Sube el tono beligerante de las autoridades y no hay diálogo con sindicalistas
Sigue huelga de transporte en NY, pese a amenazas de cárcel y multas
Trabajadores rechazan incremento a cuotas para el fondo de pensiones que plantea la empresa
Ampliar la imagen Miles de neoyorquinos se han visto obligados a desplazarse por la ciudad en bicicleta, ante la huelga en el transporte p�o que ayer cumpli�s d� FOTO Reuters Foto: Reuters
Nueva York, 21 de diciembre. Por segundo día los 34 mil trabajadores del metro y autobuses de Nueva York continuaron su huelga a pesar de amenazas de mayores multas individuales y hasta el encarcelamiento de sus dirigentes, mientras que 7 millones de usuarios buscaron cómo desplazarse por la ciudad.
"Hay algo más alto que la ley: la justicia", declaró en tono desafiante el líder del sindicato de trabajadores del transporte (TWU) Roger Toussaint, al responder a amenazas de un juez estatal de posible encarcelamiento de los líderes del gremio local después que la huelga fue declarada ilegal por el tribunal.
La huelga contra la Autoridad de Transporte Metropolitano (MTA), agencia estatal encargada del transporte público de la ciudad de Nueva York, fue condenada otra vez por las autoridades estatales y municipales, que acusaron al sindicato de haber "tomado (como) rehén a la ciudad". El alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg, solicitó ante tribunales que se imponga una multa individual a cada trabajador de hasta 25 mil dólares diarios, y pidió que el Poder Judicial ordene el congelamiento de las cuentas bancarias de los trabajadores.
Al subir el tono beligerante de las autoridades, no hubo negociaciones directas entre las partes en conflicto hoy.
El centro de la disputa -y la razón por la huelga- es asunto que hoy día es uno de los ejes de la relación entre trabajadores y empresas: las pensiones de jubilación.
La MTA propone que nuevos trabajadores sean obligados a contribuir con 6 por ciento de sus ingresos al fondo de pensiones, en vez del 2 por ciento actual. El sindicato lo rechazó y esta es la razón de la huelga. El sindicato dijo hoy que está dispuesto a levantarla si la MTA retira la demanda sobre las pensiones de la negociación. La agencia estatal rehusó hacerlo.
Pero es precisamente esta demanda de gobiernos y empresas, de reducir los fondos de pensiones para los empleados, que ahora enfrenta a los trabajadores a nivel nacional.
Unas 120 empresas, entre ellas algunas muy conocidas como General Motors, Hewlett-Packard y Motorola, han reducido o suspendido los fondos de pensión para sus trabajadores y el tema promete ser de los más conflictivos en el debate sobre el futuro económico de este país, informó ABC News. Bloomberg afirmó hoy que el gobierno de Nueva York no puede cubrir los costos de las pensiones de los trabajadores públicos.
Por lo tanto, los trabajadores del TWU ahora están en la primera línea de esta batalla nacional. Otros sindicatos y trabajadores reconocen eso. El presidente de la central obrera AFL-CIO John Sweeney declaró hoy que "los trabajadores del transporte de Nueva York están tomando una posición firme para las generaciones futuras... los trabajadores estadunidenses necesitan salarios justos, salud y jubilaciones seguras". Los sindicatos del magisterio, los bomberos y otros gremios municipales reiteraron la posición del TWU.
Mientras que las burocracias sindicales se limitaban a hacer declaraciones, las filas sindicales sí han encontrado maneras para hacer concreta su solidaridad. Maestros de una escuela pública en Brooklyn recaudaron hoy fondos para los huelguistas y enviaron una carta a los padres de sus alumnos solicitando su apoyo, informó a La Jornada la maestra Kori Goldberg. "Me dio tanto gusto que por lo menos estábamos haciendo algo concreto, mas allá de declaraciones, para apoyar a los transportistas", dijo. Este tipo de acciones se repitieron en varias partes de la ciudad.
"Yo saqué a mil pasajeros que iban en mi tren el 11 de septiembre", comentó el conductor de metro Anthony Jones. "¿Es esto lo que merecemos como gratitud?", preguntó al caminar con decenas de trabajadores que realizaban un piquete. La misma escena se repetía desde Harlem, al Bronx, Brooklyn, Queens y Manhattan frente a instalaciones del MTA.
Según encuestas, la mayoría desaprueba la huelga, pero es difícil medir el nivel de simpatía, ya que el debate callejero pareció más dividido entre apoyo o condena de los huelguistas, y había más que nada expresiones de ira generalizada por la situación o sólo intercambios sobre las aventuras para superar las consecuencias cuando se detiene el sistema de transporte público más grande del país.
El frío despiadado fue enfrentado por millones de ciudadanos que, una vez más, caminaron, patinaron, compartieron taxis y autos, para trasladarse de un punto a otro, cada uno contando sus hazañas. Aunque la ciudad logró funcionar por segundo día, algunos comercios estaban sufriendo las consecuencias, mientras que escuelas y otras instituciones operaron a capacidad muy reducida. El alcalde informó que el negocio en los restaurantes se había reducido en 40 por ciento y la asistencia a museos se desplomó 80 por ciento.
Sin embargo, las tiendas de bicicletas, zapatos deportivos, ropa invernal y más reportaron un incremento en su actividad comercial.
Mañana los líderes del TWU están citados ante un juez que podría imponer más multas y hasta encarcelarlos, y enfrentarán otro día de acusaciones de ser "egoístas" y hacer "sufrir" a los habitantes de esta ciudad por el alcalde y el gobernador, y no pocos de los medios que se han enfocado sobre todo en las dificultades que la huelga ha creado para la ciudad. El futuro de este sindicato está en juego, pero también es una batalla clave en la lucha entre trabajadores y patrones en todo el país.