Usted está aquí: martes 24 de enero de 2006 Mundo Rusia acusa de espionaje a cuatro funcionarios de la embajada británica

El Servicio Federal de Seguridad dice que tienen vínculos con promotores de ONG

Rusia acusa de espionaje a cuatro funcionarios de la embajada británica

JUAN PABLO DUCH CORRESPONSAL

Moscu, 23 de enero. Rusia trató de establecer este lunes un signo de igualdad entre ONG y espionaje contra el Estado, al revelar detalles de la implicación de cuatro funcionarios de la embajada de Gran Bretaña en Moscú en "actividades incompatibles con su estatus", fórmula inculpatoria que se aplica, en la jerga internacional, a los espías con inmunidad diplomática.

Serguei Ignatchenko, vocero del Servicio Federal de Seguridad (FSB, por sus siglas en ruso), dependencia sucesora del KGB soviético, compareció hoy ante la prensa para corroborar las graves acusaciones contenidas en un reportaje que transmitió anoche RTR, canal de la televisión pública, con secuencias de video grabadas con cámara oculta.

El narrador, Arkadi Mamontov, periodista famoso por sus reportajes a partir de material filtrado por el FSB, explica que cuatro individuos, identificados con nombres y rangos como funcionarios de la embajada británica aquí, frecuentaban un parque de las afueras de esta ciudad y solían pasar junto a una piedra que en realidad era un sofisticado equipo de recepción y transmisión de datos cifrados, operado desde computadoras portátiles.

De este modo, los británicos entraban en contacto con un valioso agente ruso, presumiblemente reclutado en el exterior y que ahora continúa rindiendo declaración en una prisión del FSB, según se informó.

Los hechos ocurrieron el año pasado, pero se dieron a conocer sólo meses después, casualmente el mismo día en que la llamada Cámara de la Sociedad, una instancia consultiva creada por el Kremlin, celebró su primera reunión para proponer al presidente Vladimir Putin revisar los aspectos más cuestionados de la nueva legislación que restringe el funcionamiento de las ONG en Rusia.

Aunque ninguna ONG local haya tenido idea de la existencia de la tecnología de punta escondida en la famosa "piedra", para el FSB existe un claro vínculo entre los espías británicos y los promotores rusos de los derechos humanos.

"Esta es la primera vez que logramos agarrarlos con las manos en la masa al descubrir el procedimiento para ponerse en contacto con ese agente aquí y que recibimos evidencias de que están financiando a una serie de organizaciones no gubernamentales", afirmó Ignatchenko.

El vocero del FSB mostró varias órdenes de pago en favor de ONG rusas, con base en las cuales la sección administrativa de la embajada británica efectuó las respectivas transferencias bancarias. Esos papeles llevan la firma de Marc Doe, segundo secretario de la misión diplomática, señalado como "miembro de la desmantelada red de espías" en el reportaje de televisión.

Representantes de las ONG, que figuran como beneficiarios, desmintieron que esos pagos fueran irregulares y rechazaron como "absurdas" las acusaciones de espionaje implícitas.

"En el reportaje de RTR se busca crear la impresión de que, al amparo de la oscuridad, recibíamos maletas con dinero, cuando en realidad las transferencias para financiar nuestro proyecto de apertura de periódicos en ciudades pequeñas de Rusia siempre han sido legales, se realizan a través de bancos locales y de acuerdo con la legislación de nuestro país", reviró Dmitri Surnin, de la Fundación Eurasia.

Por su parte, Liudmila Alekseyeva, presidenta del Grupo Moscovita de Helsinki, considerado una de las más influyentes organizaciones de defensa de derechos humanos en Rusia, confirmó que, hace dos años el gobierno británico otorgó a esa ONG 23 mil libras esterlinas para llevar a cabo seminarios en el interior del país y dijo que le parece irrelevante qué diplomático firmó la respectiva orden de pago.

Marc Doe, dentro de la sección política de la embajada británica, era uno de los funcionarios encargados de gestionar ante Londres los apoyos financieros para proyectos concretos de ONG rusas y de recibir los informes trimestrales de comprobación de gastos.

El Foreign Office declinó hacer comentarios sobre el escándalo de espionaje, pero se mostró "preocupado y sorprendido" por el intento de poner en tela de juicio su trato con las ONG en Rusia.

"Es bien sabido que el gobierno británico apoya proyectos instrumentados por ONG rusas en materia de derechos humanos y sociedad civil, y toda nuestra ayuda es facilitada de manera transparente", declaró un vocero del Ministerio de Relaciones Exteriores británico.

 
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