Se regala cascajo
"La luna de la sala es francesa y en ella se vio mi abuela... allí se reflejó mi madre... y yo he mirado toda mi vida copiada en ese espejo... es una luna muy buena que nunca se opacó... contempló mi viudez... cómo mis hijos se hicieron hombres... los vio irse para Estados Unidos, y fría como es, vio cómo me quedé sola... Así solita, vi como le empezaron a aparecer manchas... ahora sólo me veo en esta esquinita del espejo... pero a lo mejor soy yo la que se está borrando..." Así habla uno de los personajes de Se regala cascajo de Juan Guerrero que semana con semana se trasmite en Radio Universidad Nacional Autónoma de México. Esta mujer y su espejo "hablaron" en el programa número 495. Las acotaciones del guión para los actores dicen: "Una anciana muy bella, que vive en alguna pequeña ciudad de Puebla. Muy seca y delgada, con enormes trenzas que le llegan en columpio a la cintura. Limpísima ropa y delantal bordado y almidonado. Educación elemental. Viuda, con cinco hijos varones que se han ido a Estados Unidos."
En 1985, como un ángel todo cubierto de hollín se me apareció entre los escombros de los dos terremotos Juan Guerrero. Con pico y pala sacaba cadáveres en los edificios siniestrados. Nunca dejó de ayudar, a mí me señaló a varios damnificados y les dijo que confiaran en mí, contaran su historia, denunciaran al gobierno. Gracias a Juan Guerrero me dieron su testimonio.
Juan Guerrero primero fue ingeniero químico egresado de la UNAM, luego él mismo se dio otra oportunidad y estudió cine, especializándose en realización, guión y sonido; en 1985 su documental Fonqui fue nominado al Ariel. Egresado del Centro de Capacitación Cinematográfica, ha sido profesor de sonido y guión en el Centro Universitario de Estudios Cinematográficos. Como gente de cine, Juan Guerrero no podía dejar de nutrirse de películas, la inglesa El mensajero de 1970, dirigida por Joseph Losey, con guión de Harold Pinter, Premio Nobel de Literatura 2005, se abre con una frase de Pinter: "El pasado es un país extraño que conformamos como queremos" que impresionó a Juan hondamente. No ha podido separar la vida de la ficción, al contrario, caminan tomadas de la mano, se confunden y se nutren mutuamente. Es México el que ha conformado a Juan. Aquí, los gobiernos apuestan al olvido, a la falta de información y al escaso seguimiento de las noticias. Se regala cascajo se ha convertido en esa memoria, en esa exigencia de que recordemos. Sin pasado no puede haber presente ni futuro. La historia de México no se inicia cada sexenio, ni los gobernantes se deben confundir con nuestros símbolos patrios. Pronto llegó Juan a la conclusión de que el cine mexicano era un cadáver al que resucitan de vez en cuando sólo para que se vuelva a morir. Si Guerrero estudió cine fue para hablar por los otros, en radio también le dio voz a los otros. Hizo programas basados en testimonios reales de denuncia de casos de corrupción, situaciones que quedan impunes y crímenes nunca culpabilizados. El lema de sus programas dice "Lo único peor que la muerte es el olvido".
Para acabar con el olvido
Todo México ha desfilado ante los micrófonos de la estación universitaria en el programa Se regala cascajo; seres muy reales y concretos que habitan este suelo, y que sin embargo surgen de la imaginación de Juan Guerrero. Se regala cascajo se extiende a lo largo y lo ancho del país, en el pasado, en el presente y en el futuro.
Se regala cascajo llegó a 500 programas, tras casi 11 años de salir al aire. Semana con semana mueve, remueve y conmueve. Habla de los agujeros en el abrigo de Francisco I. Madero y demuestra que sus asesinos le dispararon a bocajarro por la espalda. Luego siguen los niños de la calle... ¡ese mi buen! Se rechaza el término "niños en situación de calle", como se dice ahora con tanta elegancia y propiedad. "El lamentable deceso de Luis Donaldo Colosio" es llanamente el asesinato de Colosio, al PAN, PAN y al PRD, PRD. Y las matanzas en el país están todas. Las matanzas de Tlatelolco... allí las voces confirman que no fue una la matanza, sino que han sido muchas las matanzas de Tlatelolco y no sólo la del 2 de octubre del 68. Los mataviejitas, los pueblos que se quedan solos, las violaciones a menores, los ancianos que no acaban de llorar la pena, las maestras rurales sacrificadas al frente de las escuelas de Lázaro Cárdenas, la prostitución de infantes, los atropellos, la corrupción, la extorsión. Las voces van y vienen. Está el típico norteño, el costeño, el yucateco, el indígena más humilde ya del norte, ya de Chiapas, ya de la Huasteca. Y esas voces como hojas secas que mueve el viento hablan en idiomas de los que sólo quedan algunos hablantes.
