El gobierno de Chihuahua prohibió esa actividad en agosto, pero aún se hace clandestinamente
Samalayuca: en riesgo flora y fauna por sobrexplotación de arena sílica
Daño total en mil 500 de 63 mil 400 hectáreas de esa región juarense, calculan especialistas
Ciudad Juárez, 14 de enero. Durante casi 40 años, habitantes del ejido Villa Luz, ubicado en el poblado de Samalayuca, municipio de Ciudad Juárez, vendieron cientos de miles de toneladas de arena sílica, con pureza hasta de 98 por ciento, a empresas fabricantes de losetas, cerámica, vidrio y cemento, lo que provocó graves daños a la flora y fauna de la región y afectó los mantos freáticos.
Debido a la sobrexplotación, suspendida en agosto por órdenes del gobierno estatal, especies de flora y fauna únicas de esta región están en peligro de extinción, problema que se ha agudizado con la instalación de una empresa generadora de energía eléctrica que utiliza agua termal, una fábrica de cemento que afecta la sierra, además del tiradero nuclear de cobalto 60 establecido en la zona hace 22 años.
La sílica es un mineral usado en la industria fundidora de metales, vidriera y cementera; se localiza en piedra y se mezcla con otras sustancias que hacen muy costosa su extracción, pero en Samalayuca los fuertes vientos erosionaron rocas durante casi un millón de años, lo que permitió que la arena con alto grado de pureza se encuentre a flor de tierra.
Estudios de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez (UACJ) y de expertos ambientales advierten que de las 63 mil 400 hectáreas de esta región aproximadamente 23 mil tienen daños parciales y mil 500 daño total.
El ejido fue creado por el presidente Manuel Avila Camacho en junio de 1937, en beneficio de 22 campesinos; 15 años después, Adolfo Ruiz Cortines duplicó el número de beneficiados, a 8 mil 355 hectáreas, 550 con dunas o médanos que se encuentran entre las más altas del mundo: algunas alcanzan 120 metros de profundidad.
Su explotación comenzó en los años sesenta. Los primeros beneficiarios fueron las 22 familias que vendían el mineral a tres dólares el metro cúbico a las empresas Mexalit, Mexicana de Cobre, Adhesivos y Boquillas (actualmente Interceramic), entre otras.
En agosto de 1993, Pedro Martínez Leyva, secretario de Ecología del gobierno del panista Francisco Barrio Terrazas, denunció que miles de toneladas de arena fina blanca habían sido trasladadas en tren a San Carlos, centro turístico cercano a Guaymas, Sonora, donde se construyeron 15 kilómetros de playa artificial.
En 1994 el gobierno intentó evitar la explotación de más de 8 mil toneladas anuales, lo que no se logró, hasta ahora, con la suspensión de los permisos a ejidatarios; sin embargo, se sigue haciendo en forma clandestina, aunque en cantidades menores.
La extracción se realiza para Cementos de Chihuahua, que junto con una termoeléctrica que opera en la región genera óxidos de azufre y nitrógeno que afectan a las cerca de mil 300 familias que allí viven, pues les provocan conjuntivitis, dermatitis y alergias, especialmente entre febrero y octubre, cuando ocurren tolvaneras.
El uso de agua en la termoeléctrica ha generado que el nivel de los mantos disminuya de 0.60 hasta 2.60 centímetros, tanto que han desaparecido los ojos de agua, que eran un atractivo turístico, y que dejaran de crecer las especies forrajeras, por lo que el ganado fue sacado de la zona.
También ha provocado enfermedades en las vías urinarias debido a que se han detectado partículas sólidas en el agua potable.
La arena es como una esponja que lleva el agua de la poca lluvia a los mantos freáticos, y retirarla afecta plantas, fauna y habitantes de ese poblado juarense.
Gerardo Hernández titular de Ecología estatal en la región, dijo que este año ya no se permite explotar la arena, que las corporaciones policiacas federales tienen la orden de detener los camiones que la transporten y que se analizan proyectos de ecoturismo en la zona.
También se ordenó un estudio de reordenamiento ecológico de Samalayuca para analizar a fondo los problemas y hacer un diagnóstico de daños, especies en extinción o las que ya desaparecieron. Cuendo estén terminados los estudios se definirá si se permite de nuevo la extracción de arena sílica.
Ante la falta de ingresos que significará el cierre de las dunas, López Torres y la UACJ proponen un plan turístico que genere ingresos a los vecinos de Samalayuca.
Desde 2004 los gobiernos estatal y municipal promueven el turismo de aventura o ecológico, con actividades deportivas y exhibiciones, pero hasta ahora sólo se ha propuesto construir un hotel, un restaurante, un jardín botánico, un zoológico, un herbario y un serpentario, con especies de la zona.
Y es que en caso de que continúe la explotación, los efectos serán más graves, ya que la arena sirve como reflector de los rayos solares y brinda un equilibrio en las zonas climáticas de las zonas desérticas.