Usted está aquí: miércoles 21 de diciembre de 2005 Política Desamparo y riesgos mortales, destino de los niños migrantes

Muchos de los menores son abandonados por los polleros que sus padres habían contratado

Desamparo y riesgos mortales, destino de los niños migrantes

Funcionarios del DIF advierten sobre el riesgo de que sean usados por redes de prostitución infantil

VICTOR BALLINAS ENVIADO

Ampliar la imagen Un polic�estatal de Sonora platica con un par de ni�deportados que fueron separados de sus padres FOTO Marco Pel� Foto: Marco Pel�

Nogales, Son., 20 de diciembre. En el albergue para menores del DIF municipal se asegura que en las pasadas dos semanas se ha incrementado el número de menores que viajan solos para cruzar la frontera con Estados Unidos.

La institución abrió sus puertas hace unos meses, a raíz de señalamientos de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) por la manera irregular en que los niños eran entregados a presuntos familiares.

Hoy los menores que "fueron separados de sus padres al cruzar la frontera, o bien fueron abandonados por éstos o los polleros al ser descubiertos internándose en Estados Unidos de manera ilegal, son repatriados y entregados al DIF. Aquí se busca a sus padres, o bien ellos los vienen a buscar".

En este albergue hay 12 niños, algunos los cuales viajaban solos porque iban a reunirse con sus padres, o son adolescentes en busca de trabajo o de aventura. Proceden de Guerrero, Veracruz, Guanajuato, Michoacán, Sinaloa y Chiapas.

Algunos llevan aquí ya más de tres días, pero hay otros que tardan semanas, porque "a los niños menores de 15 años no se les permite abandonar el albergue solos; tiene que venir un familiar por ellos y traer el acta de nacimiento o una identificación", informa María Elena Delgado, funcionaria del DIF estatal.

Dos hermanitos, que fueron en busca de su madre, relatan: "Nuestro tío político contactó a un pollero, pero cuando ya estábamos en Estados Unidos nos delataron y nos repatriaron".

-Venimos de Celaya. Nos íbamos a reunir con nuestra madre -dice Miriam Cristina, quien tiene con ella a su hermana Josué.

Otros jóvenes, como Ezequiel, Ramiro y Eduardo, son oriundos de Guerrero, Veracruz y Michoacán. Cada uno fue detenido por la Patrulla Fronteriza cuando ya se encontraban en suelo estadunidense.

-Ibamos de aventura. Eramos varios, puros amigos, pero ellos corrieron y a mí me agarró la migra -cuenta Ezequiel.

Eduardo dice: "Ya había cruzado por el desierto. Eramos tres amigos, íbamos a conocer, pero cundo nos detectó la patrulla cada quién corrió por su lado y a mí me detuvieron y me repatriaron".

María Elena Delgado y Humberto Valdés, funcionarios del DIF, indican que a los menores "muchas veces los polleros, que fueron contratados por sus padres, abandonan a los niños en el desierto o en las zonas urbanas. Ahí la Border Patrol los detiene y los repatria. A veces los traficantes pasan a los niños dormidos, les dan antihistamínicos, y con documentos falsos cruzan la frontera. Cuando las autoridades estadunidenses ven algo irregular, detienen a los menores, y luego de interrogarlos detectan que no son sus padres quienes intentan pasarlos y los devuelven al lado mexicano".

Ambos funcionarios señalan que los niños y adolescentes están sujetos a una alta vulnerabilidad, porque pueden ser abusados sexualmente o caer en redes de prostitución infantil. Ha sido muy difícil probar que esto ocurra, aunque no por ello quiera decir que no existan.

Los funcionarios manifiestan que "con menor frecuencia que antes, hoy todavía la Border Patrol deporta a menores por lugares distintos a los que expulsa a sus padres, inclusive muy noche o de madrugada".

Este albergue, que abrió sus puertas en abril, hasta ayer había atendido 3 mil 188 menores. "El incremento en el número de niños y adolescentes que viajan solos tiene que ver con las fiestas navideñas. Es preocupante que esto ocurra, que muchos niños sean puestos por su familiares en manos de los polleros".

En tanto, en el albergue para hombres adultos, a cargo del municipio, el encargado asegura que hasta noviembre de este año han sido atendidas 8 mil 956 personas. De ellas 5 mil 575 fueron deportadas; 2 mil 906 fueron mexicanos y extranjeros que no lograron cruzar la frontera.

Aquí, los migrantes hondureños, guatemaltecos, nicaragüenses, chiapanecos, veracruzanos, guerrerenses y guanajuatenses, entre otros, presentaron quejas ante el ombudsman nacional, José Luis Soberanes Fernández: "Los policías nos piden documentos, y si no tenemos nos detienen, nos extorsionan y hasta nos llevan a lavar sus patrullas de manera obligatoria".

Muchos de los que fueron deportados, al quedarse sin recursos y sin papeles, solicitan ayuda para costear lo pasajes a sus lugares de origen.

"El albergue paga ciento por ciento del boleto a los deportados que cuenten con el documento que les da la Border Patrol, pero a los que no tengan los papeles se les ayuda sólo con 50 por ciento del pasaje", dice el encargado del albergue.

En esta institución hay un anciano que lleva dos años aquí. "Está enfermo, tiene artritis, padece lagunas mentales y no aporta datos para que se busque a su familia", indican los responsables del centro.

El viejo -de 94 años- está recostado en un catre, con las cobijas hasta la cabeza, porque -dice- "aquí hace mucho frío". Es un hombre de tez blanca, de estatura baja, que casi no oye y con mucha dificultad habla.

-Abuelo -le pregunta el encargado-, ¿qué edad tienes?

-Noventa y cuatro años - responde el anciano, quien dice llamarse Rafael Ochoa y que es originario "de allá", de Sinaloa.

-¿De qué parte, abuelo?

-De por allá en Sinaloa.

A este hombre se le dan medicinas para la artritis y vitaminas, pero lo ideal, subraya el encargado del albergue, es que sea traslado a un asilo.

 
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