A LA MITAD DEL FORO
Don Dinero, el vicio y la virtud
NADIE NIEGA EL PODER del dinero. El que paga manda. La política se hace con dinero. Pero al aproximarse la desilusión con la democracia que nos vendieron como meta, como fin y no como medio, son los censores del capital, los moralistas de la corte, los propietarios de las que fueran concesiones del Estado, quienes exponen ante el pasmo de los electores la podredumbre de la corrupción y la vanidad subversiva de poner en el banquillo de los acusados a la política, a los políticos, a los partidos, al Estado mismo.
LA GLOBALIDAD ES un hecho, dice José Angel Gurría camino a la OCDE. Perogrullo en Davos. La ley de la gravedad es un hecho. Pero es posible volar. En el aire enrarecido del nuevo orden y los procesos jurídicos mundializados, los medios del ágora electrónica son tribunales de alzada en los que la presunción de inocencia se convierte en certeza de culpabilidad. Luego, la desilusión al topar con la maraña del sistema de justicia en el estado de derecho que invocan y equivocan. La impunidad, responde el eco en la sala del juicio mediático-espectacular. Donde la derecha es izquierda y la virtud es vicio.
HAGASE EL SISTEMA plural de partidos, dijo la generación del cambio que renegaba de Lampedusa. Pero en cuanto llegó la alternancia en el Poder Ejecutivo, el voto diferenciado y plural restauró el contrapeso del Poder Legislativo. Y los del cambio, la apertura, se asustaron de la separación de poderes. Algunos pidieron hablar de colaboración de poderes, no de separación. Ni hablar de Montesquieu y la división de poderes. Somos nuestro propio lastre al no hacer las reformas que ha hecho todo el mundo, declara Francisco Gil. Y, como reconocimiento a la virtud, aconseja a quien sea el sucesor ponerse de rodillas y suplicar a sus colaboradores que se queden en sus puestos. A lo mejor confían en que el régimen nonato sea sanchito y sea parlamentario.
O MIXTO CON EL Presidente como rey en su cabañita de Los Pinos, jefe de Estado para contener los ímpetus asambleístas de un jefe de Gobierno, miembro del parlamento y elegido por la mayoría del Poder Legislativo. Pero la mayoría que nos elude en la descomposición del régimen presidencial no se alcanzaría por el milagro de la nomenclatura. Los tecnócratas mantienen viva la llama de la nueva ortodoxia. Pero en la topografía política de Castillo Peraza: la izquierda es derecha y la derecha izquierda, los de la pluralidad descubren la singularidad del "extremo centro". El centroizquierda de Vicente Fox es hoy la oferta de Víctor González Torres de una "izquierda moderada y nacionalista que lucha contra la corrupción." La virtud del Dr. Simi contra el vicio del dinero que se propone comprar el poder.
PARA QUE QUIEREN un gobierno de gerentes, si está en almoneda la candidatura en el proceso que convoca a los indecisos a votar por el cambio de gerente por propietario. El que paga manda. Los de la otra campaña niegan toda virtud al voto y aseguran que es vicio el poder; aseguran que los dueños del dinero se han reunido en Chapultepec para defender al rey Midas. Lo del Dr. Simi se resolverá en el IFE o en el TEPJF. La mismísima Suprema Corte, entona el ministro Azuela, es poder constituido y sujeto al imperio de la ley. Algo es algo. Pero ignorar el significado de las palabras nos encierra en el laberinto de la verborrea.
SIN ASOMO DE MEMORIA, en páginas de La Jornada escribió Martí Batres el panegírico de Octavio Paz, poeta y profeta de la victoria final de la izquierda a través de su atomización y su conversión a la democracia sin adjetivos. Emocionados elogios del oráculo que condenó los crímenes soviéticos y anunció el retorno del zapatismo salvador, en palabras del capitalino conductor de las izquierdas que dispersó al autoritarismo del priato tardío y aglutinó la ilusión del nacionalismo revolucionario y cardenista. De pronto vieron el poder al alcance de la mano, así fuera a trasmano y conducidos por la dura mano de Leonel Cota y la de Manuel Camacho que teje las redes ciudadanas.
ANDRES MANUEL López Obrador solicitó el registro de su candidatura y pronunció las palabras rituales bajo la efigie protectora de Benito Juárez. Buenos augurios a sumar a los de encuestas que lo conservan en el primer lugar de las preferencias de los electores potenciales. Pero algo sombrío habrán previsto sus arúspices. Y como el estratega de Nacajuca no tiene vocación de mártir, su vocero anunció que habrá transmisión matutina de media hora diaria por Tv Azteca. No tenían dinero para espots y propaganda en televisión abierta. Por eso, dijo, la suya sería una campaña a pie, de contacto directo con los ciudadanos, de plaza en plaza con la participación de los partidarios en la difusión de la alianza para el bien de todos y hacer correr de boca en boca el compromiso: primero los pobres.
PODEROSO CABALLERO es Don Dinero. El uso de la televisión en los procesos electorales no es vicio ni virtud. Ha sido signo de sumisión de quienes hacen como que hacen política; instrumento de control de los concesionarios que han puesto en la picota a los políticos y han exhibido la corrupción al mismo tiempo en que subvierten la función de gobernar. La gobernabilidad que tanto invocan en defensa de la seguridad pública en la violencia anárquica que ha impuesto el crimen organizado. Pero los juicios sumarios desacreditan el quehacer público. Y, de paso, se quedan con el dinero erario destinado a financiar a los partidos políticos para no reducirlos a la servidumbre de los dueños del dinero. Hay que condenar el vicio, pero no basta aparentar virtud para ser virtuoso.
