Premian a Tirso Ríos por divulgar la ciencia amenamente
Sus conferencias generalmente registran sala llena. ¿Cómo lo logra?, planeando hasta los títulos de las mismas para que llamen la atención, por ejemplo: Re-flexiones sobre el chile, o la concerniente al Romance, amor, deseo y éxtasis... químicamente hablando. Porque "las reglas de la mercadotecnia también funcionan para la divulgación de la ciencia, si no, cómo vas a tener atento al público, más si está compuesto de jóvenes; hay que mantenerlos contentos, para que no se duerman o se salgan", asegura el doctor Tirso Ríos Castillo, ganador del Premio Nacional de Divulgación de la Ciencia 2005, que otorga la Sociedad Mexicana para la Divulgación de la Ciencia y la Técnica (Somedicyt).
Este investigador del Instituto de Química de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), tiene 40 años en la tarea de dar a conocer, de manera amena y clara, el comportamiento de los elementos químicos o las propiedades curativas de ciertas plantas, entre otros temas, porque considera que "la divulgación de la ciencia es una necesidad actual, ya que en México y varios países de Europa está descendiendo el número de alumnos que se inscriben a las carreras relacionadas con las ciencias exactas. Ahora se inclinan más por la tecnología, como la informática, y olvidan que la ciencia pura dio lugar al desarrollo de ésta y de otras tecnologías".
Entre sus labores como divulgador, el investigador emérito de la UNAM publicó la serie Química ilustrada, para secundaria; en 1970 fundó la Revista Latinoamericana de Química, y en 1992, junto con los doctores Leovigildo Quijano y Federico Gómez, la revista Folium. Asimismo, sus conferencias se han convertido en un espacio donde la ciencia se funde con lo lúdico.
Reacciones airadas
Un ejemplo es la titulada Re-flexiones sobre el chile, en la cual habla sobre el origen de la planta, su composición y usos terapéuticos, y del fenómeno chile, respecto al doble sentido que a esa palabra le damos los mexicanos. "Un día un colega entró airadamente al laboratorio y me dijo que le cambiara el nombre a la conferencia; le dije que la leyera sin el título y ya".
En Romance, amor, deseo y éxtasis... químicamente hablando, "asisten muchos jóvenes hasta con la novia o el novio, no sé que piensan que van a ver. Tal vez primero hay una especie de desencanto cuando empiezo a hablar del papel de las endorfinas, los esteroides y las feromonas. Pero acaba gustándoles y se enteran de que los humanos no somos capaces de oler las feromonas -hormonas relacionadas con la atracción sexual-, aunque Paris Hilton diga lo contrario". El doctor Ríos se refiere a que esta modelo vende un perfume que supuestamente despide feromonas para atraer al sexo opuesto, "lo que no es cierto. Los insectos y algunos mamíferos, como el chimpancé, aún conservan la capacidad de olerlas, pero al humano, la atracción le entra por la vista".
Tirso Ríos, considerado por algunos colegas como investigador bohemio, porque pinta, se reúne con intelectuales, se acerca a la literatura y disfruta de bailar al ritmo del "jefe Daniel Santos", del ballenato colombiano, de la rumba y la salsa.
Aún no se tiene fecha para la entrega del premio, pero será el próximo año, con la asistencia de funcionarios de gubernamentales y universitarios.
Norma Avila Jiménez