En breve se cumplirá el centenario de su natalicio y una década de su muerte
Instan a aprender a leer y escuchar a Levinas, humanista del otro hombre
Ampliar la imagen Emmanuel Levinas fue prisionero en un campo de concentraci�e Alemania FOTO Archivo Foto: Archivo
En 2005 se conmemora un doble aniversario alrededor del filósofo judío francés de origen lituano Emmanuel Levinas: los cien años de su nacimiento y la primera década de su muerte.
Levinas, cuya fecha de nacimiento para unos es el 30 de diciembre de 1905 y para otros el 12 de enero de 1906, hace una reformulación del pensamiento filosófico, deja el yo para hablar del otro a partir de su propia experiencia.
"Vivió las dos guerras mundiales, perdió buena parte de su familia en la Segunda Guerra Mundial, vio todo el horror", además de que él, como oficial francés, fue detenido en un campo de concentración en Alemania. "En lugar de tener una actitud de protesta y desprecio por lo acontecido y descreer de lo humano, decide reformular ese 'humano'", señala la investigadora Silvana Rabinovich, autora de La huella del palimpsesto, lecturas de Levinas, que se presenta este lunes a las 19 horas en la librería Gandhi de Miguel Angel de Quevedo.
En esta reformulación de lo humano, Emmanuel Levinas sigue a Martín Heidegger, quien hace una crítica del humanismo, descubre la hipocresía del humanismo, ese humanismo arrogante y Levinas lo reconoce -dice que no se puede filosofar sin conocer a Heidegger-, pero tampoco se adhiere a su pensamiento.
El filósofo francés (se naturalizó en 1930), explica Rabinovich, "toma esa parte crítica del humanismo arrogante e hipócrita pero para reformularlo y lo hace como el humanismo del otro hombre, del otro ser humano y trata de pensar, no de una manera moralista, en ese sentido de la fragilidad, de la vulnerabilidad de lo humano. Habla desde esta vulnerabilidad para, a partir de este no ser completo, preguntarse qué es lo humano".
Pese a ser uno de los grandes pensadores del siglo pasado, la obra de Levinas se conoce poco, aunque escribió varios libros y numerosos artículos. "Su escritura es incómoda", expresa Silvana Ravinovich, y "esa incomodidad se debe a su libro Totalidad e infinito, por el que fue malinterpretado, porque utilizaba el lenguaje de la metafísica, se le confundió con un teólogo porque utilizaba muchos ejemplos tomados de la Biblia, pero no es un teólogo porque no busca el saber de Dios. Lo que hace es tratar de decir las cosas, aquellas que fueron muy difíciles y vinieron a socavar los cimientos de la tradición filosófica no para destruirlos, sino para descubrirlos y una parte importante de esos cimientos es la ética, que en Levinas no es moralista".
Para hablar de ética, Levinas "desgarra el lenguaje porque dice que la filosofía ha utilizado palabras que la han traicionado, dice que con toda intención trae barbarismos a la filosofía, que cuando usa el termino de Dios lo hace de manera subversiva. Levinas desgarra el lenguaje, al leerlo hay que irse con las resonancias del hebreo y de otros idiomas que hablaba, como el ruso; en él se concatenan muchas lenguas y hacen que el de él sea un pensamiento traductor, gana esa extranjería de la palabra. Su libro De otro modo que ser o más allá de la esencia está escrito en ese lenguaje difícil, y mi intención con La huella del palimpsesto es aclarar ese lenguaje y acercarlo al lector".
A Emmanuel Levinas, dice Rabinovich, "hay que aprender a leerlo y escucharlo".