Usted está aquí: martes 3 de enero de 2006 Política Sociedad y partidos no dan importancia a la Corte: ministro José Ramón Cossío

No hay auténtico debate cuando se elige a los integrantes del máximo tribunal

Sociedad y partidos no dan importancia a la Corte: ministro José Ramón Cossío

JESUS ARANDA

Ante el reclamo de grupos sociales que cuestionan la forma en que la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) aplica la justicia, sin medir las consecuencias sociales de sus sentencias, el ministro José Ramón Cossío señala: "sería sumamente peligroso que los ministros tomáramos una solución justiciera, porque entonces sí la sociedad nos estaría impulsando a salir de la institucionalidad", con el consecuente peligro de que sean los juzgadores quienes empiecen a cometer abusos.

En entrevista con La Jornada, el ministro, de 45 años de edad, admite que la sociedad y los partidos políticos no dan importancia a la Corte, lo cual se ha reflejado en la ausencia de un auténtico debate al momento de elegir a sus integrantes.

En la plática, Cossío reconoce que la presencia del ministro presidente, Mariano Azuela, en Los Pinos, en abril pasado, para tratar el tema del desafuero de Andrés Manuel López Obrador, derivó en que la SCJN irrumpiera en la caricatura política.

"El problema estuvo en que (Azuela) acudió a una oficina o recinto que no es el suyo (la residencia oficial de Los Pinos), y eso es lo que me parece que básicamente fue lo reprochable."

-En Estados Unidos tiene lugar una discusión abierta sobre la propuesta presidencial para ser ministro de la Corte, desde sus convicciones políticas, religiosas, etcétera, pero en México parece que el proceso de selección no se toma en cuenta como debe ser -se le comenta.

-El sistema tiene una cuestión básica: la falta de comparecencia real de los candidatos. Sería muy bueno, dada la importancia que está teniendo la SCJN en la construcción de la política pública por la vía de la decisión jurídica, que la sociedad supiera más sobre qué clase de personas son las que desea que lleguen a la Corte.

-Se dice que en el país hay falta de cultura jurídica. ¿Siente que esto, de alguna manera, estuvo presente cuando lo eligieron?

-Me llamó la atención el poco interés por la elección. Fueron algunos medios impresos los que hicieron algunas auscultaciones, sondeos. Me preocupó un poco más la poca importancia que la sociedad da a la Suprema Corte de Justicia, porque aquí definimos los derechos fundamentales, las posibilidades contributivas, el establecimiento de los poderes judiciales, el alcance de muchas cosas, y las personas toman muy poco en cuenta eso.

-¿Es tiempo de que la Corte salga y se relacione más con los otros poderes?

-Nos estamos abriendo en el sentido siguiente: cuando las sentencias únicamente tenían efectos relativos, la merma que podía hacer la SCJN en los poderes públicos era muy débil; sin embargo, con el efecto que pueden tener las controversias constitucionales y las acciones de constitucionalidad, donde anulamos las leyes o las normas generales por la mayoría de ocho votos, entonces sí el potencial nivel de daño que podríamos causar a los otros poderes es muy alto. Así, hoy los otros poderes saben que la Corte puede anularles decisiones y, consecuentemente, están en la obligación de dialogar con la Corte.

-¿Qué debe hacer la SCJN para ser tomada en cuenta en cuestiones que le interesan, como tener un presupuesto fijo o facultad de iniciativa?

-Si tuviéramos porcentaje fijo y facultad de iniciativa nos podríamos manejar con mayor independencia, pero dado que no la tenemos lo que podemos hacer es exponer las razones sobre por qué es importante tener un aumento presupuestal. Podemos decir qué necesitamos, cuántos juzgados, cuánto personal nuevo, pero si la Cámara de Diputados no quiere aumentar el presupuesto entonces que asuma los costos de que no haya el número de juzgados y tribunales requeridos, mayor rezago, que la justicia se empiece a impartir lentamente. Es un juego en el que cada quien tiene que hacerse responsable.

Un poder predecible

-Tenemos una Corte de Justicia, ¿ésta puede ir más allá de lo que establece la ley o no?

-El asunto de resolver conforme a las reglas tiene una gran ventaja, que es el sentido de la predictibilidad, el del equilibrio entre las partes. Pero tiene la desventaja de que no puede resolver fuera del mundo de la realidad jurídica. En cambio, resolver conforme a los criterios de justicia tiene la desventaja de que como no está regulado institucionalmente no existe un sentido institucional, y en muchas ocasiones queda sujeto a la subjetividad de quien resuelve.

"Me da mucho temor que en una sociedad democrática los jueces tengamos tan alto grado de subjetividad. Yo vería sumamente peligroso que mañana, nosotros, los ministros, tomáramos una solución justiciera, porque entonces sí la sociedad nos estaría impulsando a salir de la institucionalidad y la probabilidad de que nosotros mismos, al no estar sujetos a reglas, comenzáramos a cometer abusos.

"En cambio, la Corte ha avanzado en suplencia de queja, en la incorporación del derecho internacional en la solución de conflictos nacionales y en permitir que las personas accedan a la justicia. Pero no simplemente decir que como a mí me parece que la persona que trae este asunto es buena y con independencia de si tiene la razón jurídica vamos a darle la razón."

-El 2005 fue particularmente complicado para la Corte, a partir del asunto del desafuero de López Obrador, pero creo que nunca antes había habido tantas caricaturas o críticas a la SCJN.

-La justicia entró a los cartones y eso significa que la justicia es elemento de debate público, porque antes no estábamos en los cartones, salvo la manida figura de la mujer desnuda con la balanza de la justicia. Entonces, primero entramos a los cartones, lo cual es importante porque se empieza a entender, aunque sea por esta vía, que la Corte hoy importa socialmente. Segundo: a lo mejor no entramos de la mejor manera, porque efectivamente la forma en que irrumpimos fue por el desafuero.

-¿Qué tanto afectó el asunto del desafuero en el interior de la Corte así como en el exterior?

-Creo que poco en el interior, en el sentido de que comprendimos cuál había sido la situación. Hacia el exterior creo que nos afectó un poco en cuanto a que se entendiera por qué, si en el país se cometen diariamente cientos de delitos, sólo se persigue a una persona que va al frente de las encuestas. Pienso que ahí sí hubo una afectación a la SCJN.

"¿Cómo se resuelve esto? La Corte se legitima con la calidad de la argumentación contenida en la sentencia y en sus decisiones."

-Estamos prácticamente a un año de que se renueve la presidencia de la Corte. Tomando en cuenta lo que sucedió en 2005 y las condiciones políticas en 2006, ¿podemos hablar de un perfil del próximo presidente de la SCJN?

-El perfil debe ser de autonomía respecto del Presidente de la República. La Corte necesita dos cosas: que sea muy buen abogado, porque conducir la discusión en pleno es muy complicada, hay que saber qué se está votando, cuáles son las peculiaridades. En fin, debe estar empapado del funcionamiento de la SCJN.

"Por otro lado, deberá estar consciente de que viviremos una situación de reacomodo social con un incremento del pluralismo político, independientemente de quién gane la Presidencia de la República.

"Va a haber más demandas por conflictos religiosos, discriminación, comunidades indígenas. Se van a explorar garantías individuales que aún no han sido examinadas por la Suprema Corte, cuestiones como expresión, creencias, prensa, información, y son situaciones para los que el próximo Presidente y el pleno tendremos que estar preparados."

 
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