ECONOMIA MORAL
2006, año decisivo
Escenarios electorales: sólo el triunfo de AMLO permitiría conservar la esperanza
La economía moral es convocada a existir como resistencia a la economía del "libre mercado": el alza del precio del pan puede equilibrar la oferta y la demanda de pan, pero no resuelve el hambre de la gente
EL 2006, AÑO en que algunos festejaremos el centenario de la publicación del Programa del Partido Liberal por los hermanos Flores Magón, Librado Rivera y muchos otros, y que por tanto está cargado de gran simbolismo para la izquierda mexicana, será decisivo en la historia del país, sobre todo por las elecciones federales del 2 de julio. Aunque serán determinantes los resultados de la elección presidencial, me parece que se ha prestado menos atención de la requerida a lo que puede ocurrir en el Congreso. Los tres escenarios viables de la elección presidencial se transforman, al menos, en seis escenarios si cada uno se divide en dos: con mayoría y sin mayoría en el Congreso (mayoría simple, ya que la mayoría calificada de dos tercios está excluida por las reglas electorales vigentes).
DE ESTA MANERA, tenemos seis escenarios que enumero en el orden de probabilidades que se derivan de las encuestas recientes: 1) Presidente, Andrés Manuel López Obrador (sin mayoría en el Congreso, 2) Presidente, Felipe Calderón Hinojosa (sin mayoría en el Congreso, 3) Presidente Roberto Madrazo Pintado (sin mayoría; 4) AMLO con mayoría, 5) Calderón con mayoría, 6) Madrazo con mayoría. Los últimos tres escenarios tienen muy bajas probabilidades. Para simplificar, supongamos que las alianzas electorales se mantienen en el Congreso, de tal manera que cuando hablemos de mayoría del PRI nos refiramos en realidad a la suma de los votos de éste y del PVEM, y cuando hablemos de mayorías del PRD se entienda que nos referimos a la suma de votos que alcanza con el PT y Convergencia.
EMPECEMOS CON LA menos probable, el retorno del PRI al Poder Ejecutivo federal con mayoría en el Congreso. Madrazo adquiriría un poder casi dictatorial respecto al aparato político. Sin embargo, tanto en este escenario como en el de presidencia priísta sin mayoría en el Congreso, es necesario considerar que para ganar Madrazo tendrá que atarse las manos con los que van a financiar su campaña y con quienes operan el aparato del partido (algo similar ocurrirá a Calderón). Sin dos terceras partes en el Congreso, tendría como limitante formal que no podría realizar reformas constitucionales por sí solo, pero sí podría reformar todas las leyes (incluyendo el IVA a alimentos y medicinas, y las reformas "patronales" a la Ley Federal del Trabajo), quitarle el fuero a quien quisiera, procesarlo y encarcelarlo. Podría castigar al Gobierno del Distrito Federal, que podemos suponer seguirá en manos del PRD, y frenaría la reforma política del Distrito Federal, manteniendo a sus habitantes en la situación actual de ciudadanos de segunda. Para reformas constitucionales necesitaría el apoyo, en ambas cámaras, del PAN o del PRD. Todas las reformas neoliberales pendientes que requieren reforma constitucional, inclusive la privatización de Pemex y de la Comisión Federal de Electrcidad (CFE), se llevarían a cabo con el apoyo del PAN. Aunque encontraría alguna resistencia interna para lograrlo, la disciplina priísta acabaría imponiéndose (no es lo mismo resistir la orden de Elba Esther Gordillo como coordinadora de la fracción parlamentaria del PRI en la Cámara de Diputados, como hicieron la mayor parte de los diputados cuando se opusieron al IVA a alimentos y medicinas, que resistir la orden del presidente de la República). Uno de los pocos matices importantes que diferenciarían este gobierno del equivalente del PAN con mayoría, sería que mantendría intacto el laicismo del Estado, de la educación y del registro civil. La gestión económica sería casi idéntica a la actual, tanto en este escenario como en el de gobierno del PRI sin mayoría, lo cual mantendría el lento crecimiento económico, la polarización social creciente y los muy altos niveles de pobreza. Es posible que en materia de política exterior hubiese una recuperación parcial de la tradicional política exterior mexicana que, al menos en las formas, mostraba mayor independencia de Estados Unidos. Muy probablemente habría una cacería de brujas para destruir a todos los enemigos de Madrazo, dentro y fuera del PRI.
