Sin inmigrantes la economía estadunidense es "inoperante": Cámara de Comercio
Coalición empresarial, sindical y religiosa impulsa reforma migratoria integral en EU
Desde una óptica moral, reprobamos la iniciativa aceptada por congresistas: Iglesia católica
Washington, 19 de enero. Una inusual coalición que incluye a la cúpula empresarial, el sector sindical y una amplia gama del sector religioso de Estados Unidos lanzó hoy una campaña para promover una reforma migratoria comprensiva y derrotar la iniciativa aprobada por la Cámara de Representantes que prevé la construcción de un muro de mil kilómetros y criminaliza a los indocumentados y a todo ciudadano que les preste asistencia.
Thomas Donohue, presidente de la Cámara de Comercio de Estados Unidos, con unos 3 millones de empresas afiliadas, dijo que el punto básico es que la economía estadunidense no podrá operar sin trabajadores inmigrantes. "Si expulsan a 11 millones de trabajadores indocumentados, se escuchará el sonido más grande de succión de esta economía que jamás se haya escuchado", afirmó. La Cámara de Comercio, dijo, está muy "decepcionada" por la propuesta aprobada por la Cámara de Representantes el mes pasado, ya que es "un proyecto de ley policiaco que no puede funcionar, y falla en reconocer las contribuciones de los inmigrantes y nuestra creciente necesidad de ellos en el futuro".
Afirmó que el factor fundamental para los empresarios estadunidenses ahora es la "competencia por conseguir trabajadores" en una economía que se está expandiendo, donde un número sin precedente de trabajadores está por jubilarse y no ingresan los suficientes para cubrir la futura demanda de esta economía. Sin inmigrantes, concluyó, esto no puede funcionar, y comentó que los legisladores y sus aliados que desean expulsar a los millones de indocumentados en este país están hablando de algo irreal, "están fumando cigarrillos con un olor sospechoso".
El sistema está "descompuesto"
Por su parte, Andrew Stern, presidente del sindicato nacional de trabajadores de servicios (SEIU, con unos 1.8 millones de agremiados), señaló que la única manera viable de resolver lo que todos en este debate consideran como un sistema de migración "descompuesto", es a través de un reforma comprensiva que ofrezca a todo trabajador, inmigrante o estadunidense, la misma protección bajo las leyes y normas laborales. "Al establecer un proceso legal y ordenado, podemos sacar de las sombras a los trabajadores migrantes en este país y vincularlos con empleadores dispuestos", dijo, y agregó que así las fuerzas de seguridad pública podrían empezar a enfocarse en proteger al país de los que sí desean hacerle daño. "El problema no son los migrantes, sino un sistema de inmigración descompuesto", subrayó.
"Una economía subterránea -en la que los trabajadores gozan de poca protección y trabajan por bajos salarios en condiciones riesgosas- mina las normas para todos los trabajadores en este país y nutre la división en los lugares de trabajo en nuestras comunidades", advirtió el líder sindical. "Cuando reparemos nuestro descompuesto sistema de inmigración de manera comprensiva, estaremos cumpliendo con nuestros ideales más elevados como nación bajo imperio de la ley y como una nación de inmigrantes".
Mark Franken, director ejecutivo de Servicios de Migración y de Refugiados de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos, señaló que la Iglesia católica, junto con otras agrupaciones, evalúan las leyes migratorias desde una óptica moral, y por lo tanto reprueban el actual sistema y también iniciativas como el proyecto de ley aprobado por la Cámara. Informó que la Iglesia católica ya ha lanzado una campaña de educación cívica y de movilización para promover una reforma sobre las causas de la migración -que incluye las políticas económicas que la nutren tanto en este país como en los países de los inmigrantes-, y resolver a la vez los graves problemas que enfrenta la población migrante aquí, como la reunificación de familias, la protección de los derechos laborales y promover mecanismos para la legalización de los indocumentados.
Todos los participantes de esta inusual y diversa coalición están unidos en torno a que el sistema actual está "descompuesto", y para repararlo se necesita la creación de canales legales para trabajadores migrantes que llegan al país, así como para crear una vía de legalización para los 11 millones de indocumentados en este país, y buscar un régimen de ley sobre migración diseñado en torno de la realidad económica y social del fenómeno migratorio.
La apuesta política de esta coalición en esta coyuntura es derrotar o descarrillar la propuesta de ley aprobada por la Cámara y promover los proyectos de reforma comprensiva que ya circulan en el Senado.
Cuando se le preguntó el porqué parecen estar "ganando" las fuerzas antinmigrantes el debate político nacional, el líder sindical Stern declaró a La Jornada que es resultado de que estas fuerzas están nutriendo la inseguridad de los trabajadores locales. "Los estadunidenses están cada vez más preocupados porque no se valora su trabajo, no hay incrementos al salario mínimo, sufren la anulación de sus prestaciones y de sus pensiones. En este tipo de coyunturas es muy fácil que algunos le echen la culpa a los migrantes por todo y nutran esa corriente. Pero ante eso, o nos dividimos y nos odiamos y todos perdemos, o nos unimos para juntos crear algo mejor".
Los integrantes de esta coalición casi nunca están de acuerdo sobre los grandes temas nacionales, pero en torno a la migración, los intereses del sector empresarial, sindical y otros -algunos incluso muy conservadores y otros considerados muy progresistas- renuevan su alianza para contrarrestar la corriente antinmigrante del país, y promover una reforma migratoria más comprensiva. Además de la Cámara de Comercio, los sindicatos nacionales y la Iglesia católica, conforman esta coalición el Comité Judío Americano, MALDEF, NALEO, la Cámara Hispana de Comercio y varias agrupaciones empresariales de sectores como servicios, construcción, agrario, hotelero y de salud.
La batalla empieza de inmediato. Se espera que el Senado inicie el debate de la reforma migratoria en febrero, que podría resultar en la aprobación de un proyecto de ley que casi todos pronostican será muy diferente del aprobado por la Cámara. En ese caso, se realizará una negociación entre las versiones de ambas cámaras. Este proceso se complicará más, ya que se celebran elecciones legislativas nacionales a finales de 2006.