Al menos 10% están en áreas de alta peligrosidad

En zona de riesgo, 30% de viviendas: especialistas

Asentamientos irregulares degradan ecosistemas, dicen

En México, aproximadamente 30 por ciento de las viviendas se ubican en zonas de riesgo. De éstas, al menos 10 por ciento se localizan en áreas de alta peligrosidad, señalaron especialistas del Instituto de Geofísica de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Advirtieron que las prácticas de ocupación territorial aplicadas hasta la fecha incrementan la degradación ambiental y por esta razón disminuyen la capacidad de los ecosistemas para resistir el impacto de fenómenos naturales, como ciclones, sismos y erupciones volcánicas.

Cinna Lomnitz, investigadora del departamento de sismología de la máxima casa de estudios, señaló que este problema se presenta tanto en zonas urbanas como rurales, donde proliferan asentamientos humanos irregulares, en extensiones no planificadas, sin acceso a servicios básicos y con inadecuadas construcciones de casas habitación.

En un comunicado de prensa, consideró "indispensable" la planeación de las edificaciones urbanas para determinar las condiciones de seguridad en las que deben erigirse. En la actualidad, agregó, los avances tecnológicos permiten prevenir desastres ocasionados por fenómenos naturales, información que debe ser tomada en cuenta para evitar la pérdida de vidas humanas.

Explicó que en el caso de la ciudad de México, "no basta repetir que la población carece de cultura del desastre", ya que las autoridades son responsables de vigilar la aplicación de los reglamentos de seguridad.

Por su parte, José Antonio Ordóñez Díaz, investigador del laboratorio de ecosistemas de montaña de la Facultad de Ciencias de la UNAM, afirmó que la deforestación de bosques y selvas contribuye a generar más eventos "extremos", como inundaciones o deslaves, lo que conlleva una pérdida considerable de suelos fértiles para la agricultura.

Si continuamos talando árboles en montañas y planicies, advirtió, se generara no sólo mayor alteración en los ciclos naturales de regeneración de ecosistemas, sino también mayores índices de contaminación, al carecer una cobertura mínima de 30 por ciento de la mancha urbana como reserva forestal.