Cambiamos nuestra miseria por votos
México va cuesta arriba, su camino es muy difícil. Otras voces de Cascajo, a través de los actores que les dan vida, dicen que vamos con pasito "tun tun" o peor: "dos pasitos pa'delante y un pasito pa'atrás". Se nos recuerda que habitamos en un país que nos han hecho muy ingrato, por eso es tan duro el país que nos habita, un gobierno ingrato y despegado, cada despensa regalada antes de las elecciones nos encanalla...
Desde que tú te me fuiste no he cesado de llorar
"¿Qué quiere que se haga, señito? Si vienen y nos regalan dos sacos de cemento, o láminas de cartón enchapopotado, pues los aceptamos. Claro, se quedan con nuestras credenciales de elector pero, ¿qué se puede hacer? Cambiamos nuestra miseria por votos, pero es que aquí hay comité del PRI y no nos dejan. Si no aceptas dar tu credencial es plomo. Así es esto: plata o plomo... así que calcule qué aceptamos."
Se regala cascajo también nos recuerda en cada transmisión que la grandeza de México está en su gente, a pesar de la sangría migratoria, a pesar de que nuestros jóvenes se nos van como agua entre los dedos, a pesar de ese México que se nos va, para poder sobrevivir.
Aguas Blancas, El Charco, El asalto al cuartel Madera, Chihuahua. La matanza de Acteal, las masacres en la ciudad. El jueves de Corpus, el 2 de octubre, El Bosque. En Cascajo se nos habla de la descompostura de las bombas de agua de Tacubaya, la protesta por la falta del líquido, el Zócalo lleno y el fotógrafo Casasola disparando su flash de magnesio para dejar testimonio con su cámara. Y los soldados apuntándole a la multitud antes de recibir la orden de disparar. Los peladitos matando soldados gringos en la invasión de 1847. La entrada del buen Miliano Zapata a la ciudad de México. Los sismos. Tantos sismos. La ciudad de fiesta para recibir al presidente Madero mientras se retira el cascajo de las 70 construcciones derrumbadas en el sismo de esa madrugada. Así es este México.
El lema plantea "Aquí decimos lo que pocos saben y algunos quisieran olvidar".
El programa Se regala cascajo muchas veces se ha visto amenazado por falta de apoyo. Es tan flaco el presupuesto, así dicen los funcionarios, que dos de los tres actores -locutores que reviven y dan voz a los personajes semana con semana- no reciben sueldo. Ante la falta de recursos, Juan sueña, imagina, alucina y vuela muy alto. Hace desfilar a todo México ante los micrófonos de radio UNAM. Todos tienen voz: aquel al que se tildó de loco porque quiso matar a Gustavo Díaz Ordaz y que la pistola se le embaló. Aquel otro que atentó contra Pascual Ortiz Rubio, allí en pleno Palacio Nacional, a solas, se exprime los granitos en un cuartucho de hotel de las calles de Sullivan y expresa su miedo. Y el atentado a Obregón, seguimos a quien va ser su asesino mientras vigila la casa de éste en la avenida Jalisco, hoy Alvaro Obregón, sabemos de qué es la torta que se come en la esquina... y la matanza, otra matanza, de Huizilac... Como cae el que había logrado escapar y desde el cerro vecino grita lleno de furor a los asesinos "aquí estoy".
Juan es de los productores de Radio Universidad que pugnó por una radio fresca, innovadora, lúdica; está convencido de que la emisora cultural universitaria es como pocas en el país, que se debería permitir el juego y el experimento, la búsqueda, el enfoque novedoso y diferente, la libertad para expresar todo. Ese es el privilegio y la ventaja de hacer radio en la emisora universitaria.
La lectura de Cascajo es un desafío, esas voces que por casi 11 años han desfilado pertenecen a dedicados actores que sufren y gozan con su trabajo; la entrega y el profesionalismo de la entrañable Margarita Castillo, frágil y apasionada, fuerte y llena de vida, generosa, bondadosa, amiga. La voz que viene del alma, desgarradora siempre y desgarrada a veces, de Guillermo Palacios. Esa voz profunda y grave que surge de lo hondo del sentimiento de Emmanuel Morales y la del extraordinario Raúl Romero y la del siempre añorado Juan Stack, y la de tantos otros como Francisco Mejía. Voces que transitan desde el desmayado indígena que ve extinguirse su etnia, hasta la del anciano desolado o el asesino y el violador, el policía o el cura de pueblo. Las mujeres asesinadas en Juárez también hablan fuerte. Todos tienen la palabra.
Se regala cascajo pasa al aire los miércoles a las 17:30 horas por el 860 de la frecuencia de amplitud modulada.