Usted está aquí: domingo 18 de diciembre de 2005 Cultura Bestias, de Guzmán Wolffer, metáfora de los horrores actuales: Alberto Chimal

Fue presentada la trilogía de novelas cortas sobre un futuro impreciso del DF y el orbe

Bestias, de Guzmán Wolffer, metáfora de los horrores actuales: Alberto Chimal

ARTURO JIMENEZ

En un futuro impreciso, la ciudad de México y el mundo han sido destruidos por los afanes suicidas imperantes en un pasado no muy lejano. Los humanos sobrevivientes se refugian en el subsuelo y la superficie es dominada por seres mutantes antropomorfos y violentos.

Esa es la premisa de Bestias (Lectorum), trilogía de novelas cortas de Ricardo Guzmán Wolffer -reconocido y prolífico autor de ciencia ficción o fantasía posapocalíptica "a la mexicana"-, la cual fue presentada la noche del viernes por el también escritor Alberto Chimal. Dice Guzmán Wolffer en entrevista:

"Las tres son novelas de aventuras, con una temática más universal, independientemente de que se encuadren en cuestiones fantásticas y mexicanas. Hay mucha mitología y símbolos universales (incluidos los prehispánicos), pero todo está aterrizado en México porque en la particularidad se puede dar la universalidad."

Pero el autor de libros como La frontera huele a sangre o la más reciente La zaga de la verija voladora aclara que no critica a los escritores mexicanos que prefieren explorar el universo anglosajón, con hombres lobos, espadas, princesas, brujas. Aunque agrega: "creo que la expresión mexicana debe ser mexicana".

La trilogía de Guzmán Wolffer (Bestias de la noche, Bestias de inframundo y Bestias de fuego y sangre) incluye una portada del pintor Felipe Posadas, creador de un singular universo de nahuales, mostruos y bestias, y una introducción que informa sobre ese futuro terrible:

"Eran tiempos de dolor y desesperanza. Las grandes manadas de seres híbridos cruzaban aires y mares. Entonces, de entre los mutantes surgieron dos seres fabulosos, la Caipiriña de Tlacotalpan, reina de los insectos, y el Ocelote de la Viga, mercenario y ladrón; sus nombres cambiarían el curso de la historia."

El hilo que une las tres historias, continúa Guzmán Wolffer, serían esos personajes mutantes y la sucesión de eventos en esos tiempos posapocalípticos, aunque cada una se puede leer en forma aislada.

No hay, continúa, una crítica específica al presente mexicano desde el futuro. Hay más bien, agrega, una crítica general al supuesto del cual parten este tipo de novelas: la destrucción sistemática debida a
la violencia y la locura contemporáneas.

"Primero es la crítica a la violencia desmedida, a la destrucción de la ciudad (de México) y sus habitantes, pero también está el supuesto de que lo esencialmente humano perdurará incluso en formas no humanas, como los personajes centrales."

Alberto Chimal leyó un texto y dijo: "Bestias se parece a otros textos de su autor porque es un relato post-apocalíptico, es una narración de enorme dureza, es una metáfora de los horrores actuales y es de los últimos ejemplos posibles, necesariamente exagerados y barrocos, de lo que alguna vez se llamó ciencia ficción mexicana. Pero también es un libro épico: casi el único que merece el adjetivo en la literatura mexicana reciente".

 
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