Confirma la viuda del escritor que el retiro del nombre de su esposo es irrevocable
La selección del Premio Rulfo, plegada a grupo político cultural
Cuestiona que hayan aceptado el galardón autores que desdeñan al creador de Pedro Páramo
La decisión de la familia del escritor Juan Rulfo de retirar el nombre del Premio de Literatura Latinoamericana y del Caribe "es irrevocable", reiteró la viuda del narrador jalisciense, doña Clara Aparicio, en una carta en la que denuncia la influencia que ejerce desde hace dos años "un grupo político cultural" en la selección del galardonado, así como el desdén con que fue tratada en las ceremonias de premiación en que participó.
Este documento, del cual tiene copia La Jornada, se leyó en dos ocasiones, la primera en diciembre, durante una primera reunión a la que sólo asistieron la señora Rulfo y la presidenta del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CNCA), Sari Bermúdez.
La segunda fue el martes pasado en un encuentro privado con la familia Rulfo al que sí acudieron representantes de las instituciones auspiciantes del galardón, como se informó en estas páginas el miércoles. La reunión ocurrió a unos días de que se dé a conocer la convocatoria para la versión 2006 del premio.
Se presentaron, además de Bermúdez, Juan Francisco Rulfo, Raúl Padilla, en representación de la Universidad de Guadalajara y quien además es presidente del Patronato del premio y de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara; Consuelo Sáizar, directora del Fondo de Cultura Económica, y Víctor Jiménez, de la Fundación Juan Rulfo, así como funcionarios del gobierno de Jalisco y de los ayuntamientos de Guadalajara y Zapopan y del CNCA.
A esta reunión ya no acudió doña Clara Aparicio. El encargado de leer el documento fue el representante legal de la familia Rulfo, Gabriel Larrea.
Reconocimiento a Germán Pintor
En la carta la señora hace un reconocimiento al escritor tapatío Germán Pintor, quien en 1986 organizó el Premio Nacional de Cuento Juan Rulfo, que en 1991 se convirtió en Premio de Literatura Latinoamericana y del Caribe Juan Rulfo, y recuerda que la Universidad de Guadalajara propuso a Pintor dar un giro a su iniciativa pero después "fue marginado por completo de todo lo relacionado con el premio que él había creado". En 1989 Raúl Padilla pidió a doña Clara su autorización para que el galardón, con el nuevo formato mantuviera el nombre del autor de Pedro Páramo, "y yo accedí".
En 1990, añade, durante la ceremonia en la que se dio a conocer el nuevo formato del galardón, los escritores Víctor Flores Olea Fernando del Paso subrayaron la responsabilidad que adquirían los organizadores con Juan Rulfo "y, por medio del mismo, con el mundo cultural, comprometiéndose a evitar los errores de otros premios, que, como se dijo entonces, dan preferencia a regiones geográficas, lenguas o grupos de presión.
"Sólo asistí a tres ceremonias de premiación, en las cuales le comenté al señor Padilla el extraño trato que se me daba, de marginación, desdén, y en ocasiones de franco olvido. Preferí ausentarme que seguir siendo objeto de ese trato. No obstante, siempre he estado atenta al desarrollo de los acontecimientos vinculados a este premio."
Así, entre 1991 y 2003 se premió "a un autor en el que destacaba su calidad literaria y no era evidente otra razón.
"Sin embargo, en 2004 y 2005 es muy clara la influencia que ejerce un grupo político cultural en la selección del premiado, incurriendo sin inhibiciones en los errores que debían evitarse. Este grupo siempre se ha caracterizado por utilizar su estructura mediática para tratar de socavar la obra literaria de mi esposo y a su persona misma."
Por ello en agosto pasado expresaron su preocupación a Padilla López, sin obtener respuesta, "quizá porque no consideraron de importancia nuestros comentarios. No era relevante para ellos que los dos últimos premiados, autores que previamente habían recibido el Premio Octavio Paz, hubiesen aceptado el premio que llevaba el nombre de Juan Rulfo cuando manifiestan gran indiferencia o desdén por mi esposo. Ni que el jurado de este año nombrara como vocero, es decir su representante, a una persona que forma parte de aquel grupo y quien denigra en cuanta oportunidad se le presenta a Juan Rulfo y a su familia (¿qué principios éticos y morales tendrán quienes lo designaron como jurado, y él mismo al haber aceptado serlo para este premio?)".
Los jurados del premio en 2005 fueron Seymour Menton, Steven Boldy, Christopher Domínguez Michael (quien fue vocero), Cecilia García-Huidobro, Lucía Melgar Palacios, Matilde Sánchez y Jorge Urrutia.
Esas son las causas por las que decidió retirar el nombre del premio.
"Mi decisión es irrevocable. Y sólo me permito decirles, por último, que al no aceptar inicialmente el retiro del nombre de mi esposo, Juan Rulfo, han avalado a quienes desean seguirlo manejando por el simple afán de incrementar su poder", finaliza doña Clara Aparicio.
Ericka Montaño