Legisladores fronterizos, contra reabrir Asarco
Ciudad Juárez, Chih., 13 de enero. Legisladores de Texas, Chihuahua y Nuevo México formaron un frente contra la reapertura de la fundidora de metales Asarco (American Smelting and Refinery Company), en las márgenes del río Bravo, que generaría 7 mil toneladas anuales de residuos con plomo y arsénico en ambos lados de la frontera.
En la Conferencia Legislativa Binacional realizada hoy en esta ciudad, ambientalistas y legisladores de México y Estados Unidos analizaron los daños al ambiente y la salud de los habitantes de la región que implicaría el funcionamiento de Asarco.
El senador de Texas, Eliot Shapleigh, dijo que acudirán a Austin el 8 de febrero -cuando jueces de esa ciudad decidirán si se reabre Asarco- "y diremos ya basta, no queremos empresas sucias en la frontera".
Olivier Bernstein, de la organización ambientalista Sierra Club, señaló: "Consideramos que el caso Asarco, es el de mayor injusticia ambiental en toda la frontera", y llamó a la empresa "el peor ciudadano del Paso del Norte".
Yvette Ramírez, madre de una pequeña de cinco años con plomo en la sangre, relató los daños que Asarco ha ocasionado en la zona desde su apertura, en 1887.
En la reunión, el delegado en Juárez de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente, José Mario Sánchez, fue cuestionado por la falta de información y acciones concretas sobre el tema desde esa dependencia, y reconoció que en sus archivos no existen datos de Asarco anteriores a 2001.
En tanto, Gustavo de la Rosa Hickerson, de la Comisión Estatal de Derechos Humanos, indicó que, desde el punto de vista jurídico, el permiso que se otorgó en 1992 a Asarco para que reabriera sus operaciones fue violatorio de los derechos humanos de los juarenses.