"Debe ser un parque nacional"
Ciudad Juárez, 14 de enero. El ejido Villa Luz y el poblado Samalayuca forman un ecosistema especial no protegido. Además de las dunas, existen 23 sitios arqueológicos en los que se han encontrado viviendas de los primeros habitantes, restos de cerámica, grabados y especies endémicas de animales.
La flora crece en el margen de las dunas, y si la arena es retirada, las raíces pierden su soporte, lo que trae la muerte o migración de la fauna que se alimenta de las plantas desérticas.
Marcos López Torres, especialista en ecología, afirma que en cualquier país Samalayuca sería un parque nacional y aquí apenas se están haciendo los estudios para que el gobierno federal lo proteja.
Según un estudio de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez, en Samalayuca, don- de se localizan el ejido Villa Luz y las dunas, había unas 250 especies de flora y 210 de fauna, además de siete tipos de víboras y otros reptiles, 54 de aves, 39 de mamíferos y 76 artrópodos.
Señala que 36 especies de flora están en peligro, entre ellas las cetáceas, sobre todo en la sierra de Presidio, de don- de Cementos de Chihuahua extrae materiales, y en la de Samalayuca.
En la región han habitado especies endémicas, varias ya desaparecidas, como el pájaro carpintero imperial, el oso pla-teado, la tortuga del desierto, la zorra norteña, el lobo cola blanca y serpientes de cascabel.
Dice que otros animales que han desaparecido de la región son la paloma migratoria y el monstruo de Gila o lagarto mexicano, del cual solamente existen ejemplares en algunos zoológicos del sur del país.
Están en peligro de extinción el jabalí, el perro de la pradera, la lagartija escorpión y siete especies de víboras -incluyendo la cascabel-, y la rata canguro, que no toma agua directamente, pues la obtiene de las semillas que consume. Asimismo, un tipo de ajolote de piel resbalosa, además tres tipos de mamíferos pequeños, dos tipos de saurios y una lagartija.
Rubén Villalpando, corresponsal