Usted está aquí: miércoles 28 de diciembre de 2005 Política En 2005, gran derrota de Fox al no imponer candidato a AN

Creelistas y calderonistas pelean espacios en el Congreso

En 2005, gran derrota de Fox al no imponer candidato a AN

Marcado por un gobierno sin resultados, el CEN panista designará abanderados a senadores y diputados en 14 entidades

CIRO PEREZ Y RENATO DAVALOS

Ampliar la imagen El triunfo de Felipe Calder�derecha) sobre Santiago Creel (centro) en la contienda panista por la candidatura presidencial abri� frente interno de lucha con los creelistas por las posiciones en el partido. En la imagen, con el dirigente nacional Manuel Espino FOTO Guillermo Sologuren Foto: Guillermo Sologuren

Marcado por la pertenencia a un gobierno que osciló entre el escándalo y los escasos resultados, la actuación del panismo estuvo determinada en 2005 por el proceso para elegir a su aspirante presidencial, en el que Felipe Calderón se impuso a Santiago Creel, quien era considerado el candidato oficial, pero abrió un flanco interno de conflicto que obligó al Comité Ejecutivo Nacional (CEN) del partido a atraer el proceso de selección de los abanderados a diputados y senadores en 14 entidades.

Descartada la alianza que buscaron hasta el final con el Partido Verde Ecologista de México para los comicios de 2006, apelando a la amistad Calderón-Bernardo de la Garza, los panistas tuvieron que conformarse con el encuentro entre su candidato presidencial y la ex secretaria general priísta y líder magisterial, Elba Esther Gordillo, y la promesa de algunos votos de ese gremio en la jornada del próximo 2 de julio.

Según un documento de trabajo del CEN blanquiazul, 154 de los 300 distritos que conforman la geografía electoral del país son "cautivos" de las tres principales fuerzas políticas, por lo que en los 146 restantes, considerados volátiles, se concentrarán los mayores esfuerzos de los partidos en contienda.

De acuerdo con el análisis, de los 146 distritos inconsistentes, 19 que habían sido del PAN en 1997-2000 pasaron al PRI en las elecciones de 2003, mientras 20 que en 1997 eran del Revolucionario Institucional cambiaron al gobierno panista en 2000, pero un trienio después se desprendieron de manos blanquiazules para retornar nuevamente a las tricolores.

De los llamados distritos consistentes, el PAN ha venido ganando en 39, frente a 99 del PRI y 16 del PRD, en promedio. Mientras en 1997 Acción Nacional obtuvo 42 distritos urbanos, 13 rurales y 13 mixtos, para un total de 68, en las elecciones de 2000 el triunfo se elevó sustancialmente empujado por el efecto Fox, con 86 demarcaciones urbanas, 35 rurales y 20 mixtas, para un total de 141.

Sin embargo, tres años después del gobierno del cambio el PAN perdió casi 60 posiciones.

En el mismo documento se acepta que una de las preocupaciones del blanquiazul radica en que podría continuar la tendencia de pérdida de espacios en el Congreso, a la luz del desgaste que para el panismo ha significado acompañar a un gobierno como el de Vicente Fox.

Recién electo abanderado del PAN a la Presidencia de la República, Calderón Hinojosa se declaró como el candidato de Fox, en contraste con la percepción de los panistas que habían votado por él, en abierta oposición a lo que muchos definieron como una nueva edición del dedazo, por la pretensión oficial de tratar de imponer a Creel Miranda.

Con la aceptación del grupo creelista que quedó en la orfandad política tras la derrota de su líder, en el seno panista se ha tratado de controlar paulatinamente las diferencias generadas en la campaña interna.

Incluso, en las reuniones del CEN realizadas en días recientes quedó de manifiesto el interés por el posicionamiento de algunos calderonistas en la dirigencia partidista.

La directiva decidió cancelar, en forma categórica, los procesos en Colima, Guerrero, Nayarit, Oaxaca, Quintana Roo, Tamaulipas y Zacatecas ante los riesgos de división o por la escasa presencia electoral.

