''Las niñas'', de cabeza, como el mundo
En marzo del año pasado, el equipo que encabeza el arqueólogo Guillermo Ahuja Ormaechea, director del Proyecto Tamtok, hizo el hallazgo más importante hasta ahora sobre la cultura huasteca.
Se trata de un espectacular monolito de 8 metros de largo, por 4 de altura y 30 centímetros de grosor.
Más que en sus dimensiones, la trascendencia del descubrimiento radica en su antigüedad y en las figuras que tiene talladas.
De acuerdo con la información ofrecida por Ahuja Ormaechea a Jesusa Rodríguez y a Elena Poniatowska, la pieza data aproximadamente de los años 600 o 700 antes de Cristo.
Para empezar, este dato echa por tierra la idea largo tiempo aceptada de que la huasteca era una cultura tardía, por lo que no se le daba gran importancia.
Ahora, la antigüedad del monolito permite situar a los huastecos, junto a los olmecas, entre los grupos originarios de las culturas mesoamericanas.
La piedra originalmente presidía el nacimiento de un manantial. Se supone que fue derribada por un aluvión y al caer se fracturó en dos partes.
Cayó de tal manera que la cara tallada quedó contra el agua y el lodo, dejando a la vista sólo una parte de las imágenes.
Actualmente es visible 80 por ciento de la talla. A partir de eso, Guillermo Ahuja Ormaechea elaboró un dibujo que muestra lo que presuntamente es la imagen completa.
Los elementos principales son tres figuras femeninas. Por eso el arqueólogo bautizó al monolito como ''Las niñas'', aunque su nombre técnico es Monumento 32.
Dos de las figuras aparecen decapitadas y de sus cuellos cercenados surgen chorros que bien pueden representar sangre, agua o algún líquido precioso. Al parecer simbolizan el surgimiento de la vida sobre la Tierra.
Alrededor de las representaciones femeninas se aprecia una serie de 18 elementos que permite a los especialistas afirmar que se trata de un calendario lunar. No se tiene conocimiento de otro calendario igual por lo menos en territorio mexicano.
Esto ha llevado a los arqueólogos a reparar en que se ha puesto más atención al Sol que a la Luna en el estudio de las culturas prehispánicas. Aquí ya se perfila una nueva línea de investigación arqueológica. Para iniciarla es indispensable que el monolito sea levantado del lodo para poder observarlo íntegramente. Calculan los especialistas que el levantamiento de la piedra se llevaría poco más de mes y medio.
Antes del hallazgo de ''Las niñas", el más impresionante vestigio de Tamtok era otro monolito en el que está tallada la parte inferior de una figura masculina desnuda, con un pene enorme perforado, en aparente alusión al mito de la creación del hombre por Quetzalcóatl.
Según este mito, Quetzalcóatl bajó al inframundo y se perforó el pene para mezclar su sangre con los huesos de las generaciones anteriores. Así creó al ser humano.
Su nombre técnico es Monumento 22, pero los lugareños le llaman jocosamente ''Tomás" o ''El muchacho alegre".
Actualmente, después de varios años de trabajo intenso y fructífero, las excavaciones e investigaciones en Tamtok se han frenado sin razón aparente.
De ahí que tanto Jesusa Rodríguez como Elena Poniatowska hagan un llamado a las autoridades correspondientes para que se prosigan los trabajos sobre uno de los sitios arqueológicos más importantes y novedosos del país.
Arturo García Hernández