Usted está aquí: miércoles 14 de diciembre de 2005 Sociedad y Justicia Al contentillo, presupuesto para la educación superior

Relegada, la fórmula del modelo de asignación

Al contentillo, presupuesto para la educación superior

La ANUIES no envió propuesta a la Cámara de Diputados

JOSE GALAN

Ampliar la imagen Teresa S�hez, Virginia Casanova, Francisco Beltr�y Vicente Vel�uez durante el taller sobre reformas fiscales organizado por la ANUIES FOTO Jes�llaseca Foto: Jes�llaseca

Luego de cinco años de esfuerzos de las instituciones públicas de educación superior del país, la fórmula del modelo de asignación de los subsidios fue relegada al olvido, y cada universidad, federal o estatal, negoció en particular su presupuesto del año entrante, mismos que aún no se han publicado en el Diario Oficial de la Federación.

Mientras, diputados como el madracista Emilio Chuayffet actuaron "al contentillo" para asignar los recursos a planteles como la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM), la que mayor incremento obtuvo y, curiosamente, de donde salió el actual secretario general ejecutivo de la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUIES), Rafael López Castañares.

De acuerdo con fuentes de primer nivel presentes en las negociaciones, en la última reunión de rectores, realizada recientemente en Valle de Bravo, López Castañares incluso reconoció que no envió la fórmula de asignación a la Cámara de Diputados porque, explicó, "así me lo mandató la asamblea" de ANUIES.

Añadieron que, por si fuera poco, las instituciones federales -Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Instituto Politécnico Nacional (IPN), Universidad Pedagógica Nacional (UPN) y Universidad Autónoma Metropolitana (UAM)- decidieron apartarse de la fórmula de asignación para 2006, ya que, por su peso específico en investigación, educación media superior y cultura, hubieran perjudicado aún más a las estatales a la hora del reparto. Ahora el resultado es que el financiamiento será administrado por la ANUIES y la Secretaría de Educación Pública (SEP), por medio de la subsecretaría que encabeza Julio Rubio Oca, lo que a ninguna institución ha dejado satisfecha.

El organismo cúpula de la educación superior pública del país comenzó a diseñar la fórmula de asignación del subsidio ordinario y extraordinario prácticamente desde el inicio del sexenio de Vicente Fox Quesada -continuaron las fuentes-, a instancias del propio Rubio Oca, quien había tenido que lidiar con los reclamos de las instituciones a su paso por la secretaría general ejecutiva de la ANUIES, después de haber fungido como rector general de la UAM y antes de asumir el cargo de subsecretario.

Y recordaron que, ya como secretario general ejecutivo de la asociación Jorge Luis Ibarra Mendívil, la tarea consistió en diseñar una fórmula matemática que satisfaciera a todos -labor que tuvo en sus manos Javier Mendoza, separado de su cargo en la ANUIES cuando entró López Castañares-, lo que no pudo concretarse por las enormes diferencias entre las escuelas de educación superior.

Fueron años de estira y afloja, mientras las instituciones observaban cómo se mantenía el ejercicio de discrecionalidad en el presupuesto, a pesar de las continuas demandas de que se diseñara una fórmula que cerrara las brechas de desigualdad y permitiera un financiamiento creciente y suficiente. A lo largo de 2004, la ANUIES se encontró entrampada en dicha fórmula y, para las negociaciones del presupuesto, en diciembre de ese mismo año se decidió que la fórmula se aplicara sólo en recursos extraordinarios.

Eso dio como resultado una distribución de fondos de manera más o menos satisfactoria, pero surgió la controversia constitucional sobre el Presupuesto de Egresos de la Federación, y a estas alturas de 2005 las instituciones no han visto ningún fondo de los recursos involucrados en la controversia interpuesta por el gobierno federal, a pesar de que la SEP intentó, sin éxito, imponer la fórmula.

Para el próximo año la situación es peor, insistieron quienes estuvieron presentes en las rondas de conversaciones con los legisladores. No sólo la ANUIES no presentó la fórmula, sino que ahora las negociaciones giraron al interior de una burbuja legislativa en la que participaron Chuayffet Chemor; los panistas Juan Antonio Molinar Horcasitas y Gustavo E. Madero -presidente de la Comisión de Hacienda en San Lázaro-, y el subsecretario de Hacienda y Crédito Público, Carlos Hurtado.

En el diseño del presupuesto, agregaron, sólo ellos tuvieron una visión global del documento, porque recibían a compañeros legisladores, funcionarios o rectores de universidades públicas, quienes daban su punto de vista y salían, sin conocer a fondo el documento. Incluso, miembros de la Comisión de Educación, como el diputado priísta Guillermo Aréchiga, se inclinaron por utilizar la fórmula de 2004 para la distribución del subsidio a las universidades.

Así, en muchos casos la educación superior del país vio disminuida su partida, incluso respecto a 2004; hubo quien incluso propuso que los fondos retenidos por la controversia constitucional se pasaran a 2006 -a todas luces ilegal, porque los presupuestos aprobados deben ejercerse en el periodo destinado- y, en cambio, ejemplos como la UAEM, en el área de influencia de Chuayffet Chemor y López Castañares, obtuvieron una gran cantidad de recursos.

Esta situación, dicen quienes estuvieron presentes en las negociaciones, seguramente impactará en el papel de la ANUIES y su influencia en la educación superior pública del país, sobre todo porque ahora administrará los recursos de la mano de la SEP.

 
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