SI EL PRI GANASE la Presidencia, pero sin mayoría en las cámaras, necesitaría la alianza con Acción Nacional no sólo para las reformas constitucionales, sino también para modificar las leyes, desaforar enemigos, aprobar el presupuesto y muchas otras tareas. Al escenario anterior, por tanto, habría que agregar algunas concesiones que, para lograr este apoyo el PRI tendría que hacer en aspectos sensibles para el PAN, que entre otras cosas podrían significar un desvanecimiento del carácter laico del Estado en algunos aspectos y, desde luego, la protección de los militantes del PAN de la cacería de brujas. La privatización de la economía y las reformas neoliberales irían hacia adelante sin duda alguna.
LA OFERTA DE MADRAZO en sus eslogans publicitarios (mover al país para que las cosas se hagan) es que sí sería eficaz, que sí lograría hacer lo que se propone. Que a diferencia de Fox (lo que queda implícito, pero es muy obvio) si se propusiera construir un nuevo aeropuerto, las movilizaciones no lo detendrían.
SI GANARA CALDERON (con o sin mayoría en el Congreso), el escenario económico para el país no sería muy diferente, en principio, del que hemos examinado con Madrazo y del vigente con Fox. Sin embargo, Calderón con mayoría en el Congreso se sentiría tan fuerte que impondría la agenda de la doctrina panista. Educación religiosa; marcha atrás en las campañas de prevención del contagio del sida y en los derechos al control natal (prohibición de la píldora de emergencia), elevación de la homofobia como política oficial, restricciones al divorcio, serían algunas de las grandes amenazas. Todas perderían su viabilidad si el PAN no tuviese mayoría en el Congreso, lo que es el escenario menos improbable de los dos, afortunadamente.
HAY OTRA DIFERENCIA clave respecto al escenario anterior. El PRI y el PAN, que parecen iguales en muchas circunstancias, tienen una diferencia fundamental: mientras Acción Nacional es un partido guiado por una doctrina de derecha, favorable a los intereses del capital y los valores tradicionales de la familia y la doctrina católica, que por tanto actúa de manera similar cuando está en el gobierno que cuando está en la oposición, el PRI se ha convertido, a través de una descomposición que lleva ya muchos decenios, en un partido sin principios. Cada sector del partido defiende sus propios valores. El sector campesino, por ejemplo, sigue estando en contra de la reforma salinista al artículo 27 constitucional. Esto significa que actuará distinto con Madrazo en la Presidencia que si permanece en la oposición. Es muy probable, por tanto, que algunas reformas neoliberales, que sí se llevarían a cabo con Madrazo de presidente (dado el apoyo casi automático del PAN), no pudieran llevarse a cabo con Calderón Hinojosa en la Presidencia, simplemente porque faltaría en el PRI la disciplina que impone la orden presidencial y cada subgrupo defendería sus propios valores.1 El gobierno eventual de Calderón podría ser, entonces, tan ineficaz como el de Fox. En este paradójico sentido sería menos malo que el de Madrazo.
SI AMLO GANA la Presidencia, habrá altas probabilidades de que las políticas públicas sean reorientadas hacia un crecimiento económico más rápido, con menor polarización social y menos pobreza. Si el PRD tuviese mayoría en el Congreso (lo que es muy poco probable) también sería posible avanzar en algunas modificaciones legales fundamentales. Aunque el vaticinio obvio sería que, ante un presidente del PRD, el PRI y el PAN se mantendrían en su frecuente alianza (desde Salinas) en el Congreso, el asunto requiere explorarse más. El poder real del gobierno federal es tal que los gobernadores, por dar un ejemplo, buscan tener relaciones tersas con él. Esto es cierto sobre todo para los gobiernos estatales pobres, que dependen en mayor medida, y para casi todo, de los recursos federales. Los legisladores, fundamentalmente los diputados de mayoría, se convierten en gestores de su distrito y, para su futuro político, se convierte en determinante que logren buenos acuerdos con el gobierno federal para realizar proyectos o programas en su distrito. Esto genera una postura menos crítica, más favorable, hacia el gobierno federal.
