Vida infrahumana, en siquiátrico del Edomex

Acolman, Estado de México. Descalzas, con la ropa rota, las miradas perdidas; algunas sentadas sobre el piso con la figura crispada. En los dormitorios abunda el olor a encierro, hay escasa ventilación, se mezclan los aromas corporales con la fetidez proveniente de los baños; muchas de las camas sólo son cubiertas por un par de sábanas, insuficientes ante los fríos invernales. Estas son las condiciones en las que sobreviven las 296 pacientes del hospital siquiátrico José Sáyago de este poblado.

La secretaría técnica del Consejo Nacional de Salud Mental de la Secretaría de Salud federal, Virginia González Torres, denunció ayer, en conferencia de prensa, que los culpables de esta situación son las autoridades de salud del estado de México, ya que cuando invitó a la secretaria de salud de la entidad, Elena Barrera, a visitar el nosocomio para que verificara el estado del centro, la funcionaria dijo "qué flojera".

En este lugar conviven mujeres con esquizofrenia, trastorno bipolar y mental, epilepsia y retraso mental. Sobre una superficie de cientos de metros cuadrados, las enfermas se desenvuelven en una simulada libertad entre seis unidades y una docena de pabellones que los comunican.

Los pies de Angelina, una de las internas, muestran los estragos de caminar sin zapatos, se queja de que las sandalias que le proporcionaron en el hospital no le quedan, "me aprietan". Los ojos de Lourdes expresan el hartazgo del encierro y ya perdió la noción del tiempo: "llevo 180 años aquí".

Las instalaciones de este siquiátrico son infrahumanas y la autoridad dentro del centro es un caos la directora Lourdes Rivera Gavito no acude al hospital desde hace semanas. Para González Torres las condiciones de este centro no cumplen con la Norma Oficial Mexicana para la presentación de servicios de salud en unidades médico-siquiátricas, y exhortó al gobernador, Enrique Peña a "asumir su responsabilidad".

Emir Olivares Alonso