Trabajo sin prestaciones, despidos masivos y anuencia oficial en el valle de Tehuacán
Sobrexplotación obrera, base del éxito de las maquiladoras textiles: Martín Barrios
Con su llegada a la región centro y suroeste hace poco más de 30 años, la industria maquiladora en México se consolidó como uno de los principales motores económicos en estados como Puebla y Tlaxcala, extendiendo su actividad a Oaxaca, Guerrero, Yucatán, Campeche y Chiapas, donde establecieron uno de los modelos laborales "más agresivos y depredadores de la historia reciente", afirmó Martín Barrios Hernández, presidente de la Comisión de Derechos Humanos y Laborales del Valle de Tehuacán.
En tan sólo una década -indicó- integrantes de las familias más poderosas e influyentes del valle de Tehuacán lograron hacer de la región uno de los centros maquiladores más importantes en la producción mundial de pantalones de mezclilla, "a costa de la explotación de miles de trabajadores que laboran más de 12 horas diarias sin ninguna prestación social, con anuencia de autoridades estatales y sindicatos charros, que ponen en bandeja de plata terrenos y recursos naturales, como el agua, para que los maquileros instalen sus talleres".
Coautor del libro Tehuacán: del calzón de manta a los blue jeans, investigación desarrollada en colaboración con la Red de Solidaridad de la Maquila, Barrios Hernández, afirmó que en el valle de Tehuacán "unas cuantas familias propietarias de las empresas más importantes intensifican la reubicación de sus plantas maquiladoras a regiones apartadas donde saben que contarán con el apoyo de las autoridades municipales y estatales".
En tan sólo unos años, destacó, se incrementó el número de maquiladoras reubicadas en localidades rurales indígenas, como Ajalpan, Altepexi, Chilac, Zinacantepec, Santiago Miahuatlán, San Antonio Cañada, Vicente Guerrero, Chapulco, Tepanco de López, Zapotitlán de Salinas y Zoquitlán, donde la mano de obra es más barata y la demanda de empleo se incrementa año con año debido a la crisis agrícola, que golpea de forma sistemática a las comunidades indígenas más apartadas.
Los grandes consorcios de la manufactura textil de exportación están en manos de sectores de la elite local, como Grupo Navarra, propietario de seis plantas de ensamble y dos lavanderías de mezclilla en Tehuacán, con capacidad para producir 150 mil blue jeans por semana para marcas internacionales, como Sun Apparel, Guess, Gap, Levi Strauss, Wrangler, Polo Ralph Lauren, Tommy Hilfiger y Sara Lee.
Nacif, explotación
En entrevista con La Jornada, destacó que uno de los casos más "esclarecedores" sobre los sistemas de "explotación y contubernio" de empresario maquiladores y autoridades estatales es el caso de la firma Tarrant Apparel Group, fundada con capital estadunidense, y asociada con Kamel Nacif Borge, conocido como el rey de la mezclilla, para establecerse en México.
Entre enero de 2003 y febrero de 2004, indicó, se perdieron más de 6 mil empleos vinculados directamente con el cierre de las ocho plantas de Tarrant en Tehuacán. El despido masivo de obreros con recortes de personal de hasta 400 plazas por día ocasionó una "de las peores crisis laborales del sector, sin que los empresarios cumplieran con el pago de liquidaciones conforme a la ley".
Asociado con empresarios vinculados al sector maquilador de la región, como los Haddad Yunes, de origen libanés, y la familia Fernández, principal accionista de Grupo Navarra, Nacif Borge participó activamente, a partir de 2001, en la creación de empresas como AZT Internacional, mediante la cual maquila para marcas como Calvin Klein, Express y Gap y Tommy Hilfiger, "en las mismas condiciones de sobrexplotación laboral".
Las jornadas en las plantas maquiladoras de la región, aseguró, se caracterizan por la "sobrecarga de trabajo, descuentos por retardos o faltas injustificadas que pueden ser de dos o tres días de salario, omisión en la afiliación al Seguro Social de sus trabajadores, además de una fuerte presión para que abandonen su derecho a una participación sindical y por la defensa de sus derechos".