"Arrodillarse en el altar de Roberto, tarea de Chuayffet", afirma

Elba: Salinas y Madrazo ya decidieron la expulsión

Esas "caricaturas de Robespierre" tendrán que cortarse la cabeza a sí mismas

Salir, "un honor"; cientos de miles se oponen al tabasqueño

CIRO PEREZ SILVA

La presidenta del sindicato magisterial, Elba Esther Gordillo, afirma que ni le preocupa ni le duele ser expulsada del PRI "por un acuerdo" entre Carlos Salinas de Gortari y Roberto Madrazo. Por el contrario, expone en una carta, asumirá la salida "como un honor".

Como corolario de una prolongada batalla en los medios de comunicación con el candidato del PRI, que se inició en el primer periodo de sesiones de la actual legislatura al "reventar" Madrazo los acuerdos para las reformas estructurales, Gordillo asegura que no permanecerá "de rodillas en el altar de Roberto".

Sostiene, además, que su expulsión servirá para "desviar la atención de la farsa de declaración pública de bienes" del candidato tricolor, y lamenta los dichos del coordinador de los diputados del PRI, Emilio Chuayffet, quien "con un discurso que corresponde a sus desviaciones y fobias personales declaró que estoy excomulgada", aunque no de un partido, sino "de una secta cuyo credo es la mentira y la simulación, la traición y la ambición desmedida".

A continuación, el texto íntegro de la misiva:

En los próximos días seré expulsada del Partido Revolucionario Institucional, en el cual he militado toda mi vida.

Me expulsarán en el momento que consideren más oportuno para desviar la atención de la farsa de declaración pública de bienes que Roberto Madrazo se comprometió a presentar esta misma semana.

El miércoles, a mis espaldas, en una decisión contraria a cualquier norma y principio de justicia, fui declarada "confesa" de todo lo que me atribuyen los enemigos de la democracia y la pluralidad en el PRI. Ello, a pesar de presentar una comparecencia escrita de más de 40 cuartillas.

Sin embargo, la decisión ya había sido tomada por Carlos Salinas y Roberto Madrazo.

Ayer también Emilio Chuay-ffet -con un discurso que corresponde a sus desviaciones y fobias personales- declaró que estoy "excomulgada".

En efecto, me "excomulgarán" de una secta cuyo credo es la mentira, la simulación, la traición y la ambición desmedida.

Yo no profeso la religión de la mentira; por ello, nunca estaré de rodillas en el altar de Roberto Madrazo. Esa es tarea de individuos como Emilio Chuayffet.

No me prestaré a su juego. Pueden seguir haciendo el ridículo frente a todos los mexicanos; no participaré en su parodia.

Pueden mantener su estrategia de agravios a través de individuos descalificados; no les responderé; la respuesta está en su propia vida, en su penosa historia. Lo que nunca podrán es lastimar el honor y la dignidad.

No lograrán atemorizarme.

Al igual que muchas mujeres mexicanas, tengo el valor y la fuerza moral para enfrentarlos.

No podrán arredrar tampoco a cientos de miles de priístas que rechazan a Madrazo y lamentan el camino a la derrota y a la extinción por el que llevan al PRI.

Nunca "confesé" frente a los órganos de "justicia" de un PRI espurio.

Hoy me confieso ante todos los mexicanos.

Yo confieso...

Confieso ser una maestra comprometida con México y sentirme muy orgullosa de pertenecer a y encabezar un gremio ejemplar y solidario.

Confieso que junto con cientos de miles de maestros logramos que el SNTE fuera una organización plural y democrática, que hoy -más fuerte que nunca- se mantiene en pie de lucha.

Confieso haber luchado por la transformación de México desde la Cámara de Diputados, proponiendo reformas en materias política, económica, energética, laboral y otras más que el país requiere.

Confieso haber negociado con todas las fuerzas políticas y con el gobierno federal para lograr que estas reformas se concretaran.

Confieso que los traidores a la República pudieron más que yo y lograron frenar las reformas, para así intentar ganar las elecciones, aunque perdiera México.

Confieso que no fui capaz de convencerlos de que antes que el PRI estaba la patria, y por tanto teníamos que trabajar en su favor, aunque el Presidente no fuera militante del PRI.

Confieso haber apoyado -en forma personal y colectiva- a los candidatos del PRI a gobernadores, senadores, diputados federales, diputados locales y presidentes municipales, quienes hoy, en su mayoría, mantienen un silencio cómplice frente a la arbitrariedad que se cometerá.

Confieso haber creído que podía construirse un nuevo PRI, y que por ello me comprometí con su democratización y modernización.

Confieso sentirme avergonzada de algún día haber caído en la trampa y creído en Madrazo, pero confieso también que me siento muy satisfecha, porque al desenmascarar a Madrazo y a su camarilla corrupta le hice un bien a todos los mexicanos, incluyendo a los militantes del PRI.

Confieso no haber advertido a tiempo que las decisiones en el PRI las tomaba -como afirmó Madrazo- el ex presidente Carlos Salinas de Gortari y no los militantes del partido.

Confieso que no me preocupa ni me duele en absoluto ser expulsada de este PRI dividido, de este PRI de Salinas y Madrazo, y que, por el contrario, asumiré la expulsión como un honor.

Confieso que me avergüenza que las condiciones impuestas por Madrazo y su camarilla me hayan obligado a participar en un espectáculo que degrada la política en la que creo.

Confieso que seguiré en la lucha, y que mi condición de mujer y la solidaridad y fortaleza de mi gremio me darán el poder y la voluntad necesarios para seguir enfrentando a esta mafia que tanto daño ha hecho al país, y para continuar trabajando por la transformación democrática de México.

Confieso que tengo fe en la historia, y que no pasará del próximo julio cuando hasta los más renuentes me den la razón.

Entonces, cuando hayan llevado al PRI a la quiebra, estas caricaturas de Robespierre que hoy ordenan mi expulsión tendrán que cortarse la cabeza a sí mismos.

México, D.F., a 8 de diciembre de 2005