En Baja California Sur, Chiapas, Distrito Federal y Tabasco se aceptó que las fórmulas al Senado surjan de una elección interna, pero en el caso de los diputados se cancelaron las convenciones en un cúmulo de distritos. Tlaxcala e Hidalgo también están en fase de análisis para la selección de aspirantes, pero se perfila la designación de cargos, mientras que en el estado de México al menos hay cuatro municipios con conflictos que harán necesaria la asignación directa.

Uno de los casos emblemáticos por el nivel de división interna fue el de Tamaulipas, donde el panismo finalmente pudo recuperar su derecho a elegir al candidato al Senado, después de que se cerró el paso a la imposición del polémico presidente municipal de Reynosa, Francisco Javier García Cabeza de Vaca.

La protesta creció y empujó a la dirección a restablecer el proceso interno. El propio consejero estatal, Juan García Guerrero, dio cuenta de que se determinó dar marcha atrás a una decisión cupular. Hace un par de meses, el PAN en Tamaulipas convocó a sus precandidatos al Senado a un acuerdo para realizar una elección interna, pero hace unos días la directiva nacional anunció la cancelación del proceso y urgió a los precandidatos a pronunciarse por una postulación de unidad en torno a García Cabeza de Vaca.

Los otros precandidatos, como Diego Alonso, Maki Ortiz, Diego Núñez y José Julián Sacramento, condenaron la decisión que les fue comunicada por el comité estatal, argumentando que se trataba de un dedazo que, presumiblemente, tenía sus orígenes en el primer círculo foxista. Fue hasta que las recriminaciones se recrudecieron cuando el comité nacional decidió reponer el proceso, con una encuesta que se hará en febrero próximo.

El reacomodo de creelistas ha atemperado parcialmente el conflicto, y así han podido crecer las candidaturas senatoriales del empistolado subsecretario de Gobernación, Felipe González; de Armando Salinas Torre, otro cercanísimo creelista, y de Ricardo García Cervantes, entre otros.

Aunque a ese catálogo se suman personajes como Alberto Cárdenas Jiménez, ex aspirante a la candidatura presidencial panista, además de ex abanderados a gobernadores y ex integrantes de la directiva nacional, como el campechano Juan Carlos Río, el duranguense Andrés Galván y el sinaloense Heriberto Félix.

Del gabinete de Fox se agregan a las listas Fernando Elizondo, Rodolfo Elizondo y Florencio Salazar, además de Josefina Vázquez Mota, que todavía se definirá si se integra de inmediato o no al equipo de Calderón. En estos casos, los funcionarios tendrán que solicitar licencia en forma inmediata.

En Baja California medirán fuerzas creelistas y calderonistas. Como representante del primer grupo figura la fórmula integrada por los ex mandatarios Alejandro González Alcocer y Ernesto Ruffo Appel (éste como suplente), y del segundo, Jaime Díaz Ochoa, quien será coordinador de la campaña de Calderón en la entidad.

En Baja California Sur se registraron cuatro fórmulas, encabezadas por Luis Coppola, ex candidato a gobernador; Joaquín Beltrán; Rigoberto Romero Aceves y Norberto Carrillo.

Mientras, en San Luis Potosí hay cinco aspirantes: Alejandro Zapata Perogordo, ex secretario general de Acción Nacional; el diputado local Eugenio Gobea; Marco Antonio Gama; el diputado federal con licencia Alvaro Elías Loredo y Andrés Hernández Silva.

En Tabasco, el diputado federal Lucio Lastra Marín y los ex diputados Arnulfo Cueva y Carlos Alberto Valenzuela se forman para ser candidatos.

También se encuentra en la lista Juan Bueno Torio, director de Pemex Refinación, quien buscará la senaduría veracruzana entre acusaciones de discrecionalidad en el otorgamiento de contratos durante su estancia en la paraestatal.

Con el estigma del foxismo y una pugna interna no resuelta entre creelistas y calderonistas, el PAN ha atraído la decisión de candidaturas en 14 entidades, de las que no escapan rebeliones como la tamaulipeca.

 
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