Interpretarán dos cuartetos ignorados del genial austriaco
Madrid 16 de enero. En 2006 el mundo de la música tiene nombre propio: Wolfgang Amadeus Mozart. El niño prodigio de Salzburgo dejó un legado de más de 600 composiciones, algunas grandes desconocidas, como sus dos únicos cuartetos para cuerda y piano, que a partir de hoy pueden ser disfrutados en manos del Fauré Quartett.
Ahora con motivo del Año Mozart estos jóvenes alemanes descubren al público dos obras maestras del genio austriaco, sus cuartetos para cuerda y piano K. 478 en Sol menor (1785) y K. 493 en Mi bemol mayor (1786).
Las dos piezas, de gran complejidad técnica, datan de la etapa más fecunda de Mozart y fueron pioneras en este género, que después cultivaron otros compositores como Schumann, Brahms y también Fauré. No obstante, el repertorio es bastante escaso y debido a ello hoy día apenas existen formaciones musicales que se dediquen exclusivamente a la música para violín, viola, violonchelo y piano.