Si recaudó dinero para la relección, se devolverá, dice
El jefe de la Casa Blanca no conoce al cabildero Abramoff, sostiene vocero
Washington, 4 de enero. La Casa Blanca indicó el miércoles que el presidente George W. Bush no conoce al cabildero Jack Abramoff, centro de un caso de corrupción, y agregó que los fondos que pudieran haber sido recaudados de esta fuente para la relección del presidente estadunidense serán devueltos.
"El presidente no lo conoce, él no recuerda haberlo conocido", dijo el vocero Scott McClellan luego de que Abramoff, cercano a la mayoría republicana en el Congreso, se declaró culpable en un caso que podría derivar en el mayor escándalo de corrupción que salpica a la clase política estadunidense en décadas.
"Es posible que él pueda haberlo visto en una recepción" de fin de año, agregó el vocero, en alusión a la presencia de Abramoff en tres recepciones en la Casa Blanca durante la celebración judía de Hanuka en el curso de los últimos años.
Consultado sobre el dinero que Abramoff recolectó para la relección de Bush en 2004, McClellan indicó que los fondos de campaña serán devueltos a la American Heart Association, organización que lucha contra las enfermedades cardiacas.
"Pienso que se trata de algunos miles de dólares", contestó McClellan respondiendo a los demócratas según los cuales las suma se elevaría a más de 100 mil dólares.
Abramoff se declaró culpable el miércoles ante un tribunal de Miami por defraudar a quienes le otorgaron un crédito para un negocio de casinos flotantes en Florida. Admitió que usó documentos falsos para obtener un crédito de 60 millones de dólares para comprar una flota de barco-casinos en 2000. Aceptó la culpabilidad en los cargos de fraude y conspiración para cometer fraude.
El otrora poderoso cabildero republicano aceptó su culpabilidad un día después que hizo lo mismo en un tribunal de Washington por un fraude multimillonario. En ambos casos, Abramoff, de 46 años, hizo un trato de culpabilidad con la fiscalía y aceptó cooperar en las investigaciones de los legisladores que pueden estar involucrados en su red de tráfico de influencias.
Los distintos cargos que pesan contra Abramoff, que incluyen fraude, evasión fiscal y conspiración para sobornar, entre otros, podrían enviarlo a prisión por hasta 11 años.
En estas acusaciones se hace mención específica de un individuo: el abogado republicano, Bob Ney, presidente del Comité de Administración de la Cámara, quien presuntamente aceptó de Abramoff diversos favores, entre los que figura un viaje para jugar golf en Escocia con todos los gastos pagados.
Ney asegura que no hubo falta alguna por su parte, pero se cree que al menos otros 20 miembros del Congreso o asistentes de alto rango podrían ser investigados por fiscales federales.
El diario británico The Independent afirma también que el hasta hace dos meses líder de la mayoría republicana en el Congreso, Tom DeLay, habría recibido de Abramoff unos 70 mil dólares en contribuciones de campaña, además de su propio viaje de golf gratis a St. Andrews.
DeLay renunció a su cargo luego de ser acusado de prácticas ilegales de recaudación de fondos. Este miércoles, Newt Gingrich, el ex vocero de la cámara y antecesor del actual vocero, Dennis Hastert (también cercano a Abramoff), afirmó que es vital en estos momentos elegir a un remplazo permanente para DeLay como líder de la Cámara.
La víspera, la fiscal general adjunta, Alice Fischer, afirmó que el "esquema" de corrupción de Abramoff y sus asociados "era muy extenso, y le seguiremos la pista sin importar adónde nos lleve".
Los documentos con los que cuenta la corte hablan de "un torrente de cosas de valor para funcionarios públicos a cambio de una serie de acciones e influencias".
El esquema, según reporteros del diario The Independent, involucraba el cobro de muy altas tarifas como cabildero por parte de Abramoff. En este caso estaban tribus de indígenas que le pagaban para que cabildeara acciones para proteger sus lucrativos negocios de apuesta. Parte de este dinero se lo quedaban Abramoff y su socio, Michael Scanlon, y la otra parte era invertida en obsequios y atenciones para congresistas y grupos independientes, para obtener su apoyo. Scanlon, por cierto, fue el vocero de prensa de DeLay hace unos años.
Ambos adquirieron por primera vez notoriedad en 2004, cuando un Comité del Senado los acusó de haber cobrado a tribus indias 80 millones de dólares por sus servicios a tribus indias.