Usted está aquí: martes 27 de diciembre de 2005 Opinión MEXICO SA

MEXICO SA

Carlos Fernández-Vega

Resultados electorales en AL, verdadera preocupación del FMI

En ningún país de la región las personas están satisfechas con la economía de mercado

NO ES PARA ponerse a llorar, pero el Fondo Monetario Internacional (FMI) está "preocupado" porque las elecciones presidenciales a realizarse en varios países latinoamericanos a lo largo de 2006 ocurrirán en "un ambiente de frustración" por los resultados económicos "que han estado por debajo de las expectativas".

EN REALIDAD RODRIGO Rato, director gerente del organismo, y sus funcionarios, junto con los mandatarios regionales, tendrían que estar más que simplemente "preocupados" por el fundado enojo -por ser suave con el término- de los latinoamericanos tras dos décadas de draconianas "reformas estructurales" que sólo han generado mayor pobreza y arrojado resultados económicos que, lejos de estar "por debajo de las expectativas", han sido verdaderamente raquíticos.

EL CALENDARIO ELECTORAL latinoamericano, siempre para el caso de renovar al respectivo inquilino en la Presidencia, incluye: Haití, en enero 8; Costa Rica, febrero 5; Perú, abril 9; Colombia, en mayo; México, 2 de julio; Brasil, primero de octubre; Ecuador en igual mes; Nicaragua, 5 de noviembre, y Venezuela, en igual periodo, de tal suerte que la preocupación real del FMI no es precisamente por los resultados económicos de las dos últimas décadas en América Latina, sino por los resultados electorales de los años recientes -favorables a candidatos no tradicionales y con cierta tendencia izquierdista (Argentina, Brasil, Uruguay, Chile, Venezuela y recientemente Bolivia, por ejemplo).

EL PROBABLE TRIUNFO electoral de candidatos latinoamericanos no alineados al Consenso de Washington ni a su devastadora política económica (constante reducción del ingreso per cápita, creciente nivel de pobreza y desigualdad) es la verdadera causa del desasosiego fondomonetarista, que en un intento expiatorio reconoce que las "reformas" en América Latina se han hecho "bajo grandes promesas, pero que a menudo han dado resultados decepcionantes, especialmente si se comparan con otras regiones en desarrollo; existe un creciente sentimiento en muchos países de la región de que los beneficios de la integración a la economía global han sido distribuidos de manera desigual, que se han dirigido sobre todo a los estratos de mayor ingreso, mientras los costos han sido asumidos por la mayoría de menos ingreso; muchos latinoamericanos sienten que su país ha sido gobernado en función de satisfacer el interés de un grupo pequeño de poderosos".

NO ES EL SENTIMIENTO, sino la cruda realidad de los latinoamericanos; esa ha sido, es, la cruel cotidianidad, y de ello da cuenta el resultado de la más reciente medición (octubre de 2005) de Latinobarómetro (una ONG no lucrativa que desde hace una década levanta encuestas de opinión sobre la democracia regional): ninguno de los encuestados en los 19 países regionales considerados en la muestra está satisfecho con el funcionamiento de la economía de mercado; los más "contentos" son los venezolanos (48 por ciento), seguidos de uruguayos (46) y chilenos (41).

PARA EL CASO mexicano -el del "tesoro" macroeconómico, la envidiable estabilidad y las "cifras históricas"-, sólo 23 por ciento de los encuestados dijo estar satisfecho con el funcionamiento de la economía de mercado, lo que coloca a nuestro país en el escalón número 12, de 19 en total, sólo arriba de El Salvador, Honduras, Bolivia, Panamá, Paraguay y Ecuador. El promedio latinoamericano en este renglón es de 27 por ciento.

LAMENTABLEMENTE, EL rechazo latinoamericano no se limita al desempeño económico, sino que es extensivo al progreso, sobre todo al que intenta presentarse en la propaganda oficial. En México, siete de cada 10 encuestados no reconocen progreso alguno, contra cuatro de cada 10 en Chile y cinco de cada 10 en Venezuela, países estos dos últimos con el mejor indicador en este renglón.

POR LO QUE TOCA al funcionamiento de la democracia, la situación no dista de la anterior. Uruguayos (63 por ciento), venezolanos (56 por ciento) y chilenos (43 por ciento) participantes en la encuesta de Latinobarómetro 2005 dijeron estar satisfechos en dicho sentido, ocupando las tres primeras posiciones. Los mexicanos de plano no: sólo 24 por ciento de los encuestados dijeron estar satisfechos, una proporción igual a la de los bolivianos, en un levantamiento realizado entre agosto y septiembre pasados. El promedio regional es de 31 por ciento.

DE MILAGRO MÉXICO aprueba en democracia: 5.1 por ciento de calificación (en una escala de cero a 10), con lo que ocupa el escalón 14 de 19 en total, sólo adelante de Guatemala (4.7 por ciento), Perú (4.6), Nicaragua (4.5), Ecuador (4.4) y Paraguay (4.2). Las tres primeras posiciones en esta medición las ocupan Venezuela (7.6 por ciento), Uruguay (7.1) y Costa Rica (6.5).

SIN EMBARGO, LA esperanza es lo último que muere y a la pregunta: ¿la democracia es el único sistema con el que un país puede llegar a ser desarrollado?, venezolanos, uruguayos y mexicanos respondieron con un sonoro sí, ocupando las tres primeras posiciones: 78 (en los dos primeros casos) y 75 por ciento. Los últimos tres lugares correspondieron a Ecuador (58 por ciento), Guatemala (54) y Paraguay (49).

MESES ATRAS, Latinobarómetro se preguntaba "¿cómo se consolida la democracia en México, bastante dividido por la política, y donde el impacto de la alternancia en el poder después de 70 años se ha disipado? Los mexicanos están desilusionados con las promesas de la democracia electoral, porque ésta no trajo lo que había prometido: bienes políticos", mucho menos económicos y sociales. "¿Los ciudadanos están en lo correcto cuando se muestran insatisfechos con y descalifican a sus gobiernos?" Todo indica que sí, porque un enorme desierto media entre lo prometido y lo realizado por aquellos que "acabarían" con los males nacionales en un abrir y cerrar de ojos, y el señalamiento cabe no sólo para el caso mexicano.

Las rebanadas del pastel:

LASTIMA QUE EN sus encuestas Latinobarómetro no incluya preguntas relativas al Fondo Monetario Internacional y su desinteresada presencia en la región. Rodrigo Rato quedaría fascinado con el resultado.

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