trigo Antelo como comandante de la fuerza aérea boliviana, el contralmirante José Alba en la comandancia de la fuerza naval y el general Issac Pimentel en la comandancia de la policía.
En su discurso de apertura ante el Congreso, Morales propugnó urgentes cambios en la institución castrense y deploró que no exista "ningún general que se apellide Mamani, Condori o Aima", en alusión a los indígenas bolivianos.
Por lo demás, planteó que se cumpla el servicio militar obligatorio -generalmente eludido por las clases altas- para que se forje la mentalidad de "soldado que defiende el territorio nacional, un soldado que defiende a las fuerzas armadas, un soldado que participa en el desarrollo" nacional.