HOY ACUDIO AL IFE Roberto Madrazo a solicitar su registro. Y hoy empezará a ponerse a prueba la permanencia y persistencia de la imagen construida durante años, atribuida por sus adversarios y agigantada por sus compañeros de viaje en el tránsito del partido hegemónico a partido opositor. Con presencia nacional y en cada sección electoral, cierto. Pero, "¿usted le cree a Madrazo? Yo tampoco". Amarga sentencia impresa y distribuida por todos lados. "El PRI no puede ganar con Madrazo", repiten sus enemigos internos. Cuando llegó la hora de solicitar el registro, todavía estaba ahí. Y rodeado de los del PRI que pudieron ganar con Roberto Madrazo. El PRI, lo que queda después del desgajamiento cardenista y de la diáspora de la derrota que se alimentó del miedo y los rencores de la confrontación Salinas-Zedillo, ha demostrado que sigue siendo plural, revisionista, conjunción de diversidades y suma de intereses que tejen una sólida trama en la que se diluyen las diferencias.
JOSE MURAT, MELQUIADES Morales, José Ramón Martell, Humberto Roque Villanueva, Fausto Vallejo y Tomás Yarrington; Manlio Fabio Beltrones y Enrique Jackson, Mariano Palacios Alcocer y, desde luego, Jorge Emilio Martínez, del PVEM. Enrique Burgos, Ignacio Pichardo, Guillermo Jiménez Morales, Oscar Luebbert y César Camacho, Humberto Lugo Gil y César Augusto Santiago. Y la sobria, firme labor de Héctor Hugo Olivares. Hilos para atar y desatar cabos. Ya en la plaza, bajo la imagen de Benito Juárez que se comprometieron a devolver a Los Pinos, estarían Emilio Chuayffet y más de 200 diputados federales de esa bancada; los senadores del PRI, que son mayoría, o primera minoría, según dicta la recomposición de fuerzas, y presidentes municipales, particularmente los que "recuperaron" capitales de los estados. Y, como para creerle algo a Madrazo, 16 de 17 gobernadores, casi todos de la nueva camada que siguió a la orfandad y redescubrieron el poder regional y la fuerza de tomar allá mismo las decisiones.
EL POSIBLE AUSENTE es Eduardo Bours, de Sonora, firme en ser de los que tampoco le creen. Pero 16 son mayoría en el gobierno de los 31 estados de la unión. Jorge Carlos Hurtado, de Campeche; Humberto Moreira, de Coahuila; Jesús Silverio Cavazos, de Colima; José Reyes Baeza, de Chihuahua; Ismael Hernández, de Durango; Enrique Peña, del estado de México; Miguel Angel Osorio, de Hidalgo; Ney González, de Nayarit; Natividad González Parás, de Nuevo León; Ulises Ruiz, de Oaxaca; Mario Marín Torres, de Puebla; Félix González Canto, de Quintana Roo; Jesús Aguilar Padilla, de Sinaloa; Manuel Andrade, de Tabasco, y Fidel Herrera Beltrán, de Veracruz. Una y otra vez se hace el recuento de la desbandada del PRI. Del árbol que da moras salieron injertos para gobernar Baja California Sur, Chiapas, Guerrero y Tlaxcala.
EL PURITANISMO, DIRIA el gran iconoclasta HL Mencken, es "el temor obsesionante de que alguien, en alguna parte, pudiera ser feliz". Los del poder mediático que ha expuesto a perredistas en el penoso trasiego de maletas y portafolios desbordantes de dólares; denunciado depósitos bancarios de millones de pesos en efectivo y expuesto a priístas dueños de propiedades en París o en la Florida; los severos jueces de malversaciones atribuidas a panistas, funcionarios y parientes de Vicente Fox, han guardado hasta este inicio formal de las campañas una loable discreción en el trato del político serio y profesional que es, sin duda, Felipe Calderón.
PERO ANTES DE QUE el gallo cante tres veces habrán exhibido los rasgos de nepotismo y habrán retomado, vuelto a contar con vívidos detalles, la historia de la hipoteca que solicitó Felipillo santo en cuanto se hizo cargo de la dirección de Banobras. No por vicio sino porque está en su naturaleza. Como el escorpión del proverbio.
COMO LA VIRTUD del dinero que se multiplica y crece geométricamente. Sobre todo cuando es fortuna hecha a la antigüita: heredada. Felipe Calderón es ya heredero del esfuerzo y fidelidad a la vía legal con la que persiguió el poder el PAN. De uno de cuyos fundadores es hijo y heredero. Del poder quién sabe. Los dueños del dinero alientan una coalición de centroderecha. Pero el vacío del foxismo lo llenó la extrema derecha.
VOLVEMOS AL ORIGEN, a la confrontación de los dos únicos partidos de la historia: el conservador y el del progreso. Reaccionarios y radicales. Izquierda y derecha. Con la salvedad de la profecía del poeta Octavio Paz, según el místico Martí Batres: la izquierda se salvaría al disolverse en las aguas benditas de la democracia electoral y los dueños del dinero amarrarán a los candidatos con cadenas de oro.