Usted está aquí: domingo 11 de diciembre de 2005 Cultura Es posible un planeta mejor; también uno peor: el pintor Roberto Fabelo

La tradición vanguardista plástica cubana sobrevive a espasmos sociales, aplaude

Es posible un planeta mejor; también uno peor: el pintor Roberto Fabelo

Su muestra Mundos, en el Museo Nacional de Bellas Artes de La Habana hasta 2006

GERARDO ARREOLA CORRESPONSAL

Ampliar la imagen El artista pl�ico cubano Roberto Fabelo con su dibujo Mundo K FOTO Gerardo Arreola Foto: Gerardo Arreola

La Habana, 10 de diciembre. En una gran esfera que se ubica a la altura visual del observador y al alcance de su mano, unas 15 mil cucarachas disecadas se aglomeran, en una evocación del sentido kafkiano del mundo actual y, al mismo tiempo, en un registro de quienes sobrevivirían a una catástrofe en el planeta.

El autor de la pieza, Roberto Fabelo, Premio Nacional de Artes Plásticas 2004, dice a La Jornada que "no debe olvidarse la búsqueda de la utopía; pensar que un mundo mejor es posible, pero la situación actual apunta hacia un deterioro: hay que recordar que un mundo peor también es posible".

Fabelo (Guáimaro, 1951), uno de los artistas más sorprendentes de la generación que ahora está en su madurez creativa en la isla, expone desde noviembre y hasta principios de 2006 en el Museo Nacional de Bellas Artes de La Habana.

La muestra se llama Mundos y está integrada por una instalación escultórica de cinco esferas de metro y medio de diámetro cada una, ante las que el visitante choca con imágenes tridimensionales de un mundo cubierto de huesos, de casquillos de bala, de utensilios de cocina sin usar, de pedazos de carbón y de cucarachas.

Según se acerque o se aleje, vea el detalle o el conjunto, el observador será remitido a tramos convergentes del pensamiento contemporáneo (como afirma Sartori: "la tierra explota"). "Es un mundo bastante débil", señala Fabelo, "con un equilibrio muy precario, que puede dar al traste con la misma civilización, con la misma especie humana".

La exposición tiene también una serie de dibujos con la imagen esférica como idea rectora, que forman una especie de visión lúdica, vital y contrastante con el mundo terrible de las esferas.

Pintor, dibujante, ilustrador, ceramista y escultor, Fabelo estudió en la Escuela Nacional de Arte y en el Instituto Superior de Arte de La Habana. Ha expuesto en América Latina, Europa y Estados Unidos y, además de los cubanos, está en museos como los de arte moderno de México y Nueva Delhi, el Nordillaan Kunstmuseum de Dinamarca y en la sede de Naciones Unidas en Nueva York.

Sus propuestas de explosión imaginativa lo han convertido en un fenómeno singular, al haber creado un público masivo y juvenil. En la apertura de Mundos, el principal museo habanero quedó abarrotado por más de 2 mil personas, asistencia insólita para un acto de este tipo.

Creatividad en la crisis

Fabelo cree que la tradición vanguardista en la plástica cubana ha sobrevivido a los espasmos de la vida social y así ha ocurrido durante la crisis económica que siguió a la caída de la Unión Soviética, en la década pasada, cuando en la isla faltaron recursos para las necesidades más básicas.

"Incluso ha habido algo inversamente proporcional: mientras más se ha deteriorado la situación en el país, aparecieron más ideas y propuestas más interesantes en el arte plástico."

En los años noventa, considera el artista, "hubo una creatividad bajo el acicate de la carencia, de la precariedad de medios, entroncada también con la capacidad para reciclar, en este caso recursos materiales mínimos".

Otro saldo de este reciente periodo, añade Fabelo, es la irrupción del mercado en el horizonte de los artistas cubanos, "con sus riesgos y oportunidades". La plástica de la isla tuvo así un factor adicional para ubicarse en los circuitos internacionales, que, sin embargo, no ha mellado la autenticidad de la creación, estima el autor.

"Creo que en el arte plástico cubano aún sobrevive en mayor medida un espíritu de inquietud creadora, una visión crítica y una capacidad de indagación... Y es que es muy difícil escamotearle la posibilidad de incursionar en los más diversos rincones."

Fabelo había explorado ampliamente la figuración antropomorfa, quizás animado por su apego al dibujo. En su nueva producción señala que "está menos presente de manera obvia la figura humana, pero está subyacente, a través de estas formas esféricas que he empleado como símbolos".

Uno de los dibujos (Mundo K), que también remite a la visión kafkiana, es una gran cucaracha con cabeza humana. "Estoy haciendo este viaje a otras formas no tan figurativas, pero que están, a mi modo de ver, en su contenido, muy entrañablemente vinculadas a lo humano", expresa Fabelo.

Sobre su actual periodo creativo, el autor señala que está "mucho más abierto, asomándome a cuanta puerta encuentro, para ver qué hay, como una manera de seguir alimentando mi curiosidad. No hago discursos políticos, pero no puedo ausentarme del mundo en que vivo".

 
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