El Estado laico y el PAN
El dirigente nacional del PAN defendió los puntos de vista de su partido, o por lo menos del ala derecha del mismo, en el fondo sobre el carácter laico del Estado mexicano. Uno de los puntos que más criticó fue la educación laica, al plantear que era necesario que un maestro pudiera rezar con sus alumnos en el patio de la escuela. Dijo que hay que cambiar la ley porque, según él, se hizo en tiempos de persecución religiosa.
Es claro que el declarante se refería al tiempo de los cristeros. No se trataba simplemente de persecución, pues estos hombres armados mataron, y desorejaron a maestros rurales, por ejemplo. Pero lo principal del asunto es que la educación laica, y su inclusión en la Constitución, no vienen de esa época, vienen de los tiempos de Juárez y de la Reforma. Se le hace más fácil basarse en lo sucedido en partes de la segunda y la tercera décadas del siglo XX que en el verdadero origen del laicismo en tiempos de Juárez y de la generación que sacó adelante la Reforma. Tendría que defender también a los conservadores que reconocieron al gobierno de Maximiliano, impuesto por no mucho tiempo por el autonombrado Napoleón III, con tropas francesas.
La persecución religiosa, por cierto, no es exclusiva de épocas pasadas. Medidas diversas han sido tomadas, en varios lugares del país, por una mayoría católica, contra minorías protestantes, por ejemplo. Si al dirigente en cuestión le preocupan la persecución o la discriminación, es razonable que lo manifieste en todos los casos.
La educación laica permite que coexistan, incluso en la misma escuela, niños o adolescentes de diferentes creencias. Nos enseña a convivir con personas diferentes de nosotros, en muchos sentidos y no sólo en el religioso.
Hay otro de los elementos de la Reforma del que no se habla mucho. Consideramos que es algo común. Pero lo es en México porque es una institución que tenemos desde los tiempos de la Reforma. Hace años se publicó en estas páginas un artículo sobre los problemas que había en matrimonios entre personas de diferentes religiones en Israel, donde conviven comunidades de tradiciones diversas, incluso católicas. Y al no haber matrimonio civil, al ser un Estado con una religión oficial, cuando una pareja cuyos integrantes no son del mismo credo, tienen un gran problema: no se pueden casar por ninguna de las dos religiones, porque en ninguna de ellas están los dos "en el padrón". Tendría uno de ellos que cambiar de religión, y en muchos casos ninguno lo quiere hacer. Tampoco pueden ir a países vecinos musulmanes, que tampoco tienen matrimonio civil. Entonces van a la parte griega de la isla de Chipre, que es lo que les queda más cerca, y se casan ahí. Si no tienen dinero para el viaje, hay oficinas especiales en las principales ciudades que envían la documentación por paquetería a Chipre, y regresan los documentos firmados y sellados como si el matrimonio se hubiera realizado allá.
Hace un tiempo le pregunté a un compañero de trabajo, colombiano, si en su país todavía estaba vigente el concordato con el Vaticano, del que había yo oído hablar, que implicaba un Estado católico, y si había matrimonio civil. Me dijo que ya no estaba vigente, que había una nueva Constitución desde 1991, ya laica; pero que antes no había matrimonio civil, y que si una pareja con diferentes religiones se quería casar, cruzaba la frontera con Venezuela y ahí se casaba por lo civil.
Mi mayor sorpresa fue cuando, hace tiempo también, estaba yo platicando informalmente con un ingeniero estadunidense, muy capaz. Por algo que salió de la plática, le dije que en México teníamos matrimonio civil desde el siglo XIX, por la Reforma. Me dijo que no tenía yo idea de los problemas que habían pasado él y su esposa por no saber esto. Su esposa era, o es, judía, y él católico. Y no encontraban forma de casarse, estuvieron como un año buscándola. Y es que en el país vecino tampoco hay matrimonio civil. Finalmente, localizaron una pequeña iglesia universalista, que consideraba que todos los humanos deberían de poderse casar independientemente de sus creencias, y en ella se pudieron casar. Este ingeniero se sorprendió al saber que pudieron haberlo hecho un año antes, cruzando la frontera mexicana.
Como vemos, el matrimonio civil, la educación laica y, en general, la Reforma, son algo muy importante. Y declaraciones como la que comentamos, que provienen de quienes quieren echar abajo estas conquistas, nos recuerdan la importancia de defenderlas a fondo.