Protagonista del Pemexgate, dice tener total confianza en las autoridades judiciales
Soy "víctima de una decisión política" del foxismo, acusa Montemayor Seguy
A tres años de que la PGR logró sujetarlo a proceso penal como uno de los principales implicados en el primer caso de corrupción electoral que se destapó al inicio de la presente administración federal, conocido como Pemexgate Rogelio Montemayor Seguy, ex director de Petróleos Mexicanos, aseguró que ha sido "víctima de una decisión política" y de una "acusación falsa e inventada" por el gobierno foxista con fines mediáticos. "No soy delincuente, siempre me he desempeñado con apego a la ley y todos los convenios firmados con el sindicato fueron legales", enfatizó.
Entrevistado después de la presentación de su libro titulado El cambio que no llegó: las reformas que México requiere, el ex director de la paraestatal, quien actualmente permanece sujeto a proceso en un juzgado federal del Reclusorio Sur por el delito de peculado, dijo confiar en que pronto quedará exonerado por el Poder Judicial federal de cualquier responsabilidad penal en el Pemexgate.
-Las recientes exculpaciones de otros implicados en el presunto desvío millonario de Pemex al sindicato petrolero, entre ellos el ex vocero presidencial Carlos Almada, ¿le dan confianza de que en este año quedará libre de las acusaciones? -se le preguntó.
-Sí, por supuesto, soy víctima de una persecución política y tengo total confianza en las autoridades judiciales.
En un evento efectuado en un hotel de la ciudad e México, que sirvió de marco para la reaparición pública de José Cordoba Montoya -uno de los funcionarios de mayor confianza durante el sexenio presidencial de Carlos Salinas de Gortari- quien se negó a hablar con los representantes de los medios de comunicación, Montemayor Seguy aprovechó para hacer una apología de su situación jurídica, la cual, dijo, surgió de una acusación falaz.
Al hacer una introducción de su libro, el también ex gobernador de Coahuila puntualizó: "el abuso que el nuevo gobierno de Fox hacia de las facultades persecutorias que las leyes le otorgan, me habían llevado (en julio de 2002, cuando decidió entregarse a las autoridades de Estados Unidos para sujetarse al proceso de extradición que solicitó México) a tomar la decisión de acudir a un tribunal en el extranjero para enfrentar las acusaciones y la persecución de la que hemos sido objeto".