La maquila no resolvió ningún problema
La industria maquiladora en México, la cual se presentó como un "mal necesario" para abatir el desocupación y fortalecer la manufactura, obtuvo su mayor impulso con la firma del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) y, pese a que se estableció como un modelo de desarrollo industrial, no resolvió los problemas de empleo del país.
A más de 40 años de su instalación, la migración a Estados Unidos aumentó, el deterioro de las condiciones laborales se agudizó con la sobrexplotación de la mano de obra, bajos salarios y reglas poco claras o violaciones a la ley laboral.
Definida como cualquier manufactura parcial, ensamble, procesos agregados o empaque, llevado a cabo por una empresa que no sea el fabricante original, la maquila es un sector que atrae a reconocidas marcas como Sony, Levis, Gap, Structure, Polo, Ralph Lauren y Calvin Klein.
Sus productos se ensamblan en México para ser comercializados en importantes tiendas departamentales de todo el mundo.
Su llegada al país se dio en 1965 con la firma del Programa de Industrialización Fronteriza, con la cual se buscaba emplear la mano de obra mexicana para operaciones de ensamble en los estados fronterizos del norte.
Con este acuerdo se facilitó la importación temporal de insumos y componentes libres de impuestos y se permitió la entrada al país de empresas de capital ciento por ciento extranjero.
La primera expansión del sector en el territorio nacional se dio entre 1972 y 1974. A partir de entonces ha enfrentado diversas etapas de recesión y crecimiento, pues con la entrada en vigor del TLCAN vivió uno de los periodos de expansión más largos de su historia, pero a partir del junio de 2001 hasta julio de 2002 tuvo su peor crisis, cuando alrededor de 545 maquiladoras salieron de México para instalarse en China o América Central.
Hasta septiembre de este año la industria maquiladora había generado un millón 174 mil empleos, cifra más o menos constante desde 2001, cuando se empleaban un millón 198 mil trabajadores. Para 2002, de acuerdo con cifras oficiales, la maquila en México generaba 30 por ciento del empleo manufacturero, fabricaba 48 por ciento del total para exportación de mercancías y recibía 15 por ciento de la inversión extranjera directa.