EN LA MEDIDA EN que el PRI sin presidente de la República seguirá careciendo de un mando unificado, la voluntad de los gobernadores (y de los legisladores) puede ser definitiva. El fantasma que perseguiría a cualquier coordinador de la fracción del PRI en ambas cámaras, sería la división interna. En muchas reformas, por tanto, el PRI (o una parte de él) votaría junto al PRD. Inclusive la hostilidad hacia el Distrito Fedral disminuiría sustancialmente. Es probable que, sobre todo al principio, sobre todo si AMLO gana con clara ventaja y su triunfo es inmediatamente reconocido por PAN y PRI, hubiese altas probabilidades de llevar a cabo reformas importantes, incluso que requiriesen cambios constitucionales. Recordemos, por ejemplo, que Salvador Allende recibió, al principio de su gobierno, el apoyo de todos los partidos para nacionalizar el cobre.
EN LOS MESES de campaña de AMLO (antes de la tregua), más que plantear los contenidos de su Proyecto Alternativo de Nación, al menos como sus discursos eran recogidos en la prensa, se concentró en cuestiones simbólicas que, sin duda, pueden tener gran efecto de arrastre popular (austeridad pública, eliminación de la corrupción). Insistió también en su lema de campaña: Por el bien de todos, primero los pobres, que lleva el importantísimo mensaje a los no pobres de que su propio bienestar depende de lo que logremos en la lucha contra la pobreza, sobre todo por la vía de la inseguridad pública. Este lema se volvió central, además, cuando la primera parte de la frase se convirtió en el nombre oficial de la alianza del PRD con el PT y Convergencia. AMLO ha insistido también en estimular el crecimiento económico mediante un amplio programa de obras públicas, que se reforzaría convirtiendo los energéticos (en manos del Estado) en pivote del desarrollo nacional. Si gana, el cambio inicial sería, muy probablemente, mayor crecimiento económico y disminución lenta, pero sostenida de la polarización social y de la pobreza.
LO MAS IMPORTANTE del triunfo de AMLO, me parece, sería el cambio en la agenda nacional. Durante casi un cuarto de siglo el neoliberalismo ha estado a la ofensiva y lo único que nos ha quedado es resistir, oponernos a su avance. El triunfo de AMLO invertiría las cosas. Quienes resistirían serían los neoliberales. La izquierda retomaría la ofensiva.
ES POSIBLE CRITICAR a AMLO porque sus planteamientos no son suficientemente izquierdistas, porque se ha rodeado de ex priístas y priístas, porque al anteponer el objetivo de ganar a toda costa está llevando al PRD a ser muy poco selectivo en la elección de sus candidatos al Congreso y a gobiernos estatales, por sus tendencias autoritarias; por muchas otras cosas. Pero sin su triunfo perderemos la esperanza.
1 El PRI tiene mayoría absoluta en 14 de 31 congresos estatales, lo cual le otorga a los respectivos gobernadores, "jefes" de las bancadas del Revolucionaro Institucional, la posibilidad de boicotear (junto con las legislaturas dominadas por el PRD y aquellas en las cuales PRI y PRD constituyen mayoría) las reformas constitucionales que hubiesen sido aprobadas por el PAN y el PRI en el Congreso de la Unión, dado el requisito constitucional del refrendo de la mitad más una de las legislaturas locales. Este escenario es, sin embargo, muy poco probable, dado que los mismos gobernadores tienen gran ascendiente sobre los legisladores federales.