Presentaron libro inspirado en óleo de Leal Audirac
El pasado 8 de agosto El retrato de monseñor Diego Monroy, primer rector de la Basílica de Guadalupe, pintado al óleo por Fernando Leal Audirac (DF, 1958), fue presentado en el Museo de la Basílica de Guadalupe. Los textos allí leídos ahora se recogen en el libro El retrato de Monseñor Diego: un óleo de Fernando Leal Audirac (Ediciones El Equilibrista), que fue presentado la noche del miércoles en Casa Lamm.
En el acto, encabezado por el retratado, Leal Audirac -quien radica en Milán- se refirió a la historia del cuadro como de ''amistad y justicia", que se remonta a finales de los años 70 cuando monseñor Guillermo Schulemberg permitió a él y su primo, el poeta y cineasta Javier Audirac, filmar los frescos guadalupanos que su padre, Fernando Leal (1900-1964), creó en los años 40 en la Basílica, para el primer documental sobre su obra. En esa ocasión se percató de la necesidad de restaurarlos y se dirigió al Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), pero no lo escucharon.
El artista recordó que ''el director del INBA en esa época, un señor que se dedicaba a la poesía, me dijo citando al Quijote: 'Sancho, nos hemos topado con la Iglesia', culpando así a la entidad eclesiástica de la negligencia con la cual se descuidaban los frescos guadalupanos".
Años después, ante una visita del papa Juan Pablo II, preguntado sobre los murales guadalupanos, Leal Audirac manifestó que ''México se preparaba a recibir en harapos a su santidad". El comentario llegó a oídos de monseñor Monroy; éste llamó a Jorge Guadarrama, director del Museo de la Basílica de Guadalupe, quien dijo: ''Es cierto, no les hemos hecho caso en los pasados 30 años". La cita que siguió con el primer rector de la Basílica fue definitiva: los frescos se restauraron.
Claudia Gómez Haro, coordinadora académica de Casa Lamm, dijo que la tela de Fernando Leal Audirac habitará un espacio cercano a los murales